Este artículo se publicó hace 15 años.
Un agricultor afgano mutilado lamenta haber ido a votar
Lal Mohamad, un agricultor de 40 años, fue uno de los millones de afganos que desafiaron las amenazas talibanes para acudir a las urnas en las elecciones presidenciales de este mes. Pero ahora lamenta haberlo hecho.
Un grupo de combatientes le tendieron una emboscada cuando iba a un colegio electoral y le cortaron parte de la nariz y las orejas.
Los talibanes prometieron sabotear los comicios del 20 de agosto, amenazando con represalias contra los votantes y llevando a cabo decenas de atentados con cohetes y bombas en todo el país el día de las elecciones.
Las amenazas y la violencia no impidieron que las elecciones tuvieran lugar, pero parece que afectaron a la participación en algunas áreas, especialmente en el bastión talibán en el sur.
Mohamad, hablando a trompicones en un hospital de la capital, Kabul, describió cómo los integristas le buscaron cuando iba a votar. Le golpearon con la culata de un fusil hasta que encontraron su tarjeta de votación y luego sacaron un cuchillo.
"Vi a uno dirigirse hacia mi nariz con un cuchillo. Le pedí que parara, pero fue inútil", dijo Mohamad. "Lamento mucho haber cogido la tarjeta para ir a votar".
Las autoridades electorales han informado de incidentes aislados en los que los extremistas cortaron los dedos teñidos de tinta indeleble de los votantes. La tinta tenía como objetivo impedir una votación múltiple, pero también ayudó a los extremistas a distinguir quién había votado.
Un portavoz talibán negó antes de las elecciones que se hubiera ordenado mutilar a los votantes.
Mohamad describió que quedó tirado sangrando e inconsciente durante horas, hasta que un hombre de su pueblo le vio y le subió a lomos de un burro. Pero dado que no hay instalaciones sanitarias adecuadas en la remota provincia de Dai Kundi, tuvo que viajar en burro y coche durante tres días por pistas de montaña y caminos de tierra hasta llegar a la capital.
Tras responder a algunas preguntas, Mohamad, aparentemente exhausto, se dejó caer en su cama del hospital.
Como dos tercios de los afganos, no sabe leer ni escribir. Añadió que no sabía siquiera quién concurría al cargo cuando fue a votar, pero que le había emocionado la perspectiva de depositar un voto para ayudar a elegir a un presidente.
Un médico informó de que Mohamad necesita cirugía plástica y semanas de tratamiento para recuperarse.
Mohamad dijo que espera que el Gobierno cuidaría de su familia hasta que él mejore.
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