Este artículo se publicó hace 15 años.
Aguirre y Gallardón se vuelven a ver las caras tras el caso Cobo
Será durante la inauguración del nuevo intercambiador en superficie de Plaza de Castilla
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, se verán las caras de nuevo en la inauguración del nuevo intercambiador en superficie de Plaza de Castilla, después de dos semanas de tensión y cruces de declaraciones entre ambos dirigentes conservadores.
La expectación está garantizada pues desde que el vicealcalde madrileño, Manuel Cobo, arremetiera contra la presidenta autonómica en una entrevista, Aguirre y Gallardón no han coincidido en ningún acto institucional ni de partido -la primera evitó acudir al Comité Ejecutivo Nacional el pasado martes-.
Curiosamente, el reencuentro y la búsqueda de la foto de la reconciliación o del desplante se producirá de nuevo en la inauguración de una infraestructura común. Y es que casi se podría decir que este tipo de proyectos están gafados, ya que las visitas de los dos conservadores a iniciativas de Transportes están siempre rodeadas de polémica y expectación, especialmente en los últimos dos años.
No han coincidido en ningún acto institucional ni de partido desde el último conflicto entre ambos
La inauguración más tensa tuvo lugar el 6 de febrero de 2008, a pocas semanas de que tanto la presidenta como el alcalde se quedaran fuera de las listas que el PP iba a presentar en los comicios generales que se celebrarían en el mes de marzo.
En esa ocasión, Aguirre lanzó un órdago, ya que le aseguró a su presidente de partido, Mariano Rajoy, que si Gallardón iba en las listas electorales, ella dimitiría de su cargo para poder presentarse también a los comicios. Rajoy rechazó esta posibilidad alegando que eran más útiles para el partido y para el interés general en sus cargos actuales.
Como ocurrirá hoy, Plaza de Castilla fue entonces el escenario de la 'especial' relación que mantienen ambos dirigentes, ya que Aguirre dejó patente su enemistad con el primer edil al negarle los dos besos protocolarios y dejar el saludo de cortesía en un simple apretón de manos.
Veinte días después, otro intercambiador, en este caso el de Moncloa, fue fondo de la escenificación de la reconciliación. En la inauguración de la ampliación de esta infraestructura ambos dirigentes se besaron ante las cámaras para dejar claro su buen rollo, pese a que los encuentros anteriores a ése habían sido muy fríos.
Así, Aguirre pareció aplicar la frase "obras son amores" con la que en su día se refirió a la mejora de las relaciones con el Ministerio de Fomento, tras la sustitución de Magdalena Alvarez por José Blanco.
Pero no todos los encuentros entre ambos dirigentes siempre han sido gélidos. La última vez, en este sentido, fue en verano colocando la última parte de la catenaria rígida de la línea 6 de Metro, donde ambos, en un ambiente distendido, no dudaron en subirse a la maquinaria de obras para colocar los últimos tornillos que se iban quedando en el camino.
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