Un centenar de actividades para celebrar el valor de los humedales en continuo deterioro en España
Múltiples organizaciones desarrollan actividades entre hoy y mañana para poner en valor la utilidad de estos ecosistemas clave para frenar el cambio climático.

Agencia EFE
Madrid--Actualizado a
Organizaciones ecologistas desarrollan numerosas actividades hoy y mañana con motivo del Día Mundial de los Humedales que se conmemora este domingo. Estos ecosistemas muy amenazados se consideran elementos clave para la mitigación de las consecuencias del cambio climático.
Las Naciones Unidas define a los humedales como "ecosistemas en los que el agua es el principal factor que controla el entorno y la vida vegetal y animal asociada al mismo". Esta definición incluye los ecosistemas de agua dulce, los marinos y los costeros. También, lago ríos y acuíferos subterráneos, entre otros.
Se celebra cada 2 de febrero porque en esa fecha se aprobó en 1971, en la ciudad iraní de Ramsar, el tratado internacional relativo a la conservación de estos espacios naturales al que ya están suscritos 172 países, según la última actualización de su lista.
España es el quinto país que más humedales aporta (76), sólo por detrás del Reino Unido (176), México (144), la India (85) y China (82) y la mayoría de ellos se ubica en Andalucía (25), Castilla-La Mancha (8), Com unidad Valenciana (7), Galicia y País Vasco (6 en cada una de estas regiones) y Aragón y Cataluña (4 también en cada una).
También otras CCAA cuentan con presencia de humedales Ramsar: Murcia (3), Baleares, Castilla y León, Extremadura y Navarra (2 en cada una), Asturias, Canarias, Cantabria, Madrid y La Rioja (1 en cada una).
Análisis ecologistas
Los activistas ecológicos organizan numerosos actos públicos y gratuitos. La organización SEO/BirdLife llega al centenar de eventos relacionados con las aves acuáticas que se benefician de estos hábitats distribuidos por toda la geografía nacional sobre una superficie de más de 313.00 kilómetros cuadrados. Según su último informe específico sobre el tema, el 76 % de estos entornos naturales se encuentran en un estado de conservación "desfavorable".
Su degradación afecta a la biodiversidad, ya que hasta 137 especies de aves dependen de ellos, de las 67 especialmente vinculadas, el último censo ha detectado un descenso poblacional en 36, incluyendo el ánsar común, el ánade azulón y la garcilla bueyera.
Otros análisis practicados por WWF certifican que los humedales son capaces de absorber "más CO2 que muchos bosques", además de generar un microclima propio que ayuda a combatir la aridez y las altas temperaturas, lo que los convierte en ecosistemas "clave" para luchar contra los efectos del cambio climático.
La responsable del programa de aguas de WWF, Teresa Gil, explicaba a EFE: "son especialmente útiles para absorber dióxido de carbono, secuestrado en sus sedimentos”.
Pero los humedales sólo cumplen este papel correctamente "cuando están bien conservados" según insisten portavoces de la Fundación Global Nature, especializada en este tipo de ecosistemas, a tenor de los datos recopilados para su documento ‘Humedales mediterráneos y mitigación climática’, del proyecto LIFE Wetlands4Climate.
Un plan sin recursos
En noviembre de 2022, la Conferencia Sectorial de Medioambiente aprobó el Plan Estratégico de Humedales 2030 para “evitar, detener y revertir la pérdida y degradación” de estos espacios naturales: un "marco teórico adecuado”, según Gil, pero que luego no ha sido dotado de recursos para ejecutarlo convenientemente porque “a día de hoy sigue sin haber un inventario de todos los humedales del país y de su estado de conservación”, más allá de los análisis de las organizaciones ecologistas.
"No cuentan con el agua que necesitan, ni en cantidad, ni en calidad", denuncia, y así se puede apreciar en los problemas que afrontan algunos tan emblemáticos como el Parque Nacional de Doñana o las Tablas de Daimiel, aparte de los desastres inesperados como la dana del pasado mes de octubre en Valencia que afectó seriamente a la Albufera.
La sobreexplotación de los recursos hídricos y la contaminación orgánica de las aguas, fruto de actividades ganaderas o agrícolas de carácter industrial, junto con la presencia de construcciones con impacto ambiental, especialmente en las zonas de costa, son las principales causas de degradación de los humedales.
Por ello, es preciso "complementar todas las actuaciones estatales con mecanismos de gobernanza que permitan implicar a la población local en la restauración y conservación de estos entornos" concluye Gil.
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