Alan Gilbert y la Filarmónica de Nueva York exhiben su "química" en España

La Filarmónica de Nueva York ha sido tan levantisca en sus 168 años de vida con sus directores que ha habido quien ensayaba con revólver "por si acaso", un genio que su nuevo responsable, Alan Gilbert, ha apaciguado porque, dice, la "química" ha surgido entre ellos y tocan contentos y "mejorando" cada día.

La Filarmónica ha decidido comenzar su primera gira europea con Gilbert al frente en España, país al que la orquesta más antigua de Estados Unidos no iba desde 2001, y ya ha tocado en Barcelona, el pasado jueves, anoche en Zaragoza y hoy y mañana lo hará en Madrid.

Pocas horas antes de actuar en el Auditorio Nacional, Gilbert (Nueva York, 1967) explica en una entrevista concedida a Efe que está "feliz" con que la gente piense que es "el azote" y el "aire fresco" que necesitaba la orquesta para sacarla de la anemia creativa que la consumía.

"Lo único que puedo decir es que trato de ser yo mismo y que lo que la orquesta necesitaba era un punto de vista personal. La forma en la que se aproximan ahora a la música es diferente, es un nuevo tiempo y tocan llenos de energía, de ganas y entusiasmo y disfrutan ellos y hacen disfrutar al público", subraya.

Y, para mayor mérito, todo ello sin que Gilbert, el primer neoyorquino que dirige la Filarmónica, fuera la primera, y ni siquiera la segunda, opción para cubrir el puesto.

Dirigida en los últimos 20 años por Kurt Masur y Lorin Maazel, la Filarmónica, irreductible, indisciplinada y esporádicamente violenta -varios de sus directores fueron acosados, insultados y perseguidos por los músicos- pero también en su momento creativo "más bajo" quería a Riccardo Muti pero éste dijo que no y su otro candidato, Gustavo Dudamel, fichó por la Filarmónica de Los Ángeles.

Y entonces, tras dos años de búsqueda, surgió el nombre de Gilbert, que además de llevar desde 2000 dirigiendo a la Real Filarmónica de Estocolmo les resultaba, literalmente, muy familiar porque su padre era violinista en ella y su madre sigue siéndolo.

Su misión de transformar la orquesta y recuperar la posición de "primera" que tuvo con Leonard Bernstein empezó en septiembre y Gilbert está "encantado" con lo que ya han conseguido gracias, en buena parte, a que sólo tres semanas de debutar hicieron su gira asiática.

"Salimos ya con una estrecha relación de confianza y la gira la aumentó y llevó 'lo nuestro' a un nuevo nivel. Obviamente, estar, como en este tour europeo, en 9 ciudades de 5 países tocando dos semanas seguidas es agotador porque sólo hay trabajo, nada de turismo, pero sirve para conocernos más y mejorar la química que hay entre nosotros", dice rendidamente "enamorado" de su formación.

No sólo no le aburre tocar "lo mismo, una vez y otra vez" en gira -dos repertorios que alternan- sino que está convencido de que esas "repeticiones" sirven para "encontrar nuevas cosas en la música y crecer en calidad, en intensidad y en emociones".

Hoy en Madrid, por primera vez en esta gira, interpretarán "Expo", una pieza compuesta para la orquesta por Marcus Lindberg para estrenarla en su debut de septiembre, un soplo más de "aire fresco" porque la Filarmónica era muy reticente a la nueva música tras el paso por ella de Pierre Boulez.

"No tuve que convencer a la orquesta porque, a pesar de aquello, les gusta hacer nuevas cosas y son capaces de tocarlo todo. Me encanta hacer combinaciones de piezas y 'Expo' es, además, emocionante y brillante".

Sobre su nueva colaboración con el uzbeko Yefim Bronfman dice que "no se puede ser más perfecto" de lo que es este pianista, que hace de una composición tan "pavorosamente difícil" como es la que tocará esta noche, el concierto para piano número 2 de Prokofiev, "una experiencia única y bellísima, técnicamente impecable y emocionalmente sublime".

El domingo, la Filarmónica interpretará "La Passione" de Haydn, la sinfonía "Inacabada" de Schubert, "Tres piezas orquestales" de Berg y "The wound-dresser", de John Adams, que cantará el barítono Thomas Hampson.

La gira, que terminará el día 4 en el Barbican de Londres, les llevará de Madrid a Zurich, Frankfurt, Colonia, Dortmund y París.