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La huella de los recortes: "Una década perdida en el sistema universitario"

Menos alumnos, menos profesores, menos inversión y más trabajdores sobrecualificados. La Fundación Conocimiento y Desarrollo pide en un informe que las administraciones públicas "prioricen el apoyo público a las universidades como la mejor garantía para conseguir un crecimiento sostenido a largo plazo".

Imagen de archivo de una clase de una universidad española/EFE

MADRID.- El escenario universitario que dibuja el informe CyD 2015 sobre la contribución de las universidades al desarrollo elaborado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD) tiene un denominador común en la mayoría de aspectos que analiza: los recortes. De alumnos, de profesores, de ingresos y de inversión. Por todo ello, la institución —presidida por Ana Botín y en cuyo patronato están presentes las principales empresas del Ibex 35— considera que pronto se podrá hablar de "la década perdida del sistema universitario español" fruto de la crisis económica.

En el curso 2014-2016 había 1,36 millones de alumnos de grado en el sistema universitario español, un 3,9% menos que el curso anterior. "Desde el máximo reciente de 2011-2012, el número de matriculados ha caído en términos absolutos en casi 100.000 personas", insiste el informe. Al otro lado del aula, el personal docente e investigador en centros públicos sigue la caída que inició en 2009: el volumen de docentes se redujo el curso pasado en un 6,6%. La fundación señala el aumento de la edad del profesorado universitario —fruto de la introducción de límites a la reposición del profesorado que alcanzaba la edad de jubilación y a la eliminación de incentivos a la jubilación anticipada— y el bajo nivel de movilidad de las universidades como los retos pendientes de los docentes.

Ante este panorama, la inversión pública, lejos de aumentar, ha disminuido. Tras un aumento que superó las tasas registradas en la OCDE y la UE-22 entre 2000 y 2010, el porcentaje de fondos públicos destinados a la universidad ha disminuido más de cinco puntos. Según señala el documento, el gasto público en educación superior en España (2,13%) está muy lejos de los promedios de la OCDE (3,01%) y la UE-21 (2,60%). Además, las universidades públicas siguen con la soga al cuello: en 2014 sus ingresos se redujeron en un 4,2% con respecto al año anterior.

A su vez, el gasto en I+D+i sobre el PIB en España (1,23%) continuó en 2014 alejado del gasto realizado por el conjunto de la UE-15 (2,08%) t de la UE-28 (1,94%). La apuesta de las universidades por la investigación y el desarrollo (0,35% sobre el PIB) también se mantuvo por debajo de la media de laUE-15 (0,48%) y de la UE-28 (0,45%).

Para revertir esta tendencia, el informe recomienda "estrechar la relación entre la universidad y la empresa" y es que sólo un 62,6% de los graduados superiores de entre 25 y 64 años que tienen la suerte de trabajar están empleados en puestos de alta cualificación. Eso significa, según el informe, que uno de cada tres trabajadores licenciados está sobrecualificado para el empleo que desempeña. De hecho, España es uno de los países de la Unión Europea que más está retrocediendo en el ajuste entre formación y empleo. En la UE el porcentaje de licenciados empleados en ocupaciones de alta cualificación asciende al 77%. 

La fundación achaca el alto nivel de sobrecualificación de España al "desajuste entre el número de graduados que obtienen su diploma anualmente y el número de ocupaciones de alta cualificación que genera la economía española". En 2013, España era el país de la OCDE con un mayor porcentaje de trabajadores cuyo nivel educativo era superior al nivel requerido para su empleo. Mientras, el promedio de los 29 países que ofrecían datos en aquella época se situaba en torno al 15%, España llegaba al 25%.

Vincular la financiación a los resultados

En la presentación de informe, la presidenta de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) y de Banco Santander, Ana Botín, ha defendido que hay que mejorar la financiación de las universidades españolas y ha indicado que ésta hay que vincularla a los resultados.

La presidenta de la Fundación CYD y del Banco Santander, Ana Botín, durante el acto de presentación institucional del Informe de Universidades 2015. EFE/Emilio Naranjo

La presidenta de la Fundación CYD y del Banco Santander, Ana Botín, durante el acto de presentación institucional del Informe de Universidades 2015. EFE/Emilio Naranjo

"Debemos mejorar la financiación de las universidades, proporcionarle mayor autonomía para que tengan más flexibilidad en la toma de decisiones y en su propio desarrollo, y vincular la financiación a los progresos en sus planes, objetivos y resultados".

Asimismo, ha reivindicado una estrategia para atraer al "mejor profesorado y al mejor alumnado nacional e internacional", mejorar la "estabilidad" en la contratación de personal docente e investigador extranjero, e "impulsar la movilidad" del profesorado y la "interacción entre la Universidad y la empresa".

Ana Botín ha añadido que hay que abordar "con decisión" la transformación digital porque ésta, a su juicio, es una "gran oportunidad" para innovar en educación y consultar a los estudiantes. Para estos, ha pedido que las universidades les hagan "partícipes" de sus iniciativas.

Por su parte, el presidente de CRUE Universidades Españolas, Segundo Píriz, ha subrayado los problemas de financiación del sistema universitario por la reducción de los fondos públicos, como pone en evidencia el informe CYD, que ha llevado también a la imposibilidad de la renovación del profesorado universitario o la contratación de docentes extranjeros. 

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