Este artículo se publicó hace 13 años.
Arenas rebaja el tono de la campaña para no movilizar voto de izquierdas
El líder del PP evita entrar al trapo con Griñán, elude los temas pasionales y apela a los socialistas cansados
La jornada de ayer deparó un síntoma claro de que esta campaña no es como las demás. Por primera vez en las más de 30 convocatorias electorales en la historia democrática de Andalucía, el PP aspira a cosechar mayor número de votos que el PSOE, el partido hegemónico. El síntoma es que Javier Arenas, presidente del PP andaluz, evitó entrar al trapo que le puso el sábado por delante José Antonio Griñán, secretario general del PSOE regional y presidente de la Junta, cuando aludió a su estigma de perdedor –ha salido tres veces derrotado de las urnas– y lo acusó de hacer política "desde el odio y el rencor", en un discurso inusualmente cargado de sustantivos gruesos. Pero Arenas es zorro viejo y sabe que ahora, con el éxito tan a mano, sería letal que ante las provocaciones alguien enseñara la patita en su partido. Por eso ayer dio ejemplo y protagonizó su intervención pública más conciliadora, empleando la campaña de las municipales para actuar sin disimulo como candidato a la presidencia de la Junta.
Su discurso parecía, más que el del aspirante asfixiado por la cuenta atrás, el del presidente con el tiempo a favor al que no interesan las minucias de los agarrones partidarios. Más que acusar, se dedicó a negar acusaciones. Rechazó tener "una agenda oculta", como dice el PSOE. Y cargó contra Griñán por "reavivar los odios y rencores del pasado, ya superados", una estrategia de "desvergüenza" y un intento de "radicalizar" la campaña.
Ahí está la clave. Arenas no quiere radicalizar la campaña, bastante radicalizado está ya el clima político. Exaprubtos, los mínimos. Perfil discreto. Pocos temas pasionales. Sobre Bildu, lo justito, nada de cargar las tintas. Ni siquiera el caso de los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos ha entrado aún con fuerza en la campaña, a la espera de que mañana vuelva al debate con el intento de reprobación del PP a Manuel Chaves en el Congreso.
Ninguna encuesta, como ha recordado el portavoz socialista Mario Jiménez, da menos de un 35% de indecisos. Se prevé una abstención alta, superior a la del 38,5% de las municipales de 2007 en Andalucía. Sabedor de que su electorado es fiel y disciplinado, Arenas no quiere despertar esos votos dormidos.
"Hace 70 años"El presidente del PP andaluz, que ayer participó en un acto electoral en Écija (Sevilla, 40.534 habitantes), interpretó el discurso de Griñán del sábado como un intento de vincular al PP con la derecha franquista, la que tan pésimo recuerdo dejó en Andalucía. "Yo sé lo que pasó en España hace 70 años y no quiero que se repita. Toda España, de aquí y de allí, sufrió mucho, pero me parece desvergüenza intentar ganar unas elecciones avivando rencores del pasado", afirmó.
Arenas teme el estigma del señoritismo del PP andaluz. La cantidad de uso político que el PSOE dio a esa fotografía suya con un betunero lustrándole las botas en el Palace da idea de cuán rentable es ese discurso para los socialistas. El PP también teme el estigma de la derecha gritona y malencarada. Ayer las apelaciones de Arenas fueron al "futuro", a la "concordia" y al "cambio". Y, por supuesto, con mano tendida a los votantes de izquierdas. Pidió su apoyo "a los que han votado al PP antes y a los que nunca lo han hecho, porque es sano que 30 años después haya cambio". Y añadió: "Mucha gente antepone ser democrático a ser socialista o de IU. Aunque no coincida plenamente con la ideología del PP, mucha gente va a votarnos. Algunos ya han tenido 30 años de oportunidades".
Valderas propone un plan de rescate de ayuntamientos como el de los bancos
La tarea de Griñán es reivindicar esos 30 años. Tiene sentido que ayer eligiera para hacerlo otro gran feudo socialista, Extremadura, concretamente Azuaga (Badajoz, 8.303 habitantes), junto al presidente Guillermo Fernández Vara. "Nuestras comunidades han pasado de la resignación y el abandono a compartir ilusiones y una historia de transformación y cambio sin precedentes, lo que ha venido de la mano de gobiernos socialistas", dijo Griñán.
Tanto Griñán como Vara expusieron su convencimiento de que el Guadalquivir une y no separa a ambas regiones, tras el conflicto entre ambos Gobiernos vivido con la anulación por parte del Constitucional de las competencias exclusivas de Andalucía sobre el río, fruto de un recurso de Extremadura. Griñán sí dejó un apunte emocional: "Es nuestro río", dijo. "Ese es el sentimiento de los andaluces".
Ruina municipalDiego Valderas, coordinador regional de IU, lanzó ayer una propuesta para socorrer las maltrechas arcas de los ayuntamientos. Lo hizo en Jerez de la Frontera (Cádiz, 208.896 habitantes), un municipio con una deuda colosal y problemas serios para abonar las nóminas a sus empleados.
Valderas anunció que su partido propondrá activar un plan de rescate –a la manera del rescate a los bancos y cajas de ahorros en apuros– de los ayuntamientos que estén "arruinados" para sacar a las corporaciones de su "crisis profunda". El líder de IU también abogó por una nueva ley de financiación municipal.
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