Los vecinos de Carabanchel reclaman su derecho al descanso ante la ampliación de San Isidro: "Queremos unas fiestas como las de toda la vida"
Las fiestas volverán a repetir la duración del año pasado: dos semanas. Los vecinos denuncian que no es compatible con sus horas de sueño y su vida laboral cotidiana.
Madrid--Actualizado a
La Asociación Vecinal Pradera-Tercio Terol denuncia la ampliación de las fiestas de San Isidro después de que el Ayuntamiento de Madrid haya iniciado los trámites para que las fiestas de 2025 duren 14 días. Desde que el Partido Popular llegó al Gobierno del Ayuntamiento "han ido aumentando cada año los días de fiesta y ya se llega al límite del año pasado, que fueron 15 días", afirma a Público David Campo, portavoz de dicha plataforma vecinal.
La Asociación tuvo una reunión con la Concejalía del distrito antes de la publicación provisional de las fechas de las fiestas del próximo año y Campo apunta que les comunicaron que "los días habían coincidido así, pero que no era la intención mantenerlo". Sin embargo, se enteraron de la aprobación provisional a través de la prensa.
Campo afirma que la Concejalía no les comunicó nada al respecto, a pesar de que solicitaron hace un par de meses una reunión con Carlos Izquierdo, Concejal Presidente del Distrito de Carabanchel, pero no han recibido noticias todavía, según el portavoz.
En la aprobación provisional registrada en el Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid (BOAM), consta que la festividad estará comprendida entre el 2 y el 15 de mayo de 2025, ocupando dos semanas completas. Desde la plataforma vecinal reclaman que los más afectados son los vecinos que trabajan esos días –ya que son días laborables– y no pueden conciliar el sueño con normalidad: "Estamos impactando negativamente sobre gente trabajadora que se levanta muy temprano", explica Campo.
"No estamos en contra de las fiestas, nos gustan"
Los dos puntos principales en los que se centran las alegaciones de la plataforma vecinal son reducir los días –volviendo al modelo de fiestas que duraban una semana– y acortar el horario. "Esas son las dos claves para nosotros", afirma Campo. Sin embargo, el portavoz aclara que el reclamo no es la eliminación de las fiestas: "Nosotros no estamos en contra de las fiestas de San Isidro, nos gustan. Lo que venimos a decir es que queremos unas fiestas como las que ha habido toda la vida".
El portavoz explica que el año pasado los conciertos acabaron entre las 12 y la una de la madrugada en días laborables, y "eso significa que, hasta las dos, la gente está recibiendo impacto de ruido en sus casas". Porque, desde que se acaba la música, el ruido "se prolonga durante aproximadamente otra hora en la que el barrio está lleno de gente montándose en coches o yéndose al metro", señala.
Por otro lado, los niños también se ven afectados por el ruido: "Es una de las cosas que más nos están preocupando. Son dos semanas que les afectan mucho". Ya que, desde que se van a la cama hasta que se acaba el ruido "no descansan igual, si es que se consiguen dormir", explica Campo. En ocasiones, algún vecino ha decidido reclamar directamente a los feriantes y se han desencadenado conflictos.
"El nivel de críticas que nos ha llegado de gente quejándose ha sido sobrepasado"
A pesar de que los vecinos de Carabanchel llevan años atravesando esta situación, es la primera vez que presentan quejas "de manera tan organizada". Según explica Campo, ya ha habido otras asociaciones, vecinos y partidos políticos que también han mostrado su disconformidad respecto esta situación: "Esta es la primera vez que nos hemos puesto en serio porque el nivel de críticas que nos ha llegado a la asociación de gente quejándose ha sido sobrepasado".
El portavoz de la plataforma vecinal hace hincapié en que la responsabilidad es del Ayuntamiento, con el que Público se ha puesto en contacto sin recibir ninguna respuesta. Campo comenta que el año pasado se personó la Policía en las fiestas, hicieron mediciones de ruidos y se concluyó que "se sobrepasaban los límites establecidos por las normativas municipales, y eso el concejal lo sabe, pero no hacen nada". Reclaman ser escuchados y que se vele por el bienestar de los vecinos del barrio: "Nuestra pregunta es por qué el Ayuntamiento no nos oye, no nos recibe, no nos hace caso".
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