Este artículo se publicó hace 5 años.
Gloria MorenoA juicio la sargento de la Guardia Civil de Lanzarote que denuncia acoso tras acabar con la caza furtiva de pardelas
Gloria Moreno es acusada de falsedad documental al poner al corriente a sus superiores sobre el posible chivatazo de otro agente a furtivo en el islote de Alegranza.
Laura L. Ruiz
Madrid-
Desde este 22 al 24 de octubre la sargento del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) Gloria Moreno se sentará en el banquillo acusada de falsedad documental, lo que podría suponer cuatro años de cárcel además de tres años de inhabilitación y una multa de 3.600 euros. Esto es lo que pide la Fiscalía por unos hechos que se remontan a noviembre de 2015, cuando la sargento puso en conocimiento de sus superiores la posibilidad que uno de los agentes subordinados pudiera estar avisando a los cazadores furtivos de las acciones que se iban a producir en el islote de Alegranza. Unas operaciones que acabaron con la histórica identificación de 19 personas, un juicio sin precedente en las Islas y el fin de la caza de la pardela cenicienta en el Parque Natural del Archipiélago de Chinijo tras décadas de furtivismo como secreto a voces.
Se trata del último capítulo de una serie de sanciones, recursos y denuncias que se vienen produciendo entre la agente del Seprona destinada en Lanzarote y varios miembros del cuerpo en Canarias. En poco más de dos años se le han abierto siete expediente, uno más recientemente y ninguno ha acabado en su contra de manera firme.
Se ha abierto una plataforma ciudadana en su apoyo -donde se reúnen colectivos ecologistas, animalistas, fundaciones y partidos políticos- ya que sostienen que es un acoso que se debe a la persecución por parte de la sargento a la caza furtiva, el maltrato animal, el vertido de desechos y otros delitos que son cometidos entre otras, por personas poderosas en las islas. "Con los expedientes te acorralan de forma profesional, social, psicológica y económica y los mandos no te quieren escuchar", aseguró la propia Gloria Moreno en la única entrevista que ha concedido al Diario de Lanzarote, arriesgándose a una nueva sanción.
"Los mandos no te quieren escuchar", asegura Gloria Moreno
En esta entrevista realizada por Saúl García, la agente del Seprona asegura que se limitó a cumplir con su obligación de informar "de manera objetiva de un posible delito" (por el chivatazo) y achaca a que el testimonio fuera retirado a posiblemente "las amenazas de uno de los condenados por el caso de las pardelas". Moreno recuerda también que ya se la acusó de una causa penal tras la denuncia del veterinario de la perrera de Arrecife, donde se la acusó de filtrar unos documentos y que fue archivada. Antes de ser exonerada por tribunales tanto civiles como militares, la sargento asegura que sus superiores -el coronel Arranz y el capitán Germán García- siempre procedieron dando más credibilidad a las acusaciones contra ella que investigando o dejando que ella acabara las diligencias comenzadas. "Yo tenía una buena relación con el capitán Germán García, cordial, de colaboración... y se trunca al día siguiente de imputar a los 19 de las pardelas, el día después de la intervención en Alegranza. A partir de ahí comienza una hostilidad que no remonta”, asegura la guardia civil.
Una querella admitida a trámite contra sus superiores
Esta mala relación continúa y en 2017 la sargento es sancionada de nuevo por preguntar sobre el estado de las capturas de los gatos silvestres en la protegida isla de La Graciosa. Según sus superiores, Moreno procedió de "modo desconsiderado" ante el Director del Consejo Insular Isla de la Graciosa al preguntar sobre los gatos cimarrones, "insistir dos veces" en conocer qué había pasado con estos gatos y al haber "sembrado la sospecha" sobre las actuaciones del responsable de este espacio protegido. Dos años después, el Juzgado de Instrucción Número 3 de Santa Cruz de Tenerife admitió el pasado junio la querella de la propia sargento contra el coronel Ricardo Arranz y el general Juan Sánchez Medina por un supuesto delito de prevaricación administrativa al haber sido exonerada la agente por el Tribunal Militar Territorial Quinto y considerar que su actuación fue la adecuada. Aunque la querella ha sido archivada hace unos días, la sargento no rechaza revisar el resto de acciones de sus superiores por si pudieran constituir algún tipo de falta.
"Los que los promueven y sancionan son, en la mayoría de los casos, los mismos mandos", explica la agente
Tras esto, siete expedientes más, algunos reaperturas de otros ya archivados o dejados caducar por la institución. Dos de ellos más por las denuncias de protectoras de la isla al no recibir respuesta por parte de los agentes cuando señalan posibles casos de maltrato animal; otro más, considerado falta grave, por solicitar copia de las declaraciones prestadas por testigos en otros expedientes por maltrato animal; uno muy grave por investigar las denuncias por irregularidades en la perrera de Arrecife y quejarse el veterinario de esta; y otro más muy grave por supuesto acoso a tres agentes subordinados que después serían sancionados por no tramitar las cuatro denuncias por maltrato animal (y que está pendiente de confirmación). De momento, dos han sido archivados sin responsabilidad y otros dos han sido cancelados dando la razón a la sargento en los tribunales militares. "Ni el Ministro del Interior, ni la Delegación del Gobierno en Canarias, ni el director General de la Guardia Civil han abierto una investigación para aclarar los motivos de la persecución, acoso a la sargenta Jefa del destacamento del Seprona en Lanzarote a pesar de Solicitarlo más de 144.000 personas en Change.org o el acuerdo Plenario del Cabildo de Lanzarote”, asegura en un comunicado de este lunes la agente del Seprona.
"Los que los promueven y sancionan son, en la mayoría de los casos, los mismos mandos: el capitán Germán García y el coronel Arranz. Uno propone o informa y otro sanciona", explica la agente. "He tenido que soportar situaciones de machismo insoportables, que no podía poner en conocimiento de los mandos porque había un claro vínculo entre los guardias y los mandos, que me iba a hacer hundirme en las arenas movedizas y tuve que soportarlo. Algunas están denunciadas. En su día hablaré de ellas", asegura.
Sanciones en lugar de condecoraciones
Los hechos que durante esta semana se juzgarán en un tribunal de Las Palmas de Gran Canarias surgen de una operación que acabó con diez condenados por delitos contra la fauna y con multas que más de 8.600 euros a cada uno de los acusados. Otras nueve personas que fueron detenidas en la misma operación del Seprona quedaron absueltas, al no haber sido posible demostrar suficientemente que participaron en el convite de la pardela cenicienta. Se trata de un ave protegida en el islote de Alegranza y en la reserva del que forma parte, pero que tradicionalmente se ha cazado en las Islas Canarias. Décadas de saltarse la ley -incluso por ex cargos públicos-, que acaban con un operativo totalmente exitoso. "En el caso de las pardelas fueron propuestos para felicitación los guardias del servicio marítimo que me acompañaban. Yo dirigía el operativo. A ellos su jefe les quiso proponer para una felicitación y el mío, a mí, no", incide la sargento.
El calificativo de histórico en este caso viene de la mano de numerosos operativos similares contra el furtivismo que, sorpresivamente, siempre acabaron en nada. Frente a esto, la sargento decide cambiar de procedimiento para lograr que nadie avise a los furtivos. En ese momento, Moreno recibe "una información referente al guardia Padial, en el sentido de que éste había dado un chivatazo a los cazadores justo antes de que se fuera a hacer una inspección por el propio Seprona", explica la abogada María Jesús Díaz Veiga. "Moreno tramitó esta información ante el entonces teniente y hoy capitán Germán García y ante el coronel Ricardo Arranz. Sus jefes no dieron importancia a esta denuncia y cerraron la investigación sobre el guardia Padial, circunstancia que éste aprovechó para denunciar a la sargento Moreno ante un juzgado penal de Arrecife por supuesta denuncia falsa. Es esa denuncia lo que ha dado lugar al escrito de acusación de la fiscal", comenta Díaz Veiga en relación a la causa a la que se enfrenta la sargento estos días.
Detrás de su acoso se ocultan otros motivos: ser de fuera de Canarias, ser mujer o querer hacer las cosas de otro modo...
En este escrito la Fiscalía da por hecho que Moreno realizó las acusaciones contra el agente Padial -con las siglas M. A. P. O. en los documentos-"a sabiendas de que sus manifestaciones no se correspondían con la realidad" y que eran "afirmaciones mendaces". La versión de la agente es que una persona de la Estación Biológica de Doñana fue quien le dio el aviso de que uno de los cazadores furtivos había recibido el chivatazo. Según este testimonio, fue el propio cazador quien le aseguró que un guardia civil le había contado cuándo y cómo se iba a realizar la operación en Alegranza.
"Yo venía de una patrulla del Seprona con la ilusión de trabajar en una isla Reserva de la Biosfera y me encuentro con algunos derechos adquiridos incompatibles con lo que está ordenado", reflexiona la agente, que señala que detrás de su acoso se ocultan muchos motivos: ser de fuera de Canarias, ser mujer, querer hacer las cosas de otro modo, tomarse las leyes que protegen a la flora y a los animales se forma seria y haber tocado con sus operaciones a personas poderosas en el archipiélago. Cabe recordar que entre los detenidos contra la caza de pardelas se encontraban empresarios, constructores y hasta un policía nacional.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.