Este artículo se publicó hace 14 años.
Calatrava demanda "coraje" para impulsar grandes proyectos durante la crisis
El renombrado arquitecto español Santiago Calatrava demandó hoy "coraje" a las autoridades para que, a pesar de la crisis, impulsen grandes proyectos arquitectónicos que contribuyan a mejorar la calidad de vida y dejen un legado para el futuro.
"No es el momento de replegarse porque la inversión a través de la iniciativa privada haya disminuido; al contrario, se debe fomentar la obra pública de grandes proyectos y tener planteamientos valerosos, visionarios y de futuro", dijo Calatrava en una entrevista con Efe en Río de Janeiro.
Para el arquitecto español, que acaba de presentar en la ciudad brasileña el diseño del Museo del Mañana, lo único que se debe temer en la planificación urbana es "el miedo".
Recordó que durante la Gran Depresión se construyeron en Nueva York obras como el puente George Washington y el Rockefeller Center, entre otros, y lamentó que por causa de la actual crisis se haya detenido su proyecto de la torre Spire de Chicago, que cuando sea retomada, se convertirá en el edificio más alto de Estados Unidos.
"De algún modo lo concluiremos (el edificio), aunque los tiempos no están ahora mismo para pensar que se produzca en muy poco tiempo", admitió.
Calatrava incidió en la necesidad de acometer obras de transporte público, como líneas de metro y de trenes de alta velocidad, que contribuyan a la interconexión de las personas "con el menor consumo de energía e impacto ambiental posible" y también otros proyectos de recuperación y saneamiento de las áreas urbanas deprimidas.
En este sentido, subrayó que los proyectos arquitectónicos "con carácter" pueden tener la capacidad de transformar áreas deprimidas y revitalizar una ciudad.
"Al diseñar un edificio no solo se debe analizar su calidad, sino también qué consecuencias trae a toda la ciudad. Hay que hacer edificios que marquen, que den carácter y digan que este es un sitio nuevo donde se puede vivir", consideró.
Precisó que los proyectos en áreas deprimidas deben contar con recursos formales "suficientemente fuertes" para cumplir esta función y citó el ejemplo de su Ciudad de las Artes y las Ciencias, en Valencia, y el museo que va a levantar en la degradada área portuaria de Río.
El maestro recalcó que, además de desempeñar una utilidad social, los proyectos arquitectónicos sean, ante todo, funcionales, aunque matizó que esta preocupación no debe menoscabar la faceta artística de esta disciplina que, según él, debe ser entendida como una "herencia" para el futuro.
"La funcionalidad exterioriza la parte más humilde pero al mismo tiempo la más expresiva del mensaje de servicio que está oculto en la arquitectura. Pero no solo debemos entenderla como objeto de uso y consumo. Las generaciones futuras nos juzgarán en función de lo que les leguemos", opinó.
En la misma línea, rechazó que las obras arquitectónicas deban ajustarse siempre a una "funcionalidad estricta" que no deje espacio a la estética y matizó que esta cuestión depende de "la ponderación y la percepción" de las personas.
Asimismo, defendió la legitimidad del arquitecto de "proyectarse" en su obra y plasmar en cada uno de sus trabajos su firma, su forma personal de entender este arte.
De este modo, Calatrava exteriorizó su amor por su trabajo y manifestó que si se entiende la arquitectura como un arte, "merece la pena dedicarle la vida entera". "Es una cosa muy bella morir en el pupitre", sentenció.
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