Este artículo se publicó hace 5 años.
Cumbre del climaEl veganismo como una de las soluciones al cambio climático
La Cumbre Social por el clima debate sobre los efectos que tiene en el medio ambiente el elevado índice de consumo de productos cárnicos. Fridays for Future aboga por una dieta vegana para paliar las consecuencias de la ganadería intensiva.
Madrid--Actualizado a
El veganismo, además de evitar el desmedido sufrimiento que sienten los animales que nacen para el consumo humano desde su primer día de vida, también ayuda enormemente a combatir el cambio climático. Esta ha sido la idea que ha fundamentado un pequeño taller enmarcado en la Cumbre Social del clima en donde se han abordado diferentes aspectos como la producción del pienso y la carne.
Paula Reyes y Ryan Fontayne, activistas de Fridays for Future en Salamanca, han guiado a los asistentes a través de algunas dinámicas en las que ha salido a relucir cómo “la producción de pienso forma parte de una industria que defiende una alimentación artificial con grandes perjuicios para los animales”, tal y como ha explicitado uno de los asistentes. Acto seguido, el auditorio ha mostrado serias reticencias a pensar que se cumple la legislación vigente por parte de las empresas cuando se les ha cuestionado por ello, algo que han corroborado los dos ponentes.
Algunas voces han defendido un comercio local tildando de “inútil” el elevado gasto del transporte de esta industria, tanto de los animales como de los alimentos utilizados para su consumo, un apunte que volvería a salir al final de la sesión como una de las posibles soluciones para frenar el consumo de carne. Prácticamente toda la sala ha mostrado su parecer afirmativo ante la pregunta de si el veganismo podría ser una de las soluciones para todos los problemas inferidos del gran consumo de carne.
Ante este aspecto, uno de los participantes ha comentado que “la alimentación tiene que estar adaptada al hábitat natural en el que uno se encuentra, algo que no se respeta cuando producimos comida para humanos que finalmente ingieren los animales”. Otro de los asistentes ha defendido que “el veganismo es el paso evolutivo lógico para cualquier humano con un mínimo de empatía”, mientras que otra persona ha intervenido para denunciar que “la gran hipocresía de España es que no dejan plantar transgénicos pero sí permiten exportarlos indirectamente mediante diversos productos”.
Los datos ilustran la magnitud del asunto
Fontayne ha dado algunos datos sacados de informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), su filial para la alimentación y la agricultura (FAO) y diversas publicaciones científicas para ilustrar con ejemplos el alcance del problema. Partiendo de la base de que los ciclos terrestres no son capaces de absorber todas las toneladas de dióxido de carbono que se emite, el activista medioambiental ha criticado la idea de eliminar masa forestal para plantar pasto destinado al ganado.
“Con el agua que utilizamos para producir un kilo de carne, una persona podría ducharse durante dos meses”, ha aseverado el salmantino. A su vez, ha informado de que “en EEUU el uso de agua doméstica representa el 5% del total, mientras que el que se destina al ganado es del 55%”. Por otra parte, Fontayne ha incidido en la pérdida de energía que se produce en cada eslabón de la cadena alimentaria, cuya consecuencia directa en los humanos es el consumo de productos muy empobrecidos al haber añadido un escalón más, que serían los propios animales que ingieren los vegetales con los que podrían alimentarse los humanos.
Más de un centenar de especies desaparecen a diario
Continuando con las cifras, el activista ha explicado que “un 45% de todo el terreno terrestre se destina para la ganadería y hay 110 especies que se pierden cada día por la destrucción de los bosques” ha comentado Fontayne en la sala. Refiriéndose a la ganadería intensiva, ha remarcado que ésta genera muchas más ganancias a corto plazo que la extensiva debido a la continua hormonación y medicalización que sufren los animales.
Reyes ha tomado la palabra para defender la reducción del consumo de carne, un asunto íntimamente relacionado con las enfermedades cardiovasculares y oncológicas que en los último tiempos se han incrementado por los químicos que ingieren los humanos indirectamente a través de la carne, según han defendido los ponentes. “Desde 1990 la subida empezó a ser exponencial y se prevé que para 2050 el consumo se haya triplicado”, alerta esta activista de Fridays for Future.
Continuando con la idea de la reducción del consumo, la ecologista ha dicho que “la huella de carbono de la carne de vacuno es mucho mayor que la de otros animales, como la de oveja, cerdo, pollo o pescado”, aunque también ha incidido en el consumo responsable debido a que, por ejemplo, “el chocolate tiene mucho más impacto mediambiental que ciertos productos animales”.
El veganismo como lucha
Dando argumentos a favor del veganismo, Reyes ha aseverado que “cualquier déficit provocado por el veganismo se puede suplir con complementos multivitamínicos”, además de que “está comprobado que las dietas vegetarianas o veganas hacen que los humanos tengan niveles inferiores de grasa saturada o colesterol y se incrementen los índices de fibra”, según ha comentado.
La jornada se ha cerrado aportando algunas soluciones ante el desmedido consumo de carne que, sobre todo, se hace en España. La ya mencionada proximidad o la investigación tecnológica, ejemplarizada en la empresa Beyond Meat que busca una carne con los mismos nutrientes y sabor que la original pero diseñada desde un laboratorio han sido algunas de las ideas aportadas por los activistas. Otra posible respuesta para paliar los efectos de la alta ingesta de productos cárnicos es utilizar a los insectos como comida, momento en que con ironía Reyes ha comentado que “parece más fácil hacerse vegano”.
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