Pablo Iglesias resume en dos minutos la hipocresía de la derecha: "No usan preservativo y cuando se prohíbe el aborto se van a Londres"
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La enésima pataleta ultra ha puesto sobre el tapete uno de sus temas bandera; el aborto. Siguiendo la hoja de ruta que les marca la Iglesia católica, los de Vox, en su denodado esfuerzo por devolvernos a la España más gris y hosca, regresan de nuevo con la firma intención de interferir en la capacidad de decisión de las mujeres.
Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León, esgrimía el pasado jueves una serie de medidas con miras a disuadir a las mujeres que no quieran continuar con su embarazo, tales como escuchar el latido fetal o una ecografía 4D.
Un pulso al Gobierno central que ya ha recibido multitud de respuestas y que este lunes, en el programa Hora 25 de la Cadena Ser, se topaba con una reflexión de Pablo Iglesias que no ha dejado indiferentes.
"No tiene casi competencias pero tiene a Ana Rosa para que le ayude a construir un debate en todo el país", esgrime Iglesias a modo de preámbulo.
Y es que conviene identificar a los voceros de la extrema derecha a la hora de enmarcar debidamente la cuestión. No en vano lo que aquí se dirime parte de una evidencia que el propio Iglesias se encarga de subrayar: "La ultraderecha ha vuelto a demostrar su gran capacidad para la guerra cultural [...] Gallardo no tiene moto ni competencias, pero tiene a Ana Rosa".
A continuación, Iglesias no duda en explicitar la hipocresía de la que hacen gala muchos votantes de la derecha: "En la derecha no usan preservativo para tener relaciones sexuales, se divorcian, se casan entre parejas homosexuales, y abortan. Con la suerte de que cuando se prohíbe el aborto aquí se van con un avión a Londres".
Público vs. Privado
El que fuera vicepresidente segundo del Gobierno y cofundador de Podemos ha reflexionado también sobre la siempre tensa relación entre lo público y lo privado. Dos polos que, en tiempos de carestía, parecen estar permanentemente en disputa tanto por la derecha como por la izquierda.
Iglesias ha diseccionado esa controvertida relación con lucidez: "Yo no estoy en contra de la iniciativa privada pero con leyes y al mismo tiempo teniendo en cuenta una evidencia; quien monta un negocio privado no lo monta por razones altruistas, lo monta para ganar dinero, lo que pasa es que hay una serie de sectores estratégicos o de derechos que tienen que ser garantizados por lo público porque los objetivos son diferentes".
Una reflexión que Iglesias traslada al ámbito de la sanidad, símbolo de lo público que la derecha pretende desmantelar progresivamente: "Las clínicas privadas, cuando te pasa algo serio, te dicen: vete a la pública que eso es muy caro, que curándote el cáncer con la quimioterapia no saco dinero, mejor te vas al Gregorio Marañón que te lo hacen gratis, y eso es porque el objetivo no es que se forre nadie".
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