Este artículo se publicó hace 13 años.
13 kilómetros y 259 minutos
La búsqueda de Ruth y José llevó ayer a la Policía a rastrear colectores entre la finca y el parque. Los investigadores creen que la clave del caso está entre ambos lugares
La búsqueda de Ruth y José, los hermanos de 6 y 2 años desaparecidos el pasado 8 de octubre en Córdoba, vivió ayer una nueva jornada de frustración. Entre las 10.10 de la mañana y las 18.12 de la tarde, decenas de policías rastrearon colectores y alcantarillas situadas en los 13 kilómetros que separan los dos lugares que los investigadores consideran claves: el Parque Cruz Conde donde, según el padre, José Bretón, se extraviaron los críos, y la finca que la familia paterna tiene a las afueras de la ciudad y donde los niños y su progenitor pasaron aquel día las últimas horas juntos.
Los nuevos rastreos se producen después de que la Policía buscase hace semanas sin éxito en el interior de la finca. Los investigadores están convencidos de que lo que les ocurrió a los niños se produjo en dicho terreno. Por ello, el padre se encuentra encarcelado acusado de su desaparición.
Los agentes seguirán buscando en el alcantarillado en los próximos días
Ayer, los agentes inspeccionaron más de una veintena de pozos y recorrieron casi toda la red de alcantarillado de aguas residuales y pluviales del polígono industrial de Las Quemadas situada a menos de 500 metros del terreno de la familia de José Bretón. Antes, a primera hora, los agentes buscaron junto al parque, en unos pozos cercanos al Guadalquivir situados en terrenos lindantes a la zona conocida como Granja del Estado.
A última hora de la tarde, los policías, acompañados por trabajadores de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa), se trasladaron a un punto intermedio entre ambos puntos que hasta ahora no había sido inspeccionado: el polígono industrial de El Granadal, ya en el casco urbano de Córdoba.
Los agentes recorrieron también las tuberías de aguas residuales a un lado y otro de la Autovía del Sur (A-4) hasta que sobre las 18.12, cuando se hizo la noche, suspendieron la búsqueda. La Policía tiene intención de seguir rastreando en todos los conductos subterráneos de la ciudad entre la finca y el parque en los próximos días.
Dos vídeos fijan la desaparición entre las 13.37 y las 17.56 del 8 de octubre
La insistencia de los agentes en buscar entre ambos lugares se justifica en dos grabaciones de vídeo. La primera, obtenida por una cámara de seguridad de un centro penitenciario muy próximo a la finca, grabó a las 13.37 horas de aquel 8 de octubre cómo Bretón llegaba en su vehículo a los terrenos de su familia con los niños a bordo. Ese mismo dispositivo volvió a grabar el automóvil a las 17.30, cuando salía de la finca rumbo al centro de la ciudad. En estas imágenes no se puede observar si los niños viajan en el coche.
A las 17.56, otra cámara, esta situada en el Parque Cruz Conde de la localidad, volvió a grabar el vehículo del padre. La Policía ha comprobado, tras analizar las imágenes y realizar una reconstrucción con muñecos y otra con niños, que para entonces los pequeños ya no le acompañan. Minutos después, Bretón realizó la llamada en la que alertaba del supuesto extravío de los menores.
Horas llenas de incógnitasPor ello, las pesquisas se han centrado en los 259 minutos que separan unas imágenes de otras. El padre siempre ha sostenido que mientras estuvo en la finca sus hijos estuvieron jugando y pasaron bastante tiempo dormidos. Sin embargo, lo único que tiene constatado la investigación es que Bretón hizo desde ese lugar con su móvil al menos dos llamadas.
Las pesquisas se han centrado en los 259 minutos que separan unas imágenes de otras
La primera, a la media hora de llegar, a su esposa, Ruth Ortiz, de la que está en trámites de separación. La mujer, aconsejada por los psicólogos que ya entonces la atendían, no descolgó, según confirmó su entorno. La segunda la realizó a su hermana Catalina poco antes de salir para quedar con ella en el parque y que supuestamente pudieran jugar Ruth y José con los dos hijos de esta, de edades similares.
Los cuatro niños ya habían estado juntos aquel día por la mañana, cuando el ahora encarcelado hizo de canguro y cuidó de sus sobrinos y sus hijos para que su hermana y su cuñado salieran a hacer una compras. Cuando estos regresaron sobre las 13.00, Bretón estaba muy nervioso. Insistía en que había quedado con un amigo para comer e iba a llegar tarde.
Minutos después, el único encausado recogía su coche en casa de sus padres, de los que se despidió en la puerta, y se iba con sus hijos a la finca. Allí llegó a las 13.37. Comenzaba un misterio cuya solución la Policía busca ahora en alcantarillas y colectores.
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