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Rajoy saca pecho: "La España de hoy tiene poco que ver con la de hace un año"

El presidente del Gobierno explica en el Congreso los detalles del Plan Nacional de Reformas y el programa de estabilidad 2013 y 2016. Rubalcaba le exige un cambio de política y le ofrece un 'gran acuerdo nacional' para ganar confianza

JUAN ANTONIO BLAY

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no se ha complicado la existencia a la hora de explicar ante el pleno del Congreso de los Diputados los pormenores del Plan de Estabilidad aprobado por el Ejecutivo el pasado 26 de abril y remitido a Bruselas con la revisión de previsiones macroeconómicas hasta 2016. Sencillamente ha obviado los detalles y se ha concentrado en un solo objetivo sacar pecho de lo ejecutado por su Gobierno en el último año y medio.

En esa tarea se ha empleado a fondo. 'España tiene poco que ver con la de hace un año', ha afirmado, sin excesivo énfasis pero con convicción, a modo de resumen. Durante casi cuarenta minutos no se ha salido de ese guión. Incluso ha hecho diversas valoraciones de cómo los ciudadanos están valorando lo sucedido desde su llegada a La Moncloa. 'Hemos logrado superar obstáculos que parecían infranqueables en un tiempo increíblemente corto y lo hemos conseguido porque los españoles lo han comprendido, lo han aceptado y lo han sufrido', ha asegurado.

Y para trasladar lo satisfecho que está por el trabajo desarrollado ha insistido: 'Continuaremos con la misma política, que es la que da resultados palpables, la que sanea nuestras cuentas, la que ha permitido recuperar la confianza internacional y la que sienta las bases más sólidas para el crecimiento estable. Vamos, pues, a continuar con los mismos objetivos y con los mismos instrumentos, porque todavía quedan tareas importantes y debemos completarlas'.

En esa línea ha pronunciado numerosas frases, muchas de ellas con un marcado marchamo de marketing efectista, para apoyar en tono positivo la gestión realizada al frente de su Gobierno desde hace casi año y medio. 'Ya nadie me pregunta, señiorías, si vamos a pedir un rescate. Hasta hace unos meses, me lo preguntaban todos los días. ¿Por qué ya no me lo pregunta nadie? Muy sencillo: porque los españoles, a lo largo del año pasado, han demostrado una férrea voluntad de mejora y una capacidad de sacrificio, y un empeño por cumplir sus compromisos, que han despejado las dudas', ha esgrimido.

Se ha referido a los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) que aportó la dramática cifra de 6.202.700 parados en España. Y lo ha hecho con otra frase de laboratorio: 'Estamos realizando la mejor política de empleo posible, la que elimina los escollos, la que despeja nuestra economía de todo lo que ha contribuido a destruir empleos y mantiene bloqueada la creación de nuevos puestos de trabajo'. Poco más ha añadido en este capítulo.

En cambio, se ha extendido en valorar los beneficios de la reducción del límite de déficit previsto para este año, que supondrá un ahorro de 18.900 millones de euros 'que ha tenido una buena acogida en Bruselas', ha puntualizado. En su opinión, ese objetivo, más 'otros ajustes menores en torno a 3.000 millones de euros', conforman el eje central del Plan de Estabilidad que, no es otra cosa, que una continuación de su política económica, aunque con un marco mucho menos exigente que el del año pasado, según ha explicado. De modo y manera que, como dicen las previsiones remitidas a Bruselas, 'hemos dejado atrás lo peor... y perseverar en la misma dirección', ha vuelto a recalcar.

Tras introducir algo de dramatismo - único momento en que puso énfasis a su discurso - al afirmar que '¡hace un año estábamos al borde de la quiebra, señorías!, ¡vivíamos en un constante riesgo e ser intervenidos!', situación que atribuyó, de nuevo, a la herencia recibida, Rajoy regresó a sus vaticinios optimistas, rozando el triunfalismo: 'No estamos en el camino equivocado, ni hemos perdido el tiempo, ni tenemos las manos vacías. Hemos salido de lo peor. Hemos detenido la caída, vamos a empezar a mejorar, y los resultados llegarán porque todos sabremos recorrer, con firmeza, el camino que nos falta'. Su intervención fue aplaudida por su grupo, más por inercia que por convicción.

El portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, subió a continuación a la tribuna consciente de que no había opción al debate directo y se limitó a realizar un diagnóstico que lejos de ser catastrófico pretendió ser constructivo, no sin advertir a Rajoy de que 'si no cambia de política será una legislatura perdida para solucionar el drama del paro', ha dicho en los primeros compases de su intervención.

El líder socialista le ha propuesto al presidente del Gobierno su disposición de alcanzar 'un gran acuerdo nacional' con el objetivo de generar confianza internacional y reactivar la economía para superar la crisis y crear rápidamente puestos de trabajo. No obstante, ha considerado que su oferta la entiende difícil 'tras escuchar su discurso', que ha calificado como alejado de la realidad que vive la sociedad española.

En opinión de Rubalcaba los cambios en las previsiones macroeconómicas demuestran 'que el Presupuesto General del estado que trajeron a esta cámara y que apenas tiene cinco meses de vigencia estaba equivocado. Ahora, con las nuevas magnitudes tienen la oportunidad de rectificar su política económica. Debe hacerlo, señor Rajoy'. Entre las cuestiones urgentes ha citado la reforma laboral 'porque se ha revelado inútil e ineficaz para crear empleo; todo lo contrario, hace que aumente el paro', ha insistido Rubalcaba.

Ahora bien, para el dirigente socialista el acuerdo que propone 'no es un respaldo incondicional, no se trata de que apoyemos sí o sí los 34 decretos leyes que han presebntado ante la cámara, por ejemplo'. Tras insistir en su propuesta de dedicar una parte de los 100.000 millones destinados al rescate del sector financiero para fomentar políticas de crecimiento económico con una partida de 30.000 millones, Rubalcaba ha pedido a Rajoy que presione a Bruselas para que le autoricen a emplear esos recursos porque 'será la forma de sanear mejor la economía española'.

Y, casi al final de su intervención, le ha hecho un ruego: que derogue la reforma sanitaria introducida por su Gobierno y reponga la universalidad de las prestaciones. 'Evite, señor Rajoy, lo sucedido a un inmigrante senegalés en Mallorca que ha fallecido de tuberculosis por no recibir la atención que necesitaba', ha sentenciado Rubalcaba.

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