Este artículo se publicó hace 14 años.
Los bomberos temen que unas 200 personas hayan sido sepultadas por un alud en Brasil
Unas 200 personas podrían haber sido sepultadas por el alud que ocurrió anoche en uno de los cerros de la ciudad brasileña de Niteroi, vecina a Río de Janeiro, informaron hoy fuentes oficiales.
La cifra fue calculada por el comandante de los bomberos, el coronel Pedro Machado, con base en informaciones de la Alcaldía y de vecinos, según los cuales, el deslizamiento del Morro do Bumba, en el barrio de Cubango, destruyó unas 50 casas.
Según Machado, por una de las laderas del cerro "bajó una gran cantidad de tierra, piedras y basura" y en esas condiciones "es muy difícil encontrar a alguien vivo".
El oficial explicó a la Radio Bandeirantes que en un deslizamiento de tierra las personas atrapadas por lo general mueren asfixiadas y que la situación es diferente de la registrada en Haití, donde varios días después del terremoto de enero pasado fueron rescatados supervivientes que habían quedado bajo pesados escombros, pero con alguna entrada de aire.
El derrumbe en el Morro do Bumba, consecuencia de los aguaceros que han castigado a Río de Janeiro y su área metropolitana en los últimos días, es el más grave de los registrados por las lluvias en esta semana, que han dejado un balance parcial de 153 muertos.
Sin embargo, un portavoz de la Alcaldía de Niteroi dijo a Efe que no pueden confirmar las proyecciones de los bomberos sobre el número de posibles sepultados porque no se sabe cuántas personas vivían o estaban en esos momentos en la zona arrasada por el alud.
"Números de personas sepultadas no tenemos", dijo la fuente.
La avalancha en el barrio de Cubango se produjo en la noche del miércoles y hasta ahora los socorristas han recuperado en la zona seis cadáveres, cinco de ellos de mujeres y uno de un niño de corta edad.
Fueron rescatadas con vida otras 53 personas, de las cuales 21 tuvieron que ser hospitalizadas.
Más de 150 bomberos y decenas de policías trabajan desde anoche en la zona afectada por el derrumbe, en la que también operan excavadoras que ayudan a retirar la tierra para facilitar el trabajo de los socorristas.
El alud en Niteroi abrió un enorme cráter en la cima del cerro y dejó una lengua de unos 600 metros de tierra revuelta en una de sus laderas, por donde rodaron toneladas de piedras y basura, que se llevaron por delante las viviendas.
Según el secretario de Salud del Estado de Río de Janeiro, Sergio Cortés, que supervisa las labores de rescate en Niteroi, el barrio fue construido sobre un antiguo vertedero, lo que hace más inestable el terreno, pues las toneladas de basura depositadas allí durante décadas no absorben el agua de la lluvia como lo hace la tierra limpia.
Las autoridades de Niteroi confirmaron que entre 1970 y 1986 el lugar fue usado como vertedero y, años después del cierre del mismo, decenas de familias construyeron allí sus viviendas.
El aguacero en Río de Janeiro de más de 24 horas comenzó el lunes por la tarde cesó en la noche del martes, pero durante todo el día de ayer hubo lluvias intermitentes, lo que dificulta más las tareas de rescate.
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