Este artículo se publicó hace 17 años.
Alternativas a la cena y la fiesta de siempre
Tres ejemplos de planes antinavideños
"Estamos hartos del rollo fiesta con traje"
Juan P. tomará las uvas, dormirá y dejará la fiesta para la tarde del 1 de enero
Juan P., madrileño de 21 años, ha decidido descartar por fin el plan macrofiesta fin de año. Tomará las uvas, una copa cerca de casa y lo más pronto posible, a dormir. Al día siguiente, a la una de la tarde comienza su fiesta en el pabellón Madrid Arena de la Casa de Campo en Madrid. "Estábamos hartos de la típica fiesta con el traje y esos líos", explica. Por 45 euros, este joven amante de los festivales acudirá a escuchar música electrónica durante once horas en el Space of Sound. "Termina a las doce de la noche. Hay gente que empalmará desde la cena, pero nosotros dormiremos antes de ir", habla sobre el plan alternativo que ha escogido con sus amigos.
"Nueva York es más chulo en Navidad"María José B. se va a Nueva York a correr la ‘San Silvestre' local
El plan de María José B., de 32 años, incluye viaje, diversión y deporte. Hoy cogerá un avión para pasar el fin de año en Nueva York. Después de cenar correrá la San Silvestre de la Gran Manzana. "La llaman también la carrera de los borrachos porque en el abituallamiento puedes beber agua o cava", explica. En total, 6,5 km. de fiesta entre miles de personas disfrazadas corriendo por Central Park. "Normalmente cenamos en familia en el pueblecito y la fiesta del pabellón, aunque un año fuimos a la Puerta del Sol. No nos gustó nada. Muchos apretujones y la gente demasiado pasada", compara. "Mejor faltar en Nochevieja que en Navidad", acaba. "Me quedo en casa para evitar movidas"
Manuel V. se acostará como una noche normal y no enviará ningún sms
Es la peor noche para salir. "Si una cerveza cuesta 5 euros, ese día vale 10. Además, todo está a tope, hay muchos gritos y peleas". Por eso, Manuel no entiende que gente que nunca va de fiesta, lo haga precisamente en Nochevieja. "Encima, si no lo haces te miran raro", lamenta este barcelonés de 40 años, que no enviará ningún sms porque no tiene móvil. "Antes la gente se comía las uvas y brindaba con la familia tranquilamente. Ahora, todos están esperando las campanadas para correr a enviar mensajes". Manel tampoco comprende que la la gente se "emperifolle" de un modo tan artificial. Por ello, y para evitar movidas, se quedará en casa.
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