Málaga
Bull era un perro de aguas de ocho años. El pasado mes de abril entró en el parque zoosanitario que regenta el gerente de la empresa Don Animal, de Rincón de la Victoria (Málaga), porque, según explica el portavoz de APISMAM (Asociación Para la Investigación y Seguimiento Sobre el Maltrato Animal y el Medio ambiente), el perro había mordido a la madre de su dueña, motivo por el cual fue entregado en adopción y pasó a estar en cuarentena, tal y como establece el protocolo.
Según relata la asociación animalista, la historia de Bull era un glosario de malos tratos, encadenado durante largos periodos de tiempo, recibiendo el alimento a distancia. Sin embargo, el aspecto que presentaba al entrar en Don Animal dista mucho del que, según APISMAM, tenía al salir menos de tres meses después.
Si a principios del mes de abril el perro de aguas lucía a simple vista un aspecto saludable, a finales de junio, cuando fue entregado en adopción a la protectora Tail Torrox, el estado del animal era muy precario. El portavoz de APISMAM es tajante al afirmar que “ese perro no estaba para entregar en adopción”.
De hecho, el informe veterinario que la propia protectora obtuvo tras llevarlo a una clínica veterinaria externa es demoledor. En él se explica que el animal llegó a la consulta el 29 de junio. Según expone el veterinario, “la propietaria cuenta que el animal viene de la perrera Don Animal y estaba tratado de pneumonía”.
La descripción de Bull, así como las fotografías que lo acompañan, no dejan lugar a dudas: “el pelo estaba totalmente pegado sobre la piel. Después de quitar el pelo, se ha visto que el animal está demasiado delgado (13,10 kg) y lleno de pulgas”. El peso ideal de un macho de esa edad, según comentan los expertos criadores de perros de agua español Monteson, debería rondar los 20 kg., aproximadamente. Dado el grado de atrofia muscular, la presidenta de Tail Torrox optó por autorizar la eutanasia al perro, según explica el portavoz de la asociación animalista que, sin embargo, cree que Bull podría haberse recuperado al tratarse de un macho relativamente joven.
Tras la negativa por parte del responsable administrativo y la reiterada solicitud de la información al gerente de Don Animal, José Antonio Villodres, el parque zoosanitario no ha estado en disposición de facilitar ni el informe veterinario de entrada del animal en sus instalaciones ni el posterior certificado de adopción.
Historial de denuncias
Desde hace años, Don Animal y el parque zoosanitario vienen siendo objeto de múltiples denuncias públicas que Villodres siempre ha atribuido a una campaña de desprestigio sin fundamento. La confusión entre ambas entidades jurídicas es parte de la polémica, pues bajo el paraguas de Villodres se encuentran los negocios de criador de podencos, tiendas de animales, residencia canina, clínica veterinaria y parque zoosanitario para las Administraciones Públicas, prestándose a la confusión y el solapamiento tanto de instalaciones como de profesionales trabajando en cada uno de ellos.
La realidad es que, pese a que buena parte de las denuncias parten de protectoras y asociaciones animalistas, hasta la fecha ninguna ha podido ser probada sólidamente. En ese sentido, el propio gerente asegura que “en lo que va de año, ya hemos recibido la visita del Seprona hasta en seis ocasiones”, la última de ellas, el pasado jueves 9 de agosto, cuando los agentes de la Guardia Civil tuvieron que personarse desde Nerja por la vía de urgencia.
En el caso concreto del perro de aguas fallecido, los responsables de APISMAM aseguran que los hechos ya han sido denunciados. Al estado lamentable en que salió el animal, según refleja el informe veterinario de Torrox, se suma la propia pneumonía de que fue tratado. El portavoz de la asociación animalista indica que “la neumonía suele ser el desencadenante de coger el moquillo”.
En esta misma línea, recientemente se hizo viral el vídeo del titular de una clínica veterinaria de Rincón de la Victoria en el que denunciaba la falta de limpieza de las instalaciones de Don Animal. El veterinario, que insiste a publico.es en que él no subió el vídeo a YouTube, sino que se trata de un vídeo personal que remitió a amigos, denuncia en éste que “todos los cachorros que salen de Don Animal son portadores de parvovirus y moquillo”. El profesional asegura que “no hay limpieza, no hay una desinfección en condiciones”, al tiempo que en el momento de realización del vídeo lamenta que “se acaban de morir ahora dos cachorros, uno de parvo y otro de moquillo”.
Este vídeo le costó al veterinario una querella criminal que, un día antes de la celebración del juicio, Villodres retiró. En declaraciones a este medio, el gerente de Don Animal justifica este acto porque “mis abogados me han aconsejado que, en lugar de ir por la vía penal, como íbamos, lo hagamos en primer lugar por la vía civil”. Lo que a sus ojos es una campaña de desprestigio, “me está costando un dinero que alguien tendrá que pagar”, al tiempo que asegura que, en pleno mes de agosto señala, su negocio de residencia canina no ha colgado el cartel de completo.
En el histórico de denuncias públicas no sólo figuran particulares y colectivos animalistas, sino algunos de los veterinarios que han pasado por sus instalaciones.
Entre las irregularidades que éstos han citado en el pasado figuran el hacinamiento -“20 gatos en una única jaula”-, la mezcla de perros enfermos con sanos, falsificaciones de cartillas de los perros que se venden desde el criadero de podencos o la eutanasia de animales sin el papeleo en regla, esto es, sin contar siquiera con hoja de registro de entrada con su correspondiente chequeo veterinario. Acusaciones que el gerente del negocio, siempre ha negado rotundamente, aunque el Ilustre Colegio de Veterinarios de Málaga ha confirmado a publico.es que su Junta de Gobierno ha estimado oportuno derivar a las autoridades competentes algunas de las últimas denuncias recibidas.
Influencia política
José Antonio Villodres es un reconocido empresario malagueño, tanto en los círculos de negocios como políticos. Tanto es así que desde hace años es el presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Rincón de la Victoria (ACERV). Este sería, según indican desde distintos colectivos animalistas, uno de los motivos por los que las denuncias nunca prosperan. “Recibe de antemano chivatazos de las inspecciones que va a tener”, asegura, sin poder probarlo, uno de los representantes de un colectivo animalista.
Se da la circunstancia de que Villodres presta desde hace años el servicio de parque zoosanitario en toda la comarca de la Axarquía en virtud de dos contratos públicos. El primero de ellos, suscrito con la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Oriental-Axarquía, cubre el servicio para 24 municipios, lo que le reporta la cantidad anual de 151.000 euros en un contrato por cuatro años.
Los municipios que no están cubiertos por este contrato público, reciben el servicio a través de la Diputación Provincial de Málaga, por un importe anual de 11.600 euros, cuyo vicepresidente es el actual alcalde de Rincón de la Victoria, Francisco Salado (PP). En ambos casos, la empresa de Villodres se hizo con los concursos públicos por ser la única oferta presentada, algo que viene sucediendo desde hace mucho tiempo.
Las instalaciones de Don Animal se encuentran ubicadas en Rincón de la Victoria. Precisamente el Ayuntamiento de este municipio, a pesar de estar incluido en el contrato de la Mancomunidad, venía pagándole desde hace años un servicio exclusivo de parque zoosanitario por cerca de 60.000 euros al año, hasta que un medio local destapó el copago. Fue entonces cuando, con el equipo de gobierno anterior, no se renovó el contrato.
Sin embargo, con la llegada de Partido Popular (PP) y Partido Andalucista (PA), que gobiernan tras prosperar una moción de censura apoyada por Ciudadanos, ha vuelto a licitarse el servicio zoosanitario en el municipio. El presupuesto licitado del servicio es superior, incluso, al anterior –unos 72.200 euros al año-, a pesar de que únicamente contempla “servicios complementarios”.
El pasado mes de febrero, cuando se abrieron las plicas, se descubrió que, una vez más, tan sólo se había presentado al concurso público la empresa de Villodres. Según ha asegurado el propio empresario a este medio, “ya me han adjudicado el contrato y soy yo el que lo tiene parado porque tengo que depositar un aval de 6.000 euros”. El blindaje informativo por parte del Consistorio rinconero es total, puesto que desde hace más de un año y medio niega cualquier acceso a la prensa a la información pública (contratos, mesa de contratación, inspecciones, etc.) referida al parque zoosanitario.
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