Este artículo se publicó hace 5 años.
Buscan testimonios de atentados impunes de la ultraderecha en la Batalla de València
Documentalistas e investigadores trabajan en la reconstrucción histórica de los atentados cometidos por la ultraderecha hace 40 años durante la llamada Batalla de València, cuyas acciones armadas entre 1976 y 1981 quedaron impunes.
Joan Cantarero
València-
En la tarde del 9 de octubre de 1979 unos desconocidos colocaron dos artefactos explosivos –compuestos por botellas de cristal llenas de gasolina, metralla y detonador– dentro de sendas bolsas de plástico, en la plaza Dels Furs de València, junto a las Torres de Serranos. Uno fue depositado en el alcorque de un árbol, y otro bajo la furgoneta del emblemático grupo de música valenciano Carraixet, cuya canción Les Parrandes ha acompañado desde entonces las movilizaciones históricas de la izquierda valenciana, junto a la música de grupos como Al Tal o Pavessos.
Esa plaza era precisamente el punto de llegada de la Marxa per l’Autonomia i el Dret a l’Autodeterminació del PV, una manifestación unitaria reivindicativa que había partido por la mañana desde la localidad vecina de Benetússer, con motivo de la Diada del País Valencià, y en la que se había habilitado un pequeño entarimado donde se leería un manifiesto y tendría lugar la actuación precisamente del grupo Carraixet y del cantante Lluís El Sifoner.
Cuando la Marxa ya estaba llenando la plaza, alguien, no se sabe quién, alertó a la Policía Nacional de la presencia de esas bolsas sospechosas, colocadas muy próximas al escenario. De hecho, decenas de agentes tenían tomado el casco antiguo de València desde por la mañana, incluida la plaza Dels Furs, pero ninguno pareció percatarse del hecho. Poco tiempo después llegó un vehículo del Tedax y retiró las bolsas, que se comprobó que portaban material explosivo.
Nada se investigó de este hecho, nadie fue citado a declarar, ni la persona que alertó de las bombas ni los policías que intervinieron, ni tampoco nadie sería detenido por este atentado fallido que, de haberse producido, habría provocado una auténtica carnicería.
Documental de investigación
En este contexto, el equipo de Los Sueños de la Hormiga Roja, experimentada y premiada productora de documentales y películas de investigación histórica –autores de grandes trabajos como el largometraje El efecto K. El montador de Stalin, nominado a los Goya en 16 categorías en 2014– decidió emprender hace unos meses un proyecto para À Punt, la televisión y radio valenciana, precisamente con la intención de reconstruir estos hechos. Bautizado con el nombre La Bomba. Carraixet, 45 anys cantant en valencià, el proyecto quiere reconstruir la historia del grupo al tiempo que se rememora la realidad política valenciana de entonces.
Pero más allá de algunos testimonios de la época, circunscritos al entorno familiar del líder del grupo ya fallecido, Lleonard Giner, la reconstrucción documental se está convirtiendo en un reto diario, donde a pesar de los rastros dejados por algunas crónicas periodísticas de la época y testimonios de protagonistas de aquellos años, lo cierto es que no hay huellas de documentación policial ni judicial sobre este suceso.
Y en este sentido lo que más está sorprendiendo al equipo es que esta ausencia de información oficial no se limita a La Bomba Carraixet, sino que se extiende también a los muchos episodios violentos y atentados con bomba contra escritores, periodistas, políticos, librerías, sedes de partidos y sindicatos, profesores universitarios y líderes estudiantiles, entre otros, ocurridos en el País Valencià desde 1976 hasta al menos 1981, cuando se produjo el intento de golpe de Estado militar del 23F, cuyo epicentro compartieron Madrid y Valencia.
Es por ello por lo que los máximos responsables de Los Sueños de la Hormiga Roja, los realizadores Helena Sánchez Bel y Valentí Figueres, consideran que ha pasado tiempo suficiente para que aquellas personas que, queriéndolo o no, vivieron aquellos años hayan perdido el miedo y se atrevan a desempolvar sus recuerdos de aquellos peligrosos años, incluidos en según los casos, materiales gráficos que puedan aportar luz a la investigación.
Para ello han habilitado de momento sendas cuentas de correo electrónico para intentar recabar cualquier tipo de información al respecto: bomba.carraixet79@gmail.com y batalla.valencia1979@gmail.com
Además, ampliarán en fechas próximas la petición de datos a otros formatos, a través de una cuenta en Telegram y otro tipo de herramientas.
La Policía no tiene información de las bombas de 1979
Una demostración palmaria de la impunidad de estos actos violentos de la ultraderecha en aquellos años de violencia es precisamente la respuesta recibida por la productora cuando a principios del presente mes de diciembre se cursó una petición de información oficial en estos términos:
“Estamos realizando un documental titulado “Carraixet, 45 años cantando en valenciano” con la cadena À PUNT sobre la trayectoria del grupo musical desde sus orígenes en 1972 hasta el periodo de los años 80.
Carraixet actuó el día 9 de Octubre de 1979 junto con Lluís El Sifoner en un acto en la plaça dels Furs (detrás de las Torres de Serranos) como final de la Marxa per l’Autonomia de ese día.
Sabemos que ese día fue un día muy complicado por los actos vandálicos que ocurrieron (Quema de la señera en el Ayuntamiento de Valencia, agresiones a Ricard Pérez Casado, Manuel Girona,) como lo describe el senador Alfons Cucó en su interpelación parlamentaria del 12 de diciembre de 1979 y consta en el libro de actas del Senado.
Necesitaríamos poder acceder a los informes, documentos gráficos, videográficos o policiales de ese día para poder dar una mirada objetiva de los hechos.
También si tuviéramos la oportunidad de entrevistar a algún responsable policial que vivió aquellos momentos sería de gran ayuda. O la posibilidad de poder entrevistar al Delegado del Gobierno, Sr. Juan Carlos Fulgencio Tejedor, como representante y que nos pudiese contar cual es la función del delegado de gobierno (en aquellos momentos Gobierno Civil) y los hechos que ocurrieron”.
La respuesta de la Delegación del Gobierno fue telegráfica: “Se trasladó petición a la Jefatura Superior de Policía de Valencia, por si tuviesen algún archivo, informe, documento, etc. Se nos ha dado la respuesta en el día de hoy [18 de diciembre de 2019] de la Jefatura Superior de Policía trasladando la siguiente contestación:
"Una vez consultados diversos archivos de esta Jefatura Superior, no se ha podido localizar ningún tipo de informe o documento sobre lo solicitado.
Trasladarle que el Delegado de Gobierno de la Comunitat Valenciana no concede este tipo de entrevistas. Agradecemos su interés y les enviamos un cordial saludo”.
El silencio sobre este suceso de 1979 fue, y sería en años posteriores, costumbre del poder cuando las sospechas apuntaban a la ultraderecha o a la vieja guardia de los aparatos represivos del Estado, siempre dispuestos a librar batalla contra la incipiente democracia tras la muerte del dictador y su régimen.
Pero a nadie le llamó la atención la impunidad sobre el atentado fallido de la Plaza del Furs. En aquel tiempo era una realidad asumida. De hecho, ese mismo día por la mañana se habían sucedido desde bien temprano ataques y agresiones contra autoridades valencianas como el alcalde de Valencia Ricard Pérez Casado –tal y como exponía en su correo la productora– o contra el presidente del Consell preautonómico del País Valencià, Josep Lluís Albiñana –ambos socialistas–. Incluso algunos sujetos se movieron armados con pistolas por las calles, hubo disparos contra instituciones como la Diputación o el asalto al Ayuntamiento de València para quemar sus banderas, entre otras cosas.
La Policía, que había tomado la ciudad, no hizo nada para evitarlo. Ni identificaciones, ni detenciones, ni proteger a los representantes de la ciudadanía. Fueron meros espectadores de la violencia ultraderechista. Algo que nos recuerda mucho a las agresiones de la ultraderecha del 9 de octubre de 2017 en la capital valenciana, en la que tampoco hubo ni detenidos ni identificados.
Por lo tanto, a quién le iba extrañar que, tras la aparición de esos dos artefactos explosivos al final de aquella jornada, no hubiera ni sospechosos ni mucho menos detenidos. A nadie.
No obstante, sería el senador socialista Alfons Cucó, catedrático de Historia Contemporánea de la Universitat de València, quien en sendos plenos del Senado de los días 13 de junio y 12 de diciembre de 1979 –hace ahora 40 años– interpeló al Gobierno de Adolfo Suárez para denunciar la impunidad de la ultraderecha en València gracias a la inacción de los cuerpos policiales que, por aquel entonces, estaban bajo las órdenes del falangista ministro del Interior Antonio Ibáñez Freire, teniente general del Ejército. Y el senador Cucó, fallecido en 2002, lo hizo señalando como máximo responsable de aquellos sucesos al entonces Gobernador Civil de Valéncia, José María Fernández del Río, y pidiendo al ministro que lo cesara.
En su intervención Cucó recordó la agresión sufrida por el alcalde socialista Ricard Pérez Casado, a quien la Policía no protegió mientras era atacado durante la “procesión cívica”. El propio alcalde recordaría años más tarde, en 2013, aquellos hechos con gran dolor durante una entrevista en el diario El País, que también recogería otros testimonios.
“A mí me sacaron una navaja y una pistola –recuerda Pérez Casado–. De eso hay fotografías, y algunos de los que participaron en los altercados son hoy militantes del PP y tienen cargos públicos. Aquello fue bestial, una auténtica violencia civil contra instituciones absolutamente democráticas. Pero lo que no perdonaré jamás –aseguró el exalcalde de Valencia– es que le dijeran a mi hijo, con sólo cuatro años de edad: “A tu padre lo vamos a matar”.
Pues a pesar de esta histórica intervención del senador Cucó, en la que iba desgranando casi crimen por crimen, día por día, y sin que se hubiera producido una sola detención, el gobernador civil Fernández del Río, amigo del general golpista Milans del Bosch, no fue cesado. Del Río, como era conocido, siguió con la misma actitud durante cuatro años más en su puesto, hasta que el 28 de octubre de 1982 el PSOE ganó las elecciones generales por mayoría absoluta.
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