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Personas mayores coronavirus El envejecimiento activo, en riesgo por la pandemia

La alerta sanitaria reduce las actividades y posibilidades de socializar para la gente mayor, clave para mantenerse conectados, aunque con las tecnologías y medidas de seguridad algunas consiguen reinventarse.

​Usuarias del Casal Cívic de Sant Ildefons, en Cornellà de Llobregat, participan en un taller / BRU AGUILÓ
​Usuarias del Casal Cívic de Sant Ildefons, en Cornellà de Llobregat, participan en un taller / BRU AGUILÓ

La pandemia ha reducido los espacios de ocio y socialización. Esto afecta de manera especial a la gente mayor jubilada: la disminución de los impulsos para salir de casa y tener contacto con el exterior pone en riesgo el envejecimiento activo y puede acabar lastrando su salud física y emocional.

Margarida Martorell estaba acostumbrada a llevar una vida activa, con actividades cada día de la semana. El coro y el aula de extensión universitaria en los que año tras año participaba en Tarragona, donde vive, no se han activado este septiembre. Tampoco la temporada de conciertos de las Juventudes Musicales a los que iba casi cada semana. "Te afecta, y tanto. Sobre todo por las tardes. Ahora estoy mucho más en casa que antes", explica. También iba al gimnasio pero, aunque está abierto, prefiere evitarlo porque le da miedo contagiarse. "Estar sola en casa es pesado, aunque lea o haga las tareas de la casa, como siempre. La vida ha cambiado y me parece que estaremos mucho tiempo así", añade, pensativa. Margarida señala el apoyo que recibe de su familia, pero echa de menos su vida de antes.

La disminución de los impulsos para salir de casa y tener contacto con el exterior pone en riesgo el envejecimiento activo

Muchos equipamientos y actividades se han reiniciado después del confinamiento, pero algunas no. Es el caso del aula de extensión universitaria de la Universitat Rovira i Virgili (URV), a la que acudía Margarida. Fuentes de la universidad apuntan que por la franja de edad a la que se enfocan, hacer las clases en línea es complicado y ahora no pueden permitirse volver a la presencialidad. "Nuestros alumnos reclaman hacer clases presenciales, lo necesitan. Pero nuestra responsabilidad como universidad es pararlas hasta que la pandemia no sea un peligro para ellos", alegan.

Actividades que empoderan

Entre los equipamientos que sí estan en marcha están los casals de gent gran o casals cívics de la Generalitat. Se trata de una red de 130 espacios inicialmente enfocados exclusivamente a los mayores pero que en los últimos años han virado hacia una oferta intergeneracional. En junio empezaron a reabrir algunos de sus servicios -como peluquería o podología- pero ha sido en septiembre cuando han recuperado la parrilla de actividades. "Hemos priorizado las actividades relacionadas con el bienestar emocional y físico y las que dan competencias sobre el uso de tecnologías, pensando en la situación actual y las futuras que podrían venir", explica a El Quinze Bernat Valls, director general d’Acció Cívica de la Generalitat. Además de reducir el aforo de las actividades presenciales al 50% y garantizar las medidas de seguridad, han empezado a combinar un formato mixto, con algunas sesiones en línea.

Lara Francolí, responsable del Casal Can Roca en Terrassa (Vallès Occidental), explica que han visto reducida la demanda en un 50%. Aún así, "la mínima actividad que pueden hacer la agradecen. Hay gente que nos dice 'me arriesgo a venir, porque necesito salir de casa'". La ventilación frecuente de los espacios, la distancia, el uso de mascarilla y gel hidroalcohólico son las medidas principales que garantizan la seguridad del espacio. Francolí señala que algunos usuarios se han echado para atrás después de hablar con la familia. "Ellos asumen el riesgo pero la familia a veces se preocupa", explica.

Miedo y pereza

"Nos afecta y nos preocupa a todos. Hemos luchado para tener un envejecimiento activo durante años. Ahora, después de meses sentados en el sofá, volver a reemprender la actividad nos están costando mucho. No socializamos como antes". Josep Carné es el presidente de la Federació d’Associacions de Gent Gran de Catalunya (FATEC). Ya sea por miedo o por pereza después de la inactividad del confinamiento, Carné sostiene que esto está teniendo efectos a nivel físico, cognitivo y social. Las condiciones no ayudan: "Mucha gente dice que para ir así, se quedan en casa. Esto para la gente mayor es nefasto".

FATEC advierte que retomar la actividad tras el confinamiento está costando, ya sea por miedo o por pereza

Carné subraya que temen el efecto que esto puede tener en la soledad de la gente mayor. "Desde FATEC intentamos sensibilizar para que se muevan y vuelvan a la vida normal".

Pilar Monreal, doctora en Psicología y jefa del grupo de investigación Envejecimiento, Cultura y Salud de la Universitat de Girona (UdG) pone énfasis en que "de personas mayores hay muchos tipos distintos, hay mucha diversidad". "Demasiadas veces tendimos a asociar envejecimiento con personas con carencias o dependencia, pero cada vez tendremos más personas mayores preparadas y empoderadas. Hay que pensar en ellas", sostiene.

Monreal defiende un planteamiento basado en los derechos y en la capacidad de la gente mayor de ser "ciudadanos activos". Para la investigadora, las personas que ya eran activas anteriormente ahora lo pueden seguir siendo, a través de las nuevas tecnologías o buscando alternativas, como sustituir el gimnasio por el deporte al aire libre, o jugar a las cartas por ordenador.

Yoga por Zoom

Eso es lo que han hecho Teresa Tuset y Jesús Getán. Teresa ya no va al gimnasio, pero sale a andar tres veces por semana con las amigas por Sant Vicenç dels Horts (Baix Llobregat), donde viven. Sigue un curso de escritura y otro de yoga por Zoom. "Lo único que echo de menos son las salidas que hacíamos con los amigos, al teatro, al cine, a conciertos… Esto lo hemos limitado", señala Teresa. Jesús cuenta que prácticamente no van a Barcelona, y cuando lo hacen van a sitios al aire libre. "Todos los eventos musicales los hemos dejado. Los conciertos de jazz a los que íbamos eran en salas cerradas y pequeñas. Ahora lo vemos por televisión", explica.

Con los amigos y la familia se reúnen por videoconferencia. "Intentamos no cortar la actividad social de raíz", apunta Teresa. Por suerte, tienen jardín y Jesús dedica horas a su cuidado. También ha podido retomar las clases de piano que hace en una academia. "Dentro de todo, nos lo vamos montando bastante bien", concluyen.

Buscar referentes para mantener la actividad

La jefa del grupo de investigación Envejecimiento, Cultura y Salud de la Universitat de Girona (UdG), Pilar Monreal, anima a la gente mayor a "buscar referentes" para conseguir información y poder mantener la actividad de forma segura y responsable. "Podemos salir. La solución es empoderar a las personas mayores para que tengan herramientas para poder decidir", apunta. La profesora universitaria recuerda que la salud no es sólo la ausencia de enfermedad sino también "sentirse útil y partícipe", y señala que ahora las personas mayores tienen un perfil distinto que años atrás: "Depende de la época que has vivido, esto marca el envejecimiento. Como has vivido te lleva a envejecer de una forma u otra".

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