Este artículo se publicó hace 13 años.
Cascos abandona el PP
El ex secretario general del partido envía una carta a Rajoy en la que anuncia su marcha. Dice que se siente "desamparado" por la dirección ante "los insultos" de otros militantes
Francisco Álvarez-Cascos se va. Menos de 48 horas después de que el PP anunciara que no le quiere como candidato en Asturias, el ex ministro y ex secretario general del partido ha presentado esta mañana su baja como afiliado.
Cascos ha hecho efectiva su marcha con una carta dirigida a Mariano Rajoy. El ex ministro de Aznar ha enviado la misiva a la sede central del PP en Madrid.
A esa carta ha tenido acceso el diario gijonés El Comercio. Cascos expone en la carta su descontento con la dirección del partido y explica su decisión, tomada "al no recibir el amparo solicitado reiteradamente" del Comité Nacional de Derechos y Garantías del partido ante "los menosprecios, descalificaciones e insultos" que le dirigieron otros militantes, "cobijados en el membrete oficial del PP de Asturias, impunemente".
"Siento que mi deber me obliga a dar este paso para hacer las paces con mi propia dignidad personal"
"La decisión es firme", prosigue Cascos, "y las circunstancias que la justifican se conocen sobradamente". Un poco más adelante, el ex ministro le manda un recordatorio a Rajoy: "En mi última nota manuscrita del 27 de octubre indiqué que, en mi opinión, la política requiere dosis muy elevada de paciencia y flexibilidad, pero el respeto a las normas de educación y de civismo en cualquier organización no son negociables, especialmente dentro de un partido que tiene en el respeto a las personas una de sus señas de identidad más características".
Críticas a la dirección nacionalCascos también analiza la que, a su juicio, es la situación de "degradación" que vive el PP en Asturias. Recuerda los insultos de los que él mismo ha sido objeto entre los meses de julio y octubre al ser calificado de "galáctico", "sexagenario" y "terrorista callejero". La razón de estas descalificaciones no ha sido otra, argumenta, que "haber ofrecido mi disponibilidad a aceptar la candidatura en la próximas elecciones autonómicas".
"Todo ello no hubiera sido posible sin el consentimiento expreso, cuando no la complicidad, de la dirección nacional", lamenta Álvarez Cascos en su carta. "Más allá de las amarguras inherentes a una decisión tan difícil como dolorosa, siento que mi deber me obliga a dar este paso para hacer las paces con mi propia dignidad personal", concluye su misiva.
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