Los vecinos de Madrid reclaman "higiene democrática" y exigen a Almeida eliminar la calle Caídos de la División Azul
La Plataforma Calles Dignas se moviliza para demandar al Gobierno municipal un proceso de democratización del callejero de la capital, que aún rinde homenaje a figuras vinculadas al fascismo y a la dictadura.
María Martínez Collado
Madrid--Actualizado a
Los vecinos de Madrid se plantan frente a la "memoria sectaria" de José Luis Martínez Almeida y reclaman democratizar el callejero de Madrid. La Plataforma Calles Dignas se ha concentrado durante la mañana de este viernes en la calle Caídos de la División Azul para denunciar la "ignominia" que supone que las vías de la capital rindan homenaje a quienes combatieron junto a las tropas nazis.
En 2017, durante el Gobierno de Manuela Carmena, el pleno del Ayuntamiento decidió por consenso el renombramiento de hasta 52 calles que hacían tributo a figuras vinculadas a la dictadura y al fascismo. En particular, se votó que la vía cuyo título hacía honores a la División Española de Voluntarios pasase a llamarse Memorial 11 de marzo de 2004, en recuerdo de las víctimas de atentado más sangriento que se ha visto en la ciudad.
La propuesta presentada por una comisión para la Memoria fue aprobada con los votos a favor del partido de Gobierno (entonces Ahora Madrid), el PSOE y Ciudadanos, junto con la abstención del Partido Popular. Sin embargo, asociaciones vinculadas a la Fundación Francisco Franco y Millán-Astray, entre otras, presentaron un recurso que impidió que las placas de la calle llegaran a desaparecer.
Un tiempo después, el Tribunal de Justicia de Madrid consideró que el cambio de nombre de esta calle, junto a otras cinco más, no respondía a motivos amparados por la Ley de Memoria Histórica y anuló el cambio de título.
Con todo, los vecinos madrileños insisten en que "Madrid no se merece una calle que se llame así" y piden al actual equipo de Gobierno que tomen cartas sobre el asunto, aunque sólo sea por "higiene democrática". "Nos reunimos hoy, Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto, porque resulta despreciable que las mismas autoridades que presidirán la inauguración de un monumento en memoria de los damnificados por los nazis, mantengan el nombre de sus verdugos en una calle", explica Rosa García, miembro de la Plataforma Calles Dignas.
Quique Villalobos: "Es una ofensa a la gente que luchó por mantener la democracia en España y en Europa"
En la misma línea, Quique Villalobos, presidente de la Federación regional de asociaciones vecinales, asegura que no eliminar los tributos al franquismo y sus séquitos es "una ofensa a la libertad y a la gente que luchó por mantener la democracia en España y en Europa". Además, recuerda que el primer convoy de personas civiles en pisar los campos de exterminio nazis fueron precisamente españoles deportados.
"El convoy de los 927 metió a las primeras 927 personas que no eran militares a un campo de concentración. En total, más de 9.000 españoles pasaron por los campos de concentración y en torno a 500 eran madrileños", narra lamentando la "hipocresía" del munícipe. "Una ciudad como Madrid, que ha sido siempre un espacio de encuentro y de acogimiento, no puede tener una calle que ponga a la misma altura a los ejecutores y a las víctimas", termina.
El fascismo sobrevive en el espacio público
Desde el momento en el que Almeida asumió el cargo de alcalde de Madrid, sus políticas han consistido en "destruir todo lo relacionado con la memoria democrática", narra Manuela Bergerot, secretaria de Organización de Más Madrid. De hecho, una de sus primeras iniciativas fue desterrar la oficina de memoria y derechos humanos. "Si recordamos, él mismo mandó quitar la placa con los nombres de las víctimas fusiladas en el cementerio de la Almudena por la dictadura de Francisco Franco, al igual que ordenó romper a martillazos la placa en memoria de Largo Caballero", relata. "Su actitud podría definirse como vandalismo institucional", continúa.
Manuela Bergerot: "Visibilizar a personas significa recordar qué derechos y libertades trajeron"
La representante de Más Madrid pone de relieve la importancia de políticos como Largo Caballero, que estableció la jornada laboral de ocho horas en España, y reivindica su papel en la lucha por los derechos de los trabajadores. "Visibilizar a personas, colectivos o instituciones democráticas no es sólo por ellas, no significa sólo nombrarles, sino recordar los valores que representan, qué derechos y libertades trajeron", arguye Bergerot.
La representante considera que el actual equipo de Gobierno "debería cuidar los mensajes que manda desde las instituciones" con temor a que este tipo de acciones pueda terminar banalizando la represión de casi cuarenta años de dictadura franquista. "Por desgracia, Almeida toma partido constantemente por un tipo de memoria sectaria en la que prevalecen batallones nazis o Millán-Astray, que representan la cultura de la guerra, frente a otras figuras como Justa Freire, pionera en la Educación Pública", critica.
Alberto Pérez: "Los nombres de las calles son el rostro del alma de una ciudad"
Ni ella ni los vecinos concentrados esta mañana en Chamartín se explican por qué el equipo Almeida-Villacís se niega a contribuir para "acabar con la desigualdad de nacimiento que arrastra nuestra democracia", que aún mantiene enterradas en cunetas a miles de personas que se enfrentaron al franquismo. En cualquier caso, no pierden la esperanza y aspiran a que la nueva Ley de Memoria Democrática pueda revertir esta situación lo antes posible. Pues, tal y como decía el activista Alberto Pérez, presente en el acto, "los nombres de las calles son el rostro del alma de una ciudad".
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