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Un año del asesinato de Masha Amini: las mujeres iraníes desafían al régimen
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Hace un año las calles de Teherán se llenaron de mujeres que protestaban por el asesinato de Masha Amini, de 22 años. Amini murió el 16 de septiembre de 2022 después de ser detenida por la Policía de la Moral iraní por no llevar bien puesto el velo. Esa fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de las iraníes que, bajo el régimen, veían y ven mermados sus derechos día tras día.
"Aunque las mujeres iraníes son el 50% en las universidades, luego solo representan el 15% de la fuerza laboral. Con la rebelión del velo también reclaman que se acabe con esta discriminación", explica a ‘Público’ el catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense, Ignacio Álvarez-Ossorio.
Bajo el lema ‘mujer, vida, libertad’ salieron a las calles para pedir el fin de la República Islámica. Las protestas se saldaron con 500 fallecidos, miles de detenidos y siete personas ejecutadas, una de ellas en público.
Mujeres, adolescentes y niñas fueron asesinadas por las fuerzas del orden de la República Islámica. Cuando quisieron volver a las aulas, cientos de niñas fueron envenenadas con gas. Los símbolos como cortarse el pelo o quemar el velo se hicieron la seña de todo un movimiento social.
Aquellas protestas marcaron un antes y un después. Hoy, hombres y mujeres, desafían al régimen con su indumentaria. Se ha hecho normal ver a mujeres sin velo o a hombres en bermudas. Ellos se han aliado con la causa de ellas.
Sin embargo, y con motivo del aniversario del asesinato de Amini, las autoridades iraníes han alertado de las consecuencias de volver a manifestarse.
"El régimen no hará concesiones porque teme que una concesión lleve a otra concesión", argumenta Álvarez-Ossorio que también considera que sería “muy difícil” que los cimientos del régimen se lleguen a tambalear sin manifestaciones continuadas.
El tío de Amini, Safa Aeli, fue detenido la semana pasada y se desconoce su paradero.
El Poder Judicial iraní ha amenazado con aumentar el castigo para las 22.000 personas que fueron amnistiadas por manifestarse el año pasado. El régimen prepara una nueva ley del velo por la que las mujeres pueden ser condenadas a 10 años de cárcel o pagar multas de cientos de dólares por infringir el código de vestimenta.
La policía monitoriza las cámaras de tráfico para hacer reconocimiento facial y localizar a las mujeres que no lleven el hiyab bien puesto. Personas conocidas, profesores y artistas han sido despedidos, detenidos o apartados para evitar que se posicionen a favor de las protestas.
Ante las advertencias de represión cuando se cumple un año del asesinato que cambió un país, la única certeza es que, a pesar del peligro y en señal de oposición al régimen, muchas mujeres mantienen su pelo al descubierto.