Este artículo se publicó hace 15 años.
Ana María Shua bordea el misterio literario en cuentos brevísimos
Convencida de que el cuento brevísimo es el arte de contar lo que no tiene palabras bordeando el centro del misterio literario, la argentina Ana María Shua presenta en España "Cazadores de letras", que reúne sus cuatro obras dedicadas a este género.
La autora argentina ha sostenido hoy en conversación con Efe que es su tendencia natural a la síntesis lo que la llevó a la mini-ficción, porque, ha apuntado, es la "extrema concentración del significado" lo que más le produce placer.
"Cazadores de letras", editada por Páginas de Espuma y presentada ahora en España, compila "La sueñera", "Casa de geishas", "Botánica del caos" y "Temporada de fantasmas".
A estos cuatro textos, emparentados estéticamente con la poesía, se suman un grupo de mini-cuentos inéditos editados bajo el epígrafe "Fenómenos de circo", que podrían integrar en el futuro un nuevo título de la autora, nacida en Buenos Aires en 1951.
La propia escritora recomienda no leer más de cinco o diez mini-relatos de una sola vez, porque es consciente del esfuerzo que debe hacer el lector a la hora de sumergirse en ellos.
Ana María Shua parte de la base de que el género exige del lector sus conocimientos, para completar un relato "sin necesidad de muchas explicaciones", y su empeño de comenzar una narración nueva cada página, que a su vez requerirá un tiempo de reflexión.
En las mini-ficciones de Ana María Shua están presentes los sueños, las enfermedades, la fantasía, las versiones de grandes obras de la literatura universal, las hadas y los lugares comunes del imaginario popular.
Todo ello relatado con un mínimo de palabras porque, como subrayó la autora, el microrrelato es "el arte de usar palabras para decir lo que no tiene palabras bordeando el centro del misterio literario".
Ana María Shua observa las nuevas tecnologías como "impulsoras" de un género que exige esfuerzo, pero también da la satisfacción de empezar y acabar el mismo día, al contrario de "la angustia que genera a un escritor una novela", indicó.
"Lo que importa es el texto, no el soporte", afirmó la autora, que vaticinó que la industria editorial tendrá que adaptarse a los nuevos soportes.
En su opinión la industria del libro vive una época de expansión movilizada en buena parte por internet y recordó que las nuevas tecnologías han dado lugar a novedosas formas de la palabra, como los correos electrónicos y los mensajes de texto telefónicos.
"Doy la bienvenida a todas las formas de la palabra escrita y leída", dijo Ana María Shua, autora de cinco novelas, de cuentos largos y de numerosas obras de literatura infantil.
Con "Cazadores de letras, Shua se suma a la larga tradición emprendida por compatriotas como Jorge Luis Borges, quien además plantó la bandera de la universalidad e la literatura argentina.
Definió de "muy interesante" el panorama literario argentino, en el que la novela está alcanzando un desarrollo en los últimos 30 o 40 años que no había tenido, porque, explicó, los argentinos eran "mejores cuentistas que novelistas".
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