Las mujeres rurales reivindican el terreno ganado: "Estamos en la agenda; no solo en la mediática, sino también en la política"
Las reivindicaciones del mundo rural han conseguido grandes avances en los últimos años, aunque "queda un gran camino por recorrer".
Madrid--Actualizado a
Cerca de un cuarto de millón de mujeres españolas se dedican a la agricultura y ganadería en el rural. De ellas, menos del 30% son dueñas de sus explotaciones.
Las mujeres rurales se encuentran con obstáculos a la hora de prosperar económicamente debido a la dificultad de encontrar trabajos bien remunerados y de ascender laboralmente o ante la falta de servicios como, por ejemplo, el transporte público.
En múltiples casos, estas trabas provocan el traslado a núcleos mayores, pero también son muchas las que deciden vivir en el ámbito rural con el fin de mantenerlo vivo.
Durante décadas, el mundo rural y en especial las mujeres rurales se han sentido invisibilizadas, una parte de España se vaciaba mientras que las instituciones públicas no solucionaban el problema.
Ahora, desde hace unos años, las tornas parecen haber cambiado y, aunque aún les queda un largo camino que recorrer, sienten que por fin están empezando a ser escuchadas sus reivindicaciones.
"Las mujeres rurales por primera vez estamos en la agenda; no solo en la agenda mediática, sino también en la agenda política", indica a Público Teresa López, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR).
Si ser mujer en una sociedad tradicionalmente patriarcal es de por si complicado, las dificultades se incrementan en el ámbito rural, ya que también deben enfrentarse a otros obstáculos añadidos.
"A las mujeres rurales les afectan los mismos problemas que a toda mujer, pero con una incidencia distinta, precisamente derivada del hecho de vivir en territorios que se enfrentan a una carencia de servicios que acaban dificultando la vida de las mujeres", denuncia López.
Falta de acceso a servicios públicos
Los sectores rurales sufren una grave falta de accesibilidad a los servicios públicos, sobre todo en lo que respecta al transporte, sanidad o educación, que son recursos básicos para la población. Según el último informe anual del Banco de España, un ciudadano de un municipio rural ha de recorrer de media unos 22,59 km para acceder a los diferentes servicios locales, frente a los 2,15 km que debe recorrer el ciudadano medio de un núcleo urbano.
Juan Manuel Polentinos, director gerente de la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder), explica que "cada vez que se hace una reestructuración de un servicio público es para disminuirlo o eliminarlo".
"No puede ser que tengamos todavía en muchos sitios consultorios cerrados, incluso después de la pandemia. Solo queremos que se nos trate de manera igual, por ser menos población no se nos deberían restar derechos", señala.
"Muchas de las decisiones que se hacen, se toman desde despachos en las grandes capitales sin tener en cuenta o con un desconocimiento total de lo que es la vida en el pueblo", remarca Polentinos.
Para combatir la despoblación, uno de los principales retos del ámbito rural, Coceder ha establecido la campaña Volver al Pueblo, en la que 36.000 familias han mostrado su interés en afincarse en el rural.
Durante 2022 han logrado instalar unas 300 personas en el medio rural y esperan que el número crezca este año.
"Esto nos indica que hay muchas personas que quieren irse a vivir al medio rural. En muchos casos demandan que exista trabajo y vivienda, entre otros servicios. Por ello, es imprescindible que en vez de reducir los servicios públicos, se mejoren para que haya más gente decidida a vivir aquí", asegura Juan Manuel.
Y, entre estos servicios básicos, también se encuentran los instrumentos necesarios para luchar contra la violencia de género. Ser mujer en el mundo rural también implica hacer frente al machismo de manera distinta.
En los pueblos más tradicionales, el control social sobre la figura femenina sigue muy presente en el día a día. El miedo al qué dirán instaura un mandato de silencio sobre la violencia de género que acrecienta la vulnerabilidad de las mujeres.
Desde Fademur reclaman la existencia de protocolos específicos contra la violencia machista para el mundo rural, ya que consideran que "es diferente diseñar una estrategia contra la violencia de género en una ciudad, donde hay una facilidad para acceder a los recursos con los que denunciar porque sabes dónde están, puedes mantener el anonimato y tienes transporte para llegar a ellos".
"En los pueblos es muchísimo más complicado, es muy difícil mantener el anonimato y en muchos casos hay dificultades con el transporte para poder acceder a los recursos", dicen.
Falta de mujeres al frente de explotaciones agrícolas
A esta falta de acceso a diversos servicios básicos hay que sumarle las dificultades a las que se enfrentan las mujeres rurales en su día a día. La brecha salarial, el techo de cristal o el desempleo son algunos ejemplos.
"En el caso del sector agrario, las mujeres realizan el mismo trabajo que los hombres, pero no tienen las mismas condiciones. Tan solo un 25% de los jefes de explotación son mujeres, cuando el número real de mujeres en el sector supera con creces este porcentaje", denuncia Teresa López.
"Nuestra prioridad es que las mujeres puedan ser independientes económicamente, ya que solo así pueden tomar decisiones sobre su propia vida", añade.
Una de las medidas que ven necesarias desde la federación para atajar estas desigualdades es la creación del Estatuto de las mujeres rurales para todo el territorio español. Este estatuto lo ha comenzado legislando Castilla-La Mancha y cada vez más comunidades lo ponen sobre la mesa.
Una medida que consideran primordial, "ya que en el Estatuto se habla de cómo incorporar esa visión de las mujeres a la hora de elaborar las políticas, cómo facilitar su participación en las organizaciones socioeconómicas y de qué manera apostar para que las mujeres rurales logren una mejora de sus condiciones".
Grandes avances en los últimos años
A pesar de que aseguran que "queda un gran camino por recorrer", desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales se muestran positivos por los avances que se han logrado en los últimos años. Se ha progresado en problemáticas como la digitalización con una mejora exponencial de la cobertura en ámbito rural.
Asimismo, con la Política Agraria Común (PAC) se ha logrado negociaciones para facilitar la incorporación de las mujeres a la actividad agraria.
También consideran que se ha avanzado mucho en visibilidad y toma de conciencia sobre la despoblación del rural. Desde las asociaciones se muestran "satisfechas de que por fin se tome como un problema de Estado y de que se tomen medidas".
Mencionan como un gran logro que en los Fondos de Recuperación de la UE haya una porcentaje destinado a las zonas rurales. "Es la base y el principio para que podamos trabajar en igualdad de condiciones", consideran.
Sienten que ya no están invisibilizadas al percibir que sus propuestas comienzan a ser escuchadas, pero siempre siendo conscientes de que la lucha debe continuar.
"Por primera vez se ha establecido una estrategia real con acciones concretas dirigidas a las zonas rurales. Estamos notando ya los primeros cambios, pero debemos seguir incidiendo e insistiendo para que se materialice esa respuesta que el ámbito rural necesita", expresa Teresa López, presidenta de FADEMUR.
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