El presidente de la Xunta ha luchado siempre por desvincularse de la trama Gürtel y su potente conexión con el PP gallego a través de Pablo Crespo, ex secretario de Organización (1995-2003) y número dos de Francisco Correa hasta la imputación y detención de ambos por corrupción. Alberto Núñez Feijóo, cuando se le pregunta por Crespo como detonante de una presunta financiación ilegal de todo el partido, tal y como indican las últimas investigaciones judiciales, apela a su militancia tardía en el PP y asegura que él responderá de los hechos que se corresponden con su liderazgo del partido en Galicia, al que accedió en 2006.
Sin embargo, el 'hecho' que se le ha presentado ahora en forma de fotografías con el narcotraficante Marcial Dorado y aunque sean de 'hace casi 20 años' -como él se ha esforzado en recordar una y otra vez en su rueda de prensa de ayer-, se trata de otra vuelta de tuerca de un clásico de la política gallega que comienza ya en la transición: la relación entre el narcotráfico y AP-PP o, lo que es lo mismo, la convivencia -identificación, en muchos casos- de los capos del contrabando de tabaco y el tráfico de drogas con los políticos conservadores liderados por Manuel Fraga antes de ser éste relevado por Feijóo.
La vehemencia con la que Feijóo ha pretendido desentenderse de la etapa de Fraga y los comienzos de AP-PP en Galicia podrían estar pasándole factura, razonan en su partido, más allá de la estrategia de la oposición socialista y nacionalista, que recuerdan ahora al presidente y al PP gallego (sobre todo, al de Ourense de José Manuel Baltar) cómo se ensañaron con el vicepresidente gallego Anxo Quintana (BNG) cuando se publicaron las fotos de éste en el yate de Jacinto Rey , propietario del Grupo San José y adjudicatario entonces de un importante paquete de megavatios en un concurso eólico que generó gran polémica. Precisamente, fue el entonces periódico de Rey, Xornal de Galicia (hoy desaparecido), el que publicó junto a Público la foto de Rajoy en el yate de Os Caneos, el clan de narcotraficantes 'más importante de España', según la policía. El PP gallego dio el pistoletazo a las elecciones europeas de 2009, subido en el Moropa.
Feijóo insistió en su rueda de prensa y una y otra vez, en su 'muy cordial' relación con Quintana, desvinculándolo así de la publicación de sus fotos con el narco Dorado en el yate de éste. El presidente de la Xunta ha recordado implícitamente las advertencias que lleva recibiendo hace diez años sobre la existencia y posible publicación de esas fotos, pero evitó dar los nombres de quienes le habrían advertido. Que el líder de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, había lanzado el aviso en alguna ocasión -ahora se sabe que con conocimiento de causa- sobre el 'ahí-ahí' de la relación entre el delfín de Rajoy y el narcotráfico, está en las hemerotecas; concretamente, en las de febrero de 2011 ('Feijóo y el narcotráfico andan ahí-ahí', dijo exactamente el líder socialista gallego).
Sin embargo, quienes no figuran en los archivos de prensa en los términos del PSdeG -ni se espera que se pronuncien públicamente más que para dar apoyo a su líder- son los miembros del PP con quien el presidente de la Xunta mantiene una lucha soterrada de años por el control del partido y que no aceptan la diferenciación que hacen Feijóo y los suyos -incluidos Rajoy o José Manuel Romay Beccaría- entre un 'PP transparente y honesto' (del propio Feijóo en adelante, el antes conocido como PP del birrete) y un 'PP oscuro, intrigante y caciquil' (de Feijóo hacia atrás e incluyendo en el mismo saco al condenado Crespo o a los tres barones del llamado PP de la boina, Francisco Cacharro, José Luis Baltar y el difunto Xosé Cuiña)
Nadie en el PP se atreve a desvincular a estos viejos enemigos internos de Feijóo -'Pero recolectores de votos igual que él, de ahí su influencia en el tiempo'- de la circulación y publicación de las fotos. Las fuentes consultadas recuerdan que con Rajoy se intentó hacer lo mismo en idéntica batalla por el control del PPdG, pero las imágenes que decían poseer y que demostrarían una presunta homosexualidad del hoy presidente del Gobierno nunca se publicaron. El propio Rajoy, sin embargo, ha culpado de ese bulo en diversas ocasiones al abogado, narcotraficante y cerebro de narcotraficantes Pablo Vioque, el todopoderoso secretario de la Cámara de Comercio de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) por obra de Fraga, que también lo destituyó en cuanto se enteró de sus actividades ilegales.
Las fuentes consultadas van más allá e interpretan la aparición de las fotos de Feijóo y Dorado como un aviso al presidente, pues se le está recordando con ellas, aunque sea de forma implícita, una serie de datos 'que también están en las hemerotecas', añaden. Apuntan más alto, además, al recordar que Rajoy fue un hombre del PP y de AP, con responsabilidades destacadas -diputado autonómico ya desde 1981, con 26 años- en plena gestión del ex tesorero Rosendo Naseiro, involucrado en la presunta financiación ilegal del PP. Precisamente, el caso Naseiro se reveló casualmente en el marco de una investigación por narcotráfico, lo cual llevó, paradójicamente, a invalidar las escuchas que probaban los delitos, pero cuyas transcripciones están en todos los históricos de prensa. Rajoy fue presidente de la Diputación de Pontevedra entre 1986 y 1991 y líder de AP en esta provincia entre 1987 y 1989. Entonces, ascendió ya a la Ejecutiva nacional del PP de la mano de José María Aznar.
Antes de irse a Madrid, el actual jefe del Ejecutivo ya había frecuentado junto a Fraga el Parador de Cambados o los restaurantes Casa Rosita (Cambados) y el de la mujer del capo Luis Falcón, Falconetti, en compañía del hoy narco protagonista Marcial Dorado, pero también de alcaldes y altos cargos de UCD, AP o PP implicados después en delitos de contrabando y narcotráfico, como Vicente Otero Pérez (Terito), que fue condecorado con la medalla de oro y brillantes de AP; José M. Prado Bugallo (Sito Miñanco), José Ramón Barral (Nené), Manuel Lorenzo (Ferrazo), Alfredo Bea Gondar, Luis Jueguen, José Manuel Vilas, el citado Falconetti, el abogado Vioque o Evaristo Juncal. Éste fue defendido con vehemencia, precisamente, por el actual presidente de la Diputación de Pontevedra y amigo personal de Rajoy, Rafael Louzán, cuando en 2010 se informó de que Juncal había traspasado empresas a varios de los narcos citados en estas líneas. Louzán fue también la mano derecha -y consejero de alguna de sus empresas, sin él saberlo, según dijo- del contrabandista Nené, ex alcalde de Ribadumia (Pontevedra) De momento, sólo Laureano Oubiña, máximo exponente del tráfico de hachís en España, reconoció en una entrevista desde la cárcel a la edición española de Vanity Fair haber financiado a AP y UCD.
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