El último disparate de Ayuso (que no debe opacar su intento de ocultar las actas de las residencias)
Tremending
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Hoy les traemos la historia de superación de una joven que con mucha cultura del esfuerzo se afilió al PP y, tras crear la cuenta de Twitter del perro de Aguirre y la dimisión de Cifuentes por un vídeo de su afición a la cosmética, llegó a ser presidenta de la Comunidad de Madrid. Ya en el cargo, alcanzó sus mayores cotas de popularidad llamando "hijo de puta" al presidente del Gobierno. Su protagonista, Isabel Díaz Ayuso.
Con este granado curriculum es normal que Ayuso se haya permitido dar consejo a los jóvenes y criticarles por su "agravio pedigüeño". Atención a lo que dijo este lunes.
Según ella, cuando era becaria, "nunca miraba qué hay de lo mío, qué me vais a dar a cambio".
"Ahora es al contrario", aseguró. "Ahora es, qué extraño, tienes que trabajar. A ver cuántas horas, a ver qué exiges, a ver que te da, tucutú... Y todo el día con ese agravio pedigüeño que me parece que lo único que hace es tiranizar a los jóvenes y que no tengan ganas por nada", añadió.
Interesante discurso. Lástima que se guarde a qué experiencias labórales se refiere.
La presidenta de todos los madrileños burlándose de que los jóvenes pregunten por las condiciones de trabajo o las prácticas. Así estamos.
Ayuso y las actas de las residencias
Pero, cuidado, que los árboles del último disparate de Ayuso no te impidan ver el bosque de lo que intenta ocultar.
Las reacciones se han disparado en las redes.
Si alguien piensa que es su frase más delirante, no ha visto sus disertaciones en las que mezcla el comunismo, Venezuela, Maduro, Bildu, Podemos o Sumar y concluye que "la Libertad no es una aceituna: es poder pedirla en mitad de un concierto".
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