Este artículo se publicó hace 17 años.
La atención a menores a debate, tras la confesión de la quíntuple infanticida
La atención que deben recibir los menores es de nuevo objeto de debate en Alemania, un país conmocionado por los últimos casos de infanticidio, como el de la mujer que hoy confesó haber asesinado a sus cinco hijos y que ha sido ingresada, por orden judicial, en una clínica psiquiátrica.
La madre de los cinco niños de entre 3 y 9 años hallados muertos en el domicilio familiar de Derry (norte de Alemania) confesó que los mató cuando ya había sido recluida en la clínica en la que se encuentra bajo arresto preventivo, explicó el jefe de la brigada criminal, Stefan Winkler, en una conferencia de prensa en Plön, la capital comarcal.
La mujer, de 31 años y que recibía atención psicológica, está acusada de "homicidio quíntuple, pero sin capacidad de ser responsable de sus actos", agregó Winkler.
La canciller alemana, Angela Merkel, exigió hoy "mayor atención" por parte de la sociedad, lo que también pidió la ministra de la Familia, Ursula von der Leyen, porque "somos todos responsables, no podemos mirar hacia otro lado cuando hay familias desesperadas".
Los agentes sociales relacionados con esta familia de Schleswig-Holstein (estado más septentrional de Alemania) coincidieron en que "no había indicios que permitieran pensar que (la madre) suponía un riesgo para los niños ni para sí misma", en palabras de Volkram Gebel, concejal de la comarca de Plön.
El drama se desató la noche del miércoles cuando la madre sedó a sus hijos, todos ellos varones y que al parecer murieron por asfixia, "aunque esto tendrá que confirmarse tras los exámenes toxicológicos", dijo el fiscal Uwe Wick acerca de un proceso que puede demorarse semanas.
Los medios ponen hoy en cuestión el papel desempeñado por los servicios de protección al menor, que estaban al tanto de este caso, ya que después de una visita al domicilio familiar en agosto todo apuntaba a "un trastorno psíquico" de la madre, explicó Gebel.
La primera señal de alerta la recibieron hace dos años, cuando la familia solicitó una vivienda de mayores dimensiones.
En agosto pasado el padre de alguno de los cinco niños pidió ayuda porque la mujer tenía fantasías religiosas.
Este hombre vivía con los menores, "aunque no se sabe con qué regularidad", señaló Gebel, y buscaba contacto regularmente con los servicios sociales, según la asistente social Petra Ochel.
Ésta argumentó que en sus repetidas visitas al domicilio, alertados por las guarderías y la escuela a las que acudían los niños sin suficiente vestimenta, "no percibimos un ambiente de dejadez".
El fiscal general de Kiel, Uwe Rick, informó hoy de que se están ultimando todos los preparativos para ordenar la reclusión permanente de la mujer.
Según vecinos entrevistados por diversas cadenas de televisión, la mujer, que se mudó hace tres meses a esa casa, apenas tenía contacto con nadie.
De acuerdo con estos testimonios, los niños eran chicos muy vivarachos que jugaban a menudo en el jardín de la casa.
Esta semana se conoció también el caso de un presunto triple infanticidio en la localidad sajona de Plauen (sureste de Alemania), donde una mujer fue detenida como sospechosa de haber matado a tres de sus recién nacidos.
Los resultados de la autopsia, dados a conocer hoy, revelan que "en los tres casos los bebés podrían haber sobrevivido", indicó el fiscal jefe de Chemnitz, Bernd Vogel, a medios locales.
La Policía halló ayer en el balcón de una vivienda de Plauen el cadáver de una recién nacida, tras encontrar el martes otro cuerpo en la nevera del mismo domicilio.
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