Este artículo se publicó hace 3 años.
La lección de Angela Merkel a la derecha española: "Todo el mundo debería ser feminista"
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La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha declarado por primera vez en los 16 años que lleva en el Gobierno, que es feminista. En un encuentro con la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, autora del ensayo Todos deberíamos ser feministas, la política alemana ha declarado que es feminista y que todos deberíamos serlo.
Merkel, que pertenece a la democristiana CDU, ha admitido que en el pasado le daba vergüenza admitirlo en público, aunque ahora ha cambiado de parecer: "Lo que he dicho en el pasado sobre este aspecto ha sido un poco tímido, hoy mi opinión está más pensada y puedo decir, sí, todas deberíamos ser feministas", afirmaba levantando aplausos entre los asistentes al encuentro.
"En principio se trata, (el feminismo) de que los hombres y las mujeres sean iguales en el sentido de participar en la vida en sociedad, en la vida en su conjunto. En este sentido, yo soy feminista", concluía la canciller alemana.
La dirigente alemana había sido preguntada con anterioridad si se consideraba feminista. En la cumbre Women 20 que se celebró en Berlín en 2017, Merkel evitó considerarse feminista, a pesar de que muchas mujeres la consideren como un símbolo por haber estado en el poder 16 años —mucho más que la infinidad de presidentes y primeros ministros hombres del resto de Europa—.
Pero la posición de Merkel, cuyo partido pertenece al Partido Popular Europeo, no es común de ver entre los conservadores en España. Por ejemplo el Partido Popular, no solo no se considera feminista, sino que critica al colectivo de manera constante. Un ejemplo de ello fue cuando culparon a la manifestación del 8M de haber causado la primera ola de pandemia.
En multitud de ocasiones han cedido ante las presiones de la ultraderecha, otorgando subvenciones a grupos antiabortistas, eliminando ayudas a asociaciones feministas o disminuyendo el número de charlas en colegios. Como es el ejemplo de la censura parental.
Por no hablar de declaraciones machistas de algunos dirigentes, como cuando Casado dijo sobre Irene Montero, la ministra de Igualdad, que "tenemos a una ministra en el Gobierno por ser mujer de un vicepresidente". Sin duda este tipo de comentarios aleja a los populares del semblante más moderado de Merkel.
Pero el Partido Popular no es el único que rechaza el feminismo como tal. En la extrema derecha del espectro político se encuentra Vox, contrario al feminismo en todas sus formas. Desde el partido presidido por Santiago Abascal niegan rotundamente la violencia de género y la califican como "instrumentación política de la mujer". En su lugar, los de Abascal prefieren hablar de 'violencia intrafamiliar'.
En los gobiernos que apoyan externamente, como el de Andalucía, Vox influye para frenar o dejar sin financiación programas de promoción de la igualdad de género de cualquier tipo. Califican de 'ideología de género' cualquier defensa en la igualdad entre hombres y mujeres.
Esta diferencia de posturas entre Angela Merkel y la derecha en España ya ha hecho saltar a más de un usuario de Twitter:
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