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Bagdad padece uno de sus días más violentos

Seis coches bomba matan a 34 personas en la capital iraquí

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Seis coches bomba explotaron ayer en Bagdad y causaron la muerte de 34 personas y heridas a más de 100. La cadena de atentados contra objetivos chiíes se produce una semana después de la detención de varios milicianos suníes por parte de las autoridades iraquíes. La masacre recuerda los peores días de violencia sectaria entre las comunidades suníes y chiíes.

La explosión más potente se produjo a primera hora y dio muerte a 10 personas e hirió a 65 en un mercado de Ciudad Sáder, en el este de Bagdad. En el mismo barrio, principal bastión chií de la capital, otro coche bomba mató a seis personas en una cola de personas que esperaban ser contratadas para un empleo.

Horas después, en el barrio de Um al Maalif, también de mayoría chií, otras dos explosiones mataron a 12 personas y dejaron a 25 heridas.

Los otros dos coches bomba acabaron con la vida de cuatro personas en el este de la capital y con otras dos al paso de una comitiva de funcionarios del Ministerio de Interior.

La masacre de ayer se produce una semana después de la detención de dos líderes suníes. El Gobierno, de mayoría chií, detuvo primero a Raad Ali, un ex coronel bajo el régimen de Sadam Husein. Ali, que había unificado a las milicias suníes en el oeste de Bagdad bajo la supervisión de las tropas estadounidenses, lideró la lucha en el barrio de Ghazaliyah contra Al Qaeda y contra el Ejército del Mahdi, la facción armada del clérigo radical chií Muqtada Al Sáder.

Cambio de trayectoria

"He cambiado mi trayectoria. Ahora quiero trabajar con el Gobierno y los americanos. Los americanos me han aceptado", declaró Ali al diario Los Angeles Times el pasado otoño. El mando militar estadounidense se limitó a decir que su detención se trataba de un asunto interno iraquí.

La otra detención que ha motivado el enfado de la comunidad suní es la de Adel Mashadani, líder de los Hijos de Irak en el barrio de Fadhil en Bagdad. Mashadani está acusado de crímenes de violencia sectaria y actos de terrorismo. EEUU también le responsabiliza de hacerse con 160.000 dólares extorsionando a los vecinos de Fadhil. Su captura es un paso más en las deterioradas relaciones entre las milicias suníes moderadas y el Gobierno chií de Bagdad.

"Buscan un nuevo Sadam"

Tras conocerse la captura de Mashadani y Alí, comenzaron una serie de enfrentamientos entre milicianos suníes y las tropas gubernamentales apoyadas por el Ejército de Estados Unidos.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki afirmó el pasado viernes que Al Qaeda y el partido del régimen anterior de Sadam Husein, el Baaz, han penetrado en las milicias suníes. "Están intentando encontrar un nuevo Sadam", afirmó Maliki.

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