Este artículo se publicó hace 15 años.
Asocian TDAH en niños con la exposición a ciertos insecticidas
Por Frederik Joelving
Los niños expuestos ainsecticidas llamados organofosfatos podrían tener un altoriesgo de sufrir el trastorno por déficit de atención conhiperactividad (TDAH), según un nuevo estudio.
Un equipo analizó la presencia de productos de degradaciónde los insecticidas en muestras de orina de un grupo de niños yhalló que aquellos con una alta proporción de esas sustanciaseran dos veces más propensos a desarrollar TDAH que aquelloscon niveles imposibles de detectar.
Este resultado surgió de datos de la población general enEstados Unidos que indican que la exposición a los insecticidases dañina aun a los niveles en que se encuentran en el ambienteinfantil.
"Existe cada vez más preocupación de que esos insecticidasestén asociados con la aparición del TDAH", dijo MarcWeisskopf, de la Escuela de Salud Pública de Harvard. "Nuestroestudio destaca que eso sería así hasta con bajasconcentraciones de esas sustancias", agregó.
Los organofosfatos se desarrollaron inicialmente paraguerras químicas y son tóxicos para el sistema nervioso.Existen unos 40 insecticidas de esta clase, como el malatión,registrado en Estados Unidos, precisaron los autores en larevista Pediatrics.
Weisskopf dijo que esos compuestos fueron asociados asíntomas conductuales comunes al TDAH, como la impulsividad ylos problemas de atención, pero aclaró que se desconoce cómofunciona esa relación.
Aunque el equipo no tuvo cómo determinar la fuente de losproductos de degradación que halló, Weisskopf opinó que podríanprevenir de los insecticidas de uso en el hogar y en elambiente.
El equipo de Weisskopf analizó muestras de 1.139 niños deentre 8 y 15 años y entrevistó a sus madres o cuidadores. Unode cada 10 niños reunía los criterios diagnósticos del TDAH, loque coincide con las estimaciones para la población general.
Tras considerar factores como el género, la edad y laetnia, el equipo observó que la posibilidad de tener TDAHcrecía junto con el nivel de los productos de degradación delos insecticidas en la orina.
Cuando la proporción de uno de esos compuestos aumentaba 10veces, la posibilidad de tener el trastorno crecía más de lamitad. Y para los productos más comunes, los dimetiltrifosfatos, el riesgo casi se duplicaba en los niños conniveles detectables en la orina.
"Esa es una relación muy sólida que, si se confirma, seríamuy grave", dijo Weisskopf. "Son insecticidas muy utilizados",aclaró.
Antes de considerar una prohibición se necesitan estudiosde seguimiento de los niveles de exposición en el tiempo,señaló.
Aun así, instó a los padres a estar atentos a losinsecticidas que utilizan en el hogar y sus desechos. "Ayudaríamucho si lavan bien las frutas y las verduras antes decomerlas", indicó.
FUENTE: Pediatrics, online 17 de mayo del 2010.
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