Este artículo se publicó hace 15 años.
Cae un sicario por el asesinato a tiros del alcalde de Polop
La Guardia Civil busca a la persona que encargó el crimen cometido en 2007.
La Guardia Civil ha detenido a un hombre por su presunta implicación en la muerte a tiros hace dos años del alcalde de Polop de la Marina (Alicante), Alejandro Ponsoda. El arrestado es, según fuentes cercanas a la investigación, el presunto autor material de la muerte, un sicario a quien una tercera persona, aún no detenida, ordenó el crimen.
Ponsoda, del PP, fue asesinado la noche del 19 de octubre de 2007, poco después de detener el vehículo que conducía frente a la puerta de acceso al garaje de su vivienda. Una o dos personas se acercaron en ese momento al automóvil por la puerta del conductor y tirotearon al político a través de la ventanilla. Tres proyectiles alcanzaron a la víctima, uno de ellos en la cabeza. Ponsoda, de 55 años de edad, no murió en el acto y los servicios médicos consiguieron trasladarle aún con vida al Hospital General de Alicante. Sin embargo, una semana después falleció a consecuencia de las graves heridas.
Las primeras pesquisas permitieron determinar que en el crimen se habían utilizado dos pistolas pequeñas, una del calibre 9 corto y otra de 7,65. Una pista que apuntaba a la presencia de dos asesinos en la escena del crimen, aunque la Guardia Civil no descartó nunca que ambas fueran empuñadas por una única persona precisamente para confundir a los investigadores.
En un primer momento, la Guardia Civil barajó como posible móvil del asesinato una posible venganza por cuestiones urbanísticas. Al parecer, la víctima había reconocido a un abogado amigo suyo días antes de morir que se sentía "nervioso y acosado".
Horas después de que el alcalde fuese tiroteado los agentes tomaron declaración a un matrimonio que había tenido un reciente encontronazo con Ponsoda porque el Ayuntamiento les había expropiado 355 metros cuadrados de una finca de su propiedad. Sin embargo, ni el interrogatorio ni otras pruebas a las que se sometió a ambos permitieron en aquel momento avanzar en las investigaciones.
En esa misma línea, la Guardia Civil llegó a investigar las llamadas amenazantes que había recibido un antiguo concejal de Urbanismo del municipio por si tuvieran relación con el crimen, así como la desaparición, meses antes de la muerte del alcalde, del libro de resoluciones de Urbanismo de la localidad alicantina.
Investigar la vida privadaOtra de las líneas de investigación seguida durante estos dos años ha sido la vida sentimental del alcalde, que se había divorciado de su mujer, con quien tenía dos hijas. Según reconocieron fuentes cercanas a la investigación, la Guardia Civil llegó a investigar con quién se veía el alcalde tanto en el pueblo como cuando acudía a la ciudad de Alicante a mantener reuniones con miembros de su partido.
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