El incendio de la Sierra de la Culebra prende el descontento social con el Gobierno de Mañueco

Varios rayos provenientes de una tormenta seca provocaron un incendio en la Sierra de la Culebra zamorana sobre las 20 horas del pasado 15 de junio. Cuatro días después se habían calcinado 30.800 hectáreas en lo que es el mayor incendio forestal en España durante este siglo.

Las altas temperaturas, la baja humedad y los fuertes vientos son las primeras excusas señaladas, pero en la provincia de Zamora las voces más críticas de los afectados van en otra dirección y apuntan al presidente del Gobierno de la comunidad, Alfonso Fernández Mañueco, y a su consejero de Medio Ambiente, el popular Juan Carlos Suárez-Quiñones, como principales responsables del desastre.

El primer reproche, que el operativo contra incendios no estaba activo al 100% -solo lo hace a partir del 1 de julio-, a pesar de la ola de calor que amenazaba con que algo así podía suceder. El segundo, las palabras de Quiñones en una entrevista hace un año, cuando señaló que era un "absurdo y un despilfarro" tener el operativo de incendios activo todo el año.

Con más medios antiincendios, el incendio se hubiera contenido ya la primera noche

En lo que coinciden los vecinos, asociaciones ciudadanas, bomberos, sindicatos y partidos de la oposición es en que con más medios antiincendios el incendio se hubiera contenido ya la primera noche.

Ahora, las voces críticas contra la actuación del Gobierno de Castilla y León se reúnen en torno a grupos de Facebook o Instagram (La culebra no se calla), donde se ha formado una red de apoyo a agricultores, ganaderos y fauna salvaje con quedadas incluso para dar de comer a los animales atrapados en la zona quemada.

El descontento vecinal con la dirección de las labores de extinción del incendio se hizo visible de manera notoria el pasado domingo en la localidad zamorana de Villanueva de Valrojo, cuando un grupo de vecinos increpó el paso de los coches oficiales en los que viajaban Mañueco y Suárez-Quiñones, incluso con golpes, tras visitar los políticos el puesto de mando avanzado de Sarracín de Aliste.

De manera más controlada, pero igualmente crítica, se han llevado a cabo varias manifestaciones y concentraciones tanto en Zamora como a las puertas de las Cortes, en Valladolid, donde se ha reivindicado un plan antiincendios estable durante todo el año, además de denunciar la precariedad del sistema actual que solo se activa al 100% el 1 de julio.

PP y Vox rechazan mantener un operativo contra incendios todo el año

En estas manifestaciones, además, se ha pedido insistentemente la dimisión de Mañueco y Suárez-Quiñones por su "incapacidad para anticiparse en un año especialmente seco y en plena ola de calor".

En la concentración que tuvo lugar en Zamora el pasado martes 21, se acusaba a la administración autonómica de "ausencia de planificación acorde con el contexto climático y meteorológico en un mes como junio", además de exigir un "operativo todo el año".

En la concentración de Zamora el pasado martes 21 se acusaba a la administración autonómica de "ausencia de planificación"

Al día siguiente, sin embargo, haciendo oídos sordos a las peticiones de la ciudadanía, los votos de PP y Vox rechazaron en el Pleno de las Cortes que el operativo contra incendios de Castilla y León estuviera activo todo el año. Los 44 votos de los dos partidos que componen el Gobierno de la Junta han sido suficientes para tumbar una moción del PSOE, que sin embargo tuvo el apoyo de toda la oposición al completo (además del PSOE, UPL, Soria Ya!, XÁvila, Cs y Unidas Podemos, para un total de 37 procuradores). Durante ese Pleno, el procurador de Vox David Hierro se refirió al cambio climático -que lamentó el PSOE- como "una religión" que "requiere de un argumento irracional sustentado por un acto de fe".

Zamora, mientras, trata de seguir adelante en un territorio sin apenas infraestructuras y ahora, además, con sus recursos naturales calcinados. De hecho, el pasado verano, donde ahora tienen lugar las manifestaciones contra el Gobierno de la comunidad por su gestión del incendio, se escuchaban casi los mismos lamentos a las puertas de los consultorios rurales vacíos. Subsistir así es casi imposible.