El mismo día que el polémico Carlos Fabra se despide por carta de los afiliados al PP de Castellón, su hija Andrea (Castellón, 1973) toma el testigo como líder del rechazo social, después de haber lanzado en pleno hemiciclo del Congreso un '¡Que se jodan!' a los parados a quienes Mariano Rajoy anunciaba que les recortaba la prestación.

El PSOE ha pedido la dimisión de Andrea Fabra, pero ella les acusa de manipular sus palabras (perfectamente recogidas por todas las televisiones) y se niega a disculparse, alegando que la 'orden' iba dirigida a los socialistas y no a los desempleados, a quienes muestra su 'máxima solidaridad y respeto'.

Lo mismo dijo ayer en La Rioja el portavoz del PP, Carlos Floriano, dejando constancia de que el partido está con la hija del líder conservador de Castellón, a pesar del inmenso rechazo y las peticiones de dimisión que copan las redes sociales desde ayer.

Sobre los méritos de Andrea Fabra para disponer de su escaño en las Cortes nacionales se ha escrito poco, muy poco, aparte de que lleva en el partido desde los 16 años, cuando entró en Nuevas Generaciones y un año antes de licenciarse en Derecho (2001), ya tenía un puesto en la Ejecutiva provincial del PP.

De los méritos de su padre, se ha escrito más: tras 17 años (1995-2011) presidiendo la Diputación de Castellón, Carlos Fabra deja una larga lista de delitos por los que ha sido imputado judicialmente, entre ellos, tráfico de influencias, cohecho y delito fiscal. A pesar de que en diciembre de 2010, la Audiencia Provincial declaró prescritos otros cuatro delitos fiscales.

Con todo, en enero de 2012, el juzgado de Nules (Castellón) decretó la apertura de juicio oral contra Carlos Fabra y fijó para él una fianza récord para un político, 4,2 millones de euros. Está previsto que el juicio se celebre en octubre. En la investigación de los numerosos bienes y actividades de su padre, Andrea Fabra no se libró y su patrimonio y fiscalidad estuvieron, asimismo, bajo la lupa del juzgado de Nules.

En la web del Congreso de los Diputados figura la declaración de bienes de Fabra, compartida con su marido Juan José Güemes, exconsejero de Esperanza Aguirre y retirado de la actividad pública.

Destacan cuatro planes de pensiones (de 1.000 a 31.000 euros), dos hipotecas (una por valor de 1,2 millones concedida por Bankia) y varias propiedades en las zonas más caras de Madrid y Castellón.

La hija de Carlos Fabra se casó con Güemes en julio de 2001, en una pomposa celebración a la que no faltó poderoso alguno: desde el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, hasta el ex jefe de la novia en su etapa de secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, pasando por ministros y altos cargos del PP, que confirmaron así el poder y la influencia del imputado Fabra y su hoy polémica sucesora.