¿Cómo viajan los jóvenes?
Cada generación tiene una forma distinta de viajar, ajustada a su coyuntura económica y a su situación laboral, pero lo que está claro es que nadie se pierde la oportunidad de escaparse unos días.
Helena Celma
El verano es una de las épocas del año predilectas para viajar. Descubrir culturas, disfrutar de la gastronomía de otros países, coger colorcito en playas paradisíacas… Todo esto nos da la vida que el estrés del día a día nos quita durante el resto de meses. No hay duda de que movernos entre diferentes ciudades aporta una serie de beneficios y despierta una adrenalina única en todas las personas.
Sin embargo, la forma de viajar ha cambiado con el tiempo. Cualquier joven de la generación Z tiene presente las imágenes que le han enseñado sus abuelos, o incluso sus padres, sobre cómo disfrutaban de sus veranos. En la década de los 80, hace ya cincuenta años, lo más habitual era transportarse en coche, con maletas por doquier y prácticamente sin espacio en el interior del vehículo.
El destino predilecto era la playa, da igual cuál fuera, y lo de hacer una escapada de tan solo un fin de semana era algo prácticamente inimaginable. Cuantos más días, mejor, y si se podía llegar al mes en alguna zona de playa, entonces habías triunfado.
Relacionada: ¿Recuerdas cómo viajábamos en los 80?
Sin embargo, los tiempos han evolucionado. Los jóvenes se mueven diferente y lo habitual sería prácticamente inigualable para nuestros predecesores. De hecho, la consultora Mazinn y Darwin & Verne junto a IAB Spain han puesto luz a la pregunta de cómo viaja la generación Z en su estudio “¿Cómo viaja la generación Z por España?”.
Algo en lo que no hemos cambiado respecto a nuestros padres y abuelos es que seguimos prefiriendo la costa. Más del 75% de los jóvenes son más propensos a poder disfrutar de unos días en el mar, sobre todo teniendo en cuenta que el calor infernal se ha instalado en el clima debido al cambio climático. A la playa le sigue la montaña, preferido por un 15%, y la ciudad, por un 8%.
Otro elemento común con nuestros antecesores es el medio de transporte. El coche propio sigue siendo lo más común porque da más flexibilidad y autonomía, y permite que el joven Z “se siente empoderado para viajar cómo y cuándo quiera”, según el informe. A éste le siguen el tren y el vuelo, que van a la par como opciones secundarias.
El gasto medio durante el verano ronda los 580€, una cantidad más que aceptable para una generación bastante maltratada en lo que a lo económico se refiere. No hay que olvidar que el sueldo mínimo interprofesional es de 1080 euros algo que ha mejorado de forma progresiva en los últimos años, pero que sigue siendo insuficiente. De hecho, la base de cotización media entre los jóvenes menores de 24 años fue de 1.135,83 euros en diciembre del 2022, por lo que destinar mucho dinero a las vacaciones supone un gran esfuerzo para ellos.
De hecho, el dinero es uno de los factores más determinantes a la hora de escoger un viaje. Está claro que no será lo mismo irse a Bali, donde es necesario vender medio riñón al mercado negro para pagarlo, que escoger la opción más barata en el buscador de vuelo. Otros elementos que también influyen en la decisión final son el clima, la belleza del sitio, la cultura, la gastronomía, la oferta de actividades y la seguridad.
Tu destino marcará mucho las actividades a realizar en las vacaciones. Lo que más le gusta a la generación Z es recorrer la ciudad y descubrir su cultura, aunque tener relax es algo más que demandado. Pasarse las horas rascándose la panza sin preocupaciones también puede ser un sí de manual. Otras actividades como hacer deportes de aventura o probar nuevos platos son también las preferidas.
La autonomía de los Z
Uno de los elementos que caracterizan a los jóvenes Z es el dominio de las tecnologías. Hemos crecido prácticamente con Internet y eso también ha influido a la hora de planear las vacaciones.
Para escoger el sitio al que viajar, los Z se dejan aconsejar mayormente por los amigos y familiares. Sin embargo, todo lo que le sigue forma parte de Internet: Instagram, Google, Skyscanner, Booking, Airbnb, Tik tok… Todas estas plataformas sirven de inspiración para escoger el lugar que visitar en verano.
¿Y las agencias de viajes? Son algo prácticamente del pasado. Los Z son más de escoger el vuelo y el hotel con sus propias manos para ahorrarse dinero. Ya no hay necesidad de que un intermediario se encargue de ello, a pesar de que sigue siendo una opción segura para no preocuparse de prácticamente nada más allá de escoger el sitio y poner la tarjeta para pagar.
Y los millennials… ¿Cómo viajan?
Más allá de los Z, los millennials también tienen sus características propias a la hora de moverse de vacaciones. WeRoad, una empresa que organiza viajes para los millennial, explica a UwU que el principal motivo que los mueve a la hora de viajar es huir de la cotidianidad “para conocer experiencias de viaje únicas, locales y auténticas que a la vez sean experiencias flexibles, que puedan personalizar a su gusto, en las que puedan conocer a gente nueva afín a su personalidad y con su mismo travel mood pero, sobre todo, experiencias que contengan momentos wow”, es decir, aquellos momentos que sean del todo diferenciales.
Algunos de los destinos más demandados son aquellos de aventura, donde se incluyen Cuba, Tailandia, Bali, Japón, o algunos más cercanos a España, como Jordania o Marruecos.
Relacionado: Bali prohíbe a los turistas subir a árboles sagrados y emplear palabras malsonantes
Los millennials desembolsan más dinero a la hora de viajar. De hecho, el promedio ronda los 1.200 euros, a pesar de que WeRead ofrece experiencias express con un precio bastante inferior, de 499 euros. Además, los viajes rondan una duración de entre cuatro y seis días.
Por lo tanto, cada grupo viaja de una forma diferente, pero lo que está claro es que el amor por descubrir nuevos sitios sigue patente desde hace décadas y cada vez aumenta más.