Este artículo se publicó hace 11 años.
Unos almacenes de Londres crean una "sala del silencio" para relajarse de las rebajas
La tienda Selfridges ha recuperado una propuesta que ya hizo hace un siglo, para que los ciudadanos se evadan del ruido y el estrés de la gran ciudad
Los almacenes británicos de lujo Selfridges han recuperado en tiempo de rebajas la "sala del silencio", un espacio insonorizado donde aislarse de la vorágine de las compras que la compañía ya utilizó hace un siglo.
La sala acaba de inaugurarse dentro de la campaña No Noise (Sin ruido), con la que estos almacenes situados en la céntrica Oxford Street londinense pretenden ofrecer "momentos de paz y tranquilidad en un mundo que nos bombardea con información y estímulos", según aseguran.
Junto a esa sala para aislarse y reflexionar, la iniciativa incluye mensajes de meditación ideados por un monje budista o la retirada del logo de Selfridges de sus icónicas bolsas amarillas para que los londinenses se centren en lo importante: buscar la calidad.
La "sala del silencio", situada en la cuarta planta del lujoso complejo, tiene como único mobiliario un banco dispuesto alrededor de sus cuatro paredes que permite descansar, sin límite de tiempo, en un ambiente sobrio y tenuemente iluminado.
Para acceder a este remanso de paz de diseño minimalista, los compradores están obligados a despojarse de sus zapatos, así como de móviles y otras distracciones tecnológicas propias del siglo XXI para, una vez allí, dejar volar la mente.
Pese a las apariencias futuristas del proyecto, que busca combatir el estrés actual, la idea tiene más de un siglo de historia y fue iniciativa del fundador de esos almacenes, Harry Gordon Selfridge, en 1909, con el mismo propósito que hoy se plantea.
El objetivo marcado entonces fue ofrecer a los compradores "un retiro donde descansar de la vorágine de las rebajas y recuperar fuerzas", según recuerda la empresa en un comunicado.
La "sala del silencio" es sólo una parte de la campaña de los grandes almacenes, que han recurrido a expertos en la meditación para ayudar a los compradores a afrontar con calma estas fechas consumistas, especialmente famosas en Londres.
Así, figura entre los fichajes de Selfbridges el monje budista Andy Puddicombe, cofundador de Headspace, un proyecto que persigue desmitificar la meditación y hacerla a aplicable a la vida diaria.
Puddicombe sugirió desplegar grandes carteles con mensajes profundos y consejos sobre prácticas de meditación, que estarán disponibles en versión digital a través de la página web de Selfridges.
Otra de las iniciativas de Seldridges es su apuesta por la llamada "tienda tranquila", un espacio en el que se venderán productos de marcas famosas que en esta ocasión prescinden de su conocido logotipo, que ha sido borrado de sus envases.
Heinz, Marmite, Levi's o Estée Lauder quedan ahora reconocibles solo para el ojo experto de los consumidores habituales que sean capaz de identificar sus productos, un gesto que las propias marcas justificaron argumentando que su calidad hace innecesaria cualquier otra referencia.
"Las marcas que han eliminado sus logos tienen confianza en que el producto se basta a sí mismo para venderse y que sus formas están tan bellamente diseñadas que el consumidor será capaz de reconocerlas sin la necesidad de leer el nombre de la marca", apuntaron las marcas participantes.
La propia Selfridges predicará con el ejemplo y, al menos hasta que la campaña acabe a finales de febrero, hará desaparecer su nombre de sus bolsas amarillas.
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