Cerca de un año ha pasado desde que empezó la campaña de vacunación contra la covid-19 en España para los adultos y ha sido este miércoles cuando le ha llegado el turno a los más pequeños. Más de tres millones de niños de entre 5 y 11 años en España están llamados a inocularse los sueros de Pfizer adaptados a ellos. Aunque la infección por coronavirus suele ser leve o asintomática en esta franja de edad, Sanidad y los expertos coinciden: es importante que reciban el pinchazo al igual que lo están haciendo los mayores. 

El Ministerio que dirige Carolina Darias apunta que el proceso de inmunización de los escolares tiene varios objetivos. El primero de ellos es disminuir la carga de la enfermedad en el colectivo. La incidencia acumulada en el grupo de los menores de 11 años está disparada y rozaba los 650 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días este martes. 

El coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Francisco Álvarez, recuerda que ha habido casos de muertes e ingresos en Unidades de Cuidados Intensivos por coronavirus en niños. "Teniendo una vacuna eficaz y segura es una tontería correr el riesgo de que enfermen y se complique", defiende.

Por su parte, la Comisión de Salud Pública llamaba a la vacunación de los menores también para frenar la transmisión comunitaria. "Este grupo supone el 7% de la población española y si queremos conseguir protecciones de grupo superiores al 90% necesitamos que se vacunen para que el virus no siga circulando y mutando", explica Álvarez. De hecho, este punto es importante para que disminuyan los contagios en el ámbito familiar, donde los más pequeños se relacionan con personas de riesgo como puedan ser sus familiares de avanzada edad: "Hasta ahora los niños eran las víctimas pero ahora son ellos los que contagian a los adultos".

Otro de los entornos en el que la vacunación infantil paliará la transmisión del virus es en los colegios, donde una alta tasa de inmunizados también ayudará a recuperar la normalidad. "La educación, que es un derecho fundamental del niño, no se está llevando a cabo como se hacía en el año 2019", señala el coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la AEP, que también hace hincapié en los efectos la falta de interacción social en la salud mental de los escolares: "Los psiquiatras nos advierten de que han crecido los problemas psicológicos en los niños y adolescentes", enfatiza.

Una vacuna eficaz al 90,7%

La vacuna de Pfizer que se le inocula a los niños y que ha sido bautizada comercialmente con el nombre de Comirnaty está aprobada por la Agencia Europea del Medicamento y la Agencia Española del Medicamento. De hecho, en el ensayo clínico realizado por esta última entidad, de los 1.305 menores que recibieron la vacuna, solo tres desarrollaron la enfermedad en comparación con 16 de los 663 que recibieron el placebo. Estos datos se traducen en una eficacia del 90,7%.

Sus efectos adversos en los pequeños son similares a los que pueden sufrir los adultos y no son graves. Además, la vacunación infantil ya avanza en todo el mundo: Estados Unidos ha inoculado más de cinco millones de dosis en su población infantil y en Canadá e Israel se han puesto dos millones más. "Si nos hemos beneficiado los mayores de los efectos de la vacuna, ¿por qué no van a hacerlo los menores de 5 a 11 años?", reflexiona Álvarez.