Este artículo se publicó hace 14 años.
Aznar alerta de que legalizar a Batasuna supondrá "nuestra propia derrota"
El ex presidente del Gobierno José María Aznar ha dicho que permitir la legalización de Batasuna basándose en sus últimos comunicados y declaraciones de sus dirigentes desmarcándose de la violencia de ETA supondrá "nuestra propia derrota" y cerrar los ojos a décadas de sufrimiento y de "infamia".
Aznar ha recibido hoy el II Premio "La Puerta del Recuerdo" que concede anualmente el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la Fundación San Pablo CEU y que también ha premiado al ex presidente colombiano Álvaro Uribe, al Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (COVITE) y al director general de la Asociación Francesa de Víctimas, Guillaume Denoix de Saint Marc.
En su discurso de agradecimiento, Aznar ha asegurado que el fin de ETA debe conllevar no sólo el desmantelamiento de la banda sino la derrota de cualquier "atisbo de legitimación" de su actividad terrorista.
Aznar ha recordado que Batasuna -de la que ha dicho que utiliza un "lenguaje viscoso" y "grotescos juegos de palabras" buscando su legalización- es tan responsable de los asesinatos como los "pistoleros" de la banda y que, a su juicio, ahora "no pueden ser admitidos de nuevo en el juego democrático".
"Si esto ocurre, entonces habremos cerrado los ojos a décadas de sufrimiento y de infamia. Aceptaremos que hay que hacer como si ETA no hubiera existido, y la Justicia hacia las víctimas será reemplazada primero por la resignación y luego por el silencio", ha dicho.
Por ello, el ex presidente del Gobierno se ha mostrado convencido de que son muchos los que no suscribirán "ninguna vuelta atrás" en un terreno "ganado con tanto sacrificio".
Una idea reiterada por la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, quien ha entregado el premio a COVITE, y que ha lamentado el "exterminio sistemático de seres humanos" que se ha sufrido durante décadas en el País Vasco.
"Aquí lo que ha habido es un fanatismo asesino", ha denunciado Quiroga, que ha dejado claro que el fin del terrorismo no termina simplemente "con treguas o pactos", sino con Justicia.
También ha tomado la palabra el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe, quien ha alertado de las tres grandes amenazas que se ciernen sobre la estabilidad de su país: la venta de armas, las propuestas de legalización de la marihuana en lugares como California y los "anuncios de desarrollo nuclear del Gobierno de Venezuela".
En su opinión, la legalización de las drogas no solucionaría el problema y, por contra, fomentaría la destrucción de la Amazonía, "el gran pulmón del planeta", ha dicho.
El ex presidente colombiano ha dedicado el premio a los miembros de la Policía y a las Fuerzas Armadas colombianas que combaten el terrorismo en su país.
"Apoyen a estos héroes", ha afirmado Uribe en presencia de un agente colombiano que estuvo secuestrado varios años por la guerrilla, al tiempo que ha rechazado los discursos que tratan de equiparar a los terroristas con los agentes de la ley.
Tras recordar que el 50 por ciento de las familias colombianas han sido víctimas de la violencia, ha valorado el apoyo y la ayuda económica que el Gobierno colombiano ha comenzado a prestar a las víctimas del "narcoterrorismo".
Uribe ha recibido el premio de manos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que ha recordado que la amenaza del terrorismo en Colombia supone también una amenaza para el resto del mundo, como pone de manifiesto la presunta alianza entre ETA y las FARC.
El último de los premiados, Guillaume Denoix, hijo de una de las víctimas del atentado contra un avión de la compañía UTA que costó la vida a 170 personas en 1989, ha sido reconocido por su "infatigable labor" por esclarecer la verdad y conseguir a través de las negociaciones con el Gobierno de Libia que todas las víctimas fueran reconocidas.
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