Este artículo se publicó hace 13 años.
Bruselas acusa a las agencias de rating de dar alas a la especulación
El ministro alemán de Finanzas pide limitar el poder oligopólico de las agencias. UGT denuncia la "venganza" de estas empresas y CCOO asegura que sirven a "intereses muy importantes del sector financiero"
La Comisión Europea responde diariamente con un "sin comentarios" a las preguntas sobre los análisis de las agencias de calificación de riesgos, que desde que empezó la crisis no han hecho sino rebajar la nota de la deuda de la mayoría de países del euro. Ayer, el presidente del Ejecutivo comunitario estalló. "Con el debido respeto, nuestras instituciones conocen un poco mejor a Portugal", aseguró José Manuel Durão Barroso en respuesta a la rebaja en cuatro escalones, hasta "bono basura", de la deuda portuguesa por parte de Moody's.
Según él, se debe a los "errores y exageraciones" de los especuladores de los que la agencia se hizo eco, contradiciendo el "análisis objetivo" de la Comisión, el BCE y el FMI, que diseñaron el rescate de su economía e impusieron un duro ajuste. Barroso, ex primer ministro luso, lamentó "profundamente" la rebaja y recordó que la agencia es "un actor de mercado" y, por tanto, parte interesada en "no contribuir a ofrecer más claridad", sino a dar alas al "elemento especulativo" .
Su crítica fue, quizás, la más dura, pero no la única. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, pidió "limitar el poder" de Standard & Poor's, Fitch y Moody's, que acaparan más del 90% del mercado de la calificación de riesgos. Se refirió a ellas como un "oligopolio" que, según dijo esta semana la canciller Angela Merkel, "no está carente de conflictos de interés".
El lamento de las autoridades públicas no es nuevo y los anteriores han sido estériles. Tanto, que han llevado a ciudadanos y organizaciones a denunciar ante la justicia el funcionamiento de estas entidades. No en vano, la rebaja de la nota llegó horas antes de que Portugal subastase nuevos bonos de deuda por los que pagará un interés altísimo. En países como España, Italia, Alemania, Grecia o Portugal ya se han presentado querellas por el daño que sus malas prácticas causan a las economías.
Barroso anunció para "antes de fin de año" una nueva norma que favorezca la competencia en el sector y acabe con la publicación sorpresa de análisis catastróficos para la estabilidad de un país del euro y, por tanto, de la moneda única. Será la tercera norma en menos de tres años, en los que las agencias no han dejado de poner contra las cuerdas al euro. Ayer, la Eurocámara reclamó a la Comisión que su propuesta incluya crear una agencia de calificación europea para aportar pluralidad.
En Portugal, el presidente, Aníbal Cavaco Silva, resaltó que "no hay una mínima justificación" para el recorte. Fuentes de su gabinete pidieron "una respuesta europea" para las cuestiones en torno a la evaluación del riesgo y la calificación financiera de los estados miembros. Desde Lisboa, las patronales española y portuguesa discreparon de Moody's, que advierte del riesgo de que Portugal necesite un segundo rescate. Juan Rosell, presidente de la CEOE, pidió una auditoría de las propias agencias y criticó que la decisión de Moody's fue "precipitada" porque no ha dado tiempo a recoger los resultados de un durísimo plan de austeridad. Para su homólogo luso, António Saraiva, sus evaluaciones son "subjetivas, penalizadoras y hasta cierto punto especulativas".
Los sindicatos cargaron contra la rebaja, que no ocurrió"por casualidad", sino al servicio de "intereses muy importantes del sector financiero", dijo Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO. Para Cándido Méndez, de UGT, las agencias "están vengándose" de las críticas de las instituciones de la UE.
Estas empresas podrían desencadenar otro rescate de Portugal, pero antes deben analizar el segundo rescate griego, sobre el que dudan. El Instituto de Finanzas Internacionales (reúne a 400 bancos de todo el mundo) celebró ayer una reunión para definir la participación del sector privado, pero no hubo avances. La propuesta de la eurozona, que rechazan por ahora las agencias, pasa por que los bancos reinviertan parte de lo recuperado tras vencer los bonos griegos para aliviar la factura para los estados.
Castigo portugués que perjudica a EspañaPortugal decidió ayer plantarse en la emisión de deuda de mil millones que quería colocar y que la sangre no llegara al río. Vendió sólo 848 millones, a tres meses, para que el tipo de interés que tenía que ofrecer no superara la barrera del 5%. Se quedó en el 4,92%, mayor que en la anterior colocación del 15 de junio (4,86%).
Los inversores hicieron sufrir al Estado luso exigiéndole subir el interés tras la bofetada de la agencia de rating Moody's, que anteayer bajó la nota de la deuda portuguesa al nivel de bono basura. En el mercado secundario, la deuda lusa a dos y tres años batió récord con un interés del 16% y del 18%, respectivamente.
Una vez más, Moody's hace un anuncio que puede perjudicar a España justo antes de otro día clave para la deuda española. Hoy, el Tesoro Público intentará colocar entre 2.000 y 3.000 millones de bonos a tres y cinco años al 3,30% y al 3,25%, respectivamente.
Moody's ya tiene en su historial varios avisos que han dañado a España. El 25 de marzo publicó un informe demoledor sobre la banca española, cuando se especulaba sobre el rescate de Portugal, antes de la reunión del Pacto del Euro. También llegó a decir que la banca necesita 120.000 millones y luego lo rebajó a 54.000 millones.
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