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Supervisión, diálogo y confianza con los hijos menores para afrontar la exposición a la pornografía en internet
Agencia Atlas
Los datos alertan de un internet sin cortafuegos suficientes, ni en casa, ni en la propia red para frenar, por ejemplo, la edad a la que comienza el consumo de pornografía, gratis y a tan solo un click. Ocurre de forma accidental, con tan solo 9 años, con ventanas emergentes que no se bloquean y que suponen el punto de partida. Casi el 20% de los adolescentes reconocen que lo ven a diario -el 70% de forma frecuente- y uno de cada cuatro asegura que comparte o se plantea subir a sus redes sociales contenido erótico para lograr más seguidores e ingresos económicos. Todo con una educación sexual distorsionada a través de internet, donde se normalizan estereotipos de género y conductas violentas que pueden marcar su desarrollo. Más que evitar el uso de dispositivos, que para los expertos depende de las necesidades y la madurez del menor, se insiste en la supervisión y el seguimiento familiar. La base, afirman, es el diálogo y la confianza con los hijos para que el sexo no sea un tabú y se puedan alertar conductas inapropiadas. Sin miedo a pedir ayuda profesional si la tecnología y la situación nos desbordan.