Cosmeticorexia: la obsesión por la piel perfecta que arrasa en redes sociales
Una obsesión creciente por la perfección estética está ganando popularidad entre los más jóvenes, creando una tendencia que podría conllevar riesgos para la salud

Inma Moraleda Pérez
Cientos de influencers con miles de seguidores se dedican a compartir productos y rutinas para la piel a través de sus redes sociales. Así es como algunos usuarios han empezado a promocionar rutinas de belleza extremas, tratamientos faciales invasivos y productos "milagrosos" que prometen una transformación radical en busca de la deseada wellaging, cada vez más idealizada entre la generación Z.
Aunque su contenido pueda parecer inofensivo, esta continua interacción con la perfección estética está alimentando una peligrosa tendencia en su vertiente más extremista: la cosmeticorexia. Un término que denomina la preocupación excesiva por mejorar la apariencia física a través de cosméticos, que puede generar dependencia hasta el punto de afectar a la autoestima y el bienestar emocional.
En un entorno digital donde la imagen lo es todo, esta corriente que podría sustituir la idealización de la delgadez característica de los millennials, puede poner en riesgo la salud mental y física de muchos jóvenes, quienes buscan estándares inalcanzables de belleza, como ya hiciera su generación predecesora con las curvas. Si ahora, por el contrario, se expande la cultura del body positivity, el skincare es la nueva moda.
Hoy en día la Generación Z enfrenta un nuevo tipo de presión: ya no es solo cuestión de forma física, sino también de perfección facial. Las redes sociales difunden el mensaje de que, con los productos y procedimientos adecuados, cualquier imperfección puede corregirse y los más jóvenes solo siguen indicaciones de un entorno insistente que no siempre está bien formado. Así, las nuevas generaciones buscan desde sérums, cremas antiarrugas, ácidos exfoliantes, hasta productos que prometen una piel perfecta, libre de imperfecciones, y que antes se correspondían casi exclusivamente con intereses de los adultos.
Nuestra piel, en peligro
De hecho, al igual que la búsqueda de la delgadez llevó a trastornos alimentarios en muchos jóvenes, esta manía con la cara intacta puede tener consecuencias negativas y ser contraproducente si no se tienen en cuenta las necesidades específicas de cada persona y de cada tipo de piel. Según un estudio publicado en Journal of the American Academy of Dermatology, el uso inadecuado de productos cosméticos o tratamientos invasivos puede desencadenar efectos secundarios como dermatitis, acné o reacciones alérgicas. Además, el abuso de productos con ingredientes activos potentes, como el retinol o los ácidos exfoliantes, sin la supervisión de un especialista, puede dañar la barrera cutánea.
No todas las rutinas que se viralizan en redes son adecuadas para todas las personas, y seguir estas tendencias sin conocer las particularidades de la propia piel puede agravar problemas dermatológicos, en lugar de solucionarlos.
Los más pequeños tampoco se salvan
Una de las vertientes más preocupantes de esta tendencia es la creciente popularidad del fenómeno conocido como "Sephora Kids", que fomenta el uso de productos cosméticos en niños y preadolescentes. Lo que antes estaba reservado para adultos, como cremas antienvejecimiento o tratamientos avanzados para la piel, ahora está siendo promovido entre las nuevas generaciones a través de líneas de productos diseñadas específicamente para ellos. Esta corriente puede tener un impacto aún más grave en su desarrollo, tanto a nivel físico como emocional.
Algunos estudios advierten que la piel de los niños es mucho más sensible y no necesita este tipo de cuidados, ya que puede afectar a su desarrollo natural y causar problemas dermatológicos a largo plazo. Además, a nivel psicológico, la exposición a la cultura de la perfección estética puede generar una exigencia tóxica y distorsionar la forma en que los pequeños perciben su propia imagen, contribuyendo a la aparición temprana de trastornos de autoestima y problemas relacionados con la imagen corporal.
La búsqueda de la juventud eterna
De la mano de esta tendencia, en los últimos años, las intervenciones de medicina estética han experimentado un notable aumento, especialmente entre los más jóvenes. Según la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), los tratamientos más demandados en 2023 fueron la luz pulsada intensa, los rellenos con ácido hialurónico, la mesoterapia, el plasma rico en plaquetas (bioestimulación) y la toxina botulínica. Y uno de los datos más importantes es que el porcentaje de pacientes con edades entre los 16 y 25 años ha aumentado del 14% al 20%, lo que refleja una creciente preocupación por la estética a edades más tempranas.
Este aumento está relacionado con un momento generacional y cultural que se mueve por el miedo a envejecer. En una sociedad donde la juventud se ha idealizado y la vejez está cargada de connotaciones negativas, ya no solo se recurre a cosméticos antiarrugas, sino que también aumentan los procedimientos estéticos más invasivos para frenar el paso del tiempo. La presión de mantener una apariencia juvenil se intensifica por la influencia de las redes sociales, y así, influencers y celebridades que promueven (y promocionan) tratamientos y productos para mantener una piel impecable.
De esta manera, el mercado del skincare, especialmente dirigido a los más jóvenes, ha crecido exponencialmente. Según Statista, la venta de productos para el cuidado de la piel de niños y bebés generó aproximadamente 4.135 millones de dólares en 2021 y se prevé que alcanzará los 5.600 millones de dólares para 2026.
Esto plantea serias preguntas sobre los riesgos a los que se exponen, ya que muchos de estos procedimientos pueden tener efectos secundarios no solo visibles sino también psicológicos. Todos ellos derivan de la cosmeticorexia que ya inunda las redes.
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