Este artículo se publicó hace 7 años.
Cuando Willy Brandt y George Orwell compartieron techo en Barcelona
El político alemán y el escritor inglés coincidieron en febrero de 1937 en el hotel Falcón de Barcelona, a donde Brandt llegó para estrechar las relaciones del SPA con el POUM, en cuyas milicias se había alistado Orwell.
Zaragoza-
Willy Brandt y Georges Orwell compartieron techo en Barcelona durante la guerra civil. Ocurrió en Barcelona, donde el político y el escritor, entonces jóvenes periodistas y activistas próximos al trotskismo, coincidieron a principios de febrero de 1937 en el hotel Falcón, un edificio situado al final de Las Ramblas que el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxsta) utilizó como pensión o residencia para afiliados, milicianos y dirigentes a partir del verano de 1936.
Meses después, aunque por separado, Orwell y Brandt vivieron en Barcelona el enfrentamiento entre libertarios (CNT y POUM) y estalinistas (PSUC con la Generalitat de ERC y Estat Català) que marcaría ideológicamente a ambos en su rechazo a los segundos, que desataron una brutal represión sobre los primeros. No era el único lugar en el que coincidirían durante la guerra civil. Ambos estuvieron en marzo de ese mismo año en el frente de Huesca, donde asistieron a los intentos de las milicias republicanas por tomar la ciudad.
“Vivió algún tiempo en la misma residencia”
Brandt había entrado en España por Portbou en febrero de 1937 con un pasaporte doblemente falso a nombre de Gunnar Gaasland, su tercera identidad tras haber abandonado la original de Herbert Frhamm al afincarse en Noruega cuando, antes de cumplir los veinte años, decidió exiliarse ante la amenaza de los nazis. “En Barcelona se hospedaron en el hotel Falcón, del POUM, donde llegó a conocer a George Orwell, con el que vivió por algún tiempo en la misma residencia”, explica el economista e historiador de la universidad de Nuremberg Walther L. Bernecker en Brandt y la guerra civil española.
“Fue un encuentro casual”, explica Bernard Rother, responsable de la Fundación Willy Brandt en Berlín, que esta semana participó en un acto de homenaje al excanciller celebrado en Zaragoza con motivo del 80 aniversario de su paso por Aragón y el vigesimoquinto de su fallecimiento, que se cumple el 8 de octubre. Comparte criterio con Víctor Pardo Lancina, periodista y comisario de la exposición sobre el escritor inglés que este año ha batido récords en Huesca con más de 18.000 visitantes. “Ese encuentro, que no está documentado, no le dejó ninguna huella a Orwell”, señala. En cualquier caso, ninguno de los dos citó al otro en sus escritos. Ni Orwell en los 21 años que transcurrieron hasta su muerte, ni Brandt en los 55 que tardaría en fallecer.
Brandt, militante del SPA (Partido Socialista Obrero), una formación ‘hermana’ del POUM y escindida del alemán SPD con el que en 1957 llegaría a la alcaldía de Berlín y en 1969 a la cancillería de la República Federal, permaneció de febrero a junio de 1937 en España, donde compaginó su trabajo como corresponsal de guerra para periódicos escandinavos con la elaboración de informes sobre la situación política en el país y con la participación en el Buró Internacional de Juventudes Revolucionarias, que dirigían las Juventudes Comunistas Ibéricas. Su partido lo envió porque, además de alemán e inglés, hablaba algo de castellano.
Un fallido asalto a Huesca
Unos meses después, ambos pasarían por el frente de Huesca, donde, aunque Rother asegura que “Brandt fue testigo de cómo una bala hería a Orwell”, no hay constancia de que contactaran. El inglés, militante del Partido Laborista Independiente, estuvo destinado en Los Monegros y Huesca entre el 17 de febrero y el 20 de mayo, cuando, pocos días después de reincorporarse tras un permiso en Barcelona, el disparo de un francotirador le hirió en el cuello. Después regresó a la ciudad condal tras su paso por un hospital en Lleida. El intento de asalto de Huesca en marzo fue una de las escasas acciones bélicas en las que intervino.
El alemán pasó “algún tiempo” en marzo de ese año empotrado “en una unidad del POUM, la división Lenin, que estaba al mando del comandante José Rovira, en el frente de Aragón, ante las puertas de Huesca”, señala Bernecker. Orwell también formaba parte de esa columna, que a mediados de junio sufriría una escabechina con centenares de muertos.
Brandt recogió el episodio de marzo en su crónica “Ataque a las puertas de Huesca”, en el que narra el fallido asalto a una loma cercana a la ciudad. “También nos falta un ejército entrenado”, lamenta, tras describir un desolador cuadro de inferioridad militar: “Nos queda poca munición, apenas disponemos de ametralladoras, no tenemos aviones con los que hacerles frente, y tampoco granadas de fusil ni morteros. Y también nos falta la crueldad de nuestros enemigos”.
Brigadas ilustres
Esta una de las piezas incluidas en la primera recopilación en castellano de los textos españoles del corresponsal germano, que acaba de publicar el Gobierno de Aragón, en colaboración con las fundaciones Willy Brandt y Ebert Stiftung. La edición incluye las “Cartas del compañero Willy” que recibía la dirección del SAP y la ponencia “Un año de guerra y revolución en España”, que le dirigió en julio de 1937 y en la que denunciaba “la lucha fratricida” que quebró el bando republicano al tiempo que reclamaba “que se ponga fin a la persecución contra el POUM y contra otros revolucionarios”.
“Cualquier demócrata europeo tiene que pronunciar de manera reverencial su nombre”
“Cualquier demócrata europeo tiene que pronunciar de manera reverencial su nombre”, señaló el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, quien destacó la “profunda desazón” que a Brandt le produjo en mayo de 1937 “ver aquella división cruel en la izquierda que era casi presagio de derrota”. “Barcelona sentó las bases del ansiestalinismo de Brandt”, anotó Rother.
Orwell fue, junto con André Malraux, Simone Weil o el futuro dictador albanés Enver Hoxa, uno de los miembros más ilustres de las Brigadas Internacionales, a las que el SAP aportó 24 miembros. Brandt, aunque claramente alineado ideológicamente con una parte del Frente Popular, no llegó a combatir con armas, como ocurrió con artistas e intelectuales como Robert Cappa, John Dos Passos, Ernst Hemingway, Pablo Neruda u Octavio Paz.
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