Hay que hacerlo con cuidado, pero ¿sabes que si te expones a la luz reduces las posibilidades de aumentar tu miopía?
Dra. Sofía Navarro Corcuera
Especialista en Oftalmología del Hospital Quirónsalud Toledo
-Actualizado a
La miopía representa actualmente la principal causa de discapacidad en edad laboral, y la razón más habitual de afiliación a la ONCE en nuestro país. No es una patología, sino que se trata de un defecto que tiene el ojo por un crecimiento excesivo del globo ocular durante la infancia.
En concreto, el ojo miope no enfoca en la retina, sino que, debido a un crecimiento anómalo del ojo, que se hace más largo de lo normal, enfoca en un punto anterior a la retina, lo que explica el defecto refractivo.
Así, la miopía representa una epidemia silenciosa, aunque se habla muy poco de ella, a pesar de las altas cifras de incidencia y de que se asocia a complicaciones graves como las cataratas, el desprendimiento de retina, el glaucoma, la neuropatía óptica o maculopatía en caso de que se alcance un grado de miopía patológica, y que suele derivar de miopía alta, pero a veces, también de una miopía simple.
Según advierte la Sociedad Española de Miopía, "todo el planeta joven tiende cada vez más a hacerse miope, de manera que el 50% de la población mundial será miope en 2050".
Cada vez más miopes, ¿por qué?
Actualmente, se ha producido un crecimiento del número de miopes de forma exponencial, y cada vez afecta de forma más precoz a las nuevas generaciones. ¿Por qué? El uso de las pantallas y el estar en interiores durante más tiempo lo favorece.
A su vez, las recomendaciones a la hora de prevenir la miopía son claras: evitar las pantallas en niños menores de dos años, y por encima de esta edad no superar 1 hora hasta los 6 años.
Por otro lado, es importante tener en cuenta la distancia a la que se ubica la pantalla. Se trata de otro de los aspectos importantes a tener en cuenta. Fundamentalmente porque los niños son los que más se acercan el móvil o la ‘tablet’ a la cara, cuando estas pantallas deben ubicarse a una distancia superior a los 20-40 centímetros de distancia, y siempre deben ser usadas en un entorno con suficiente luz y tiempos de descanso.
Por eso, hay que insistir en que la distancia a la que vemos las pantallas influye más en la miopía, que el total del tiempo que pasamos ante ellas. No hay que olvidarlo tampoco.
Exponernos al son, no tomar el sol
Precisamente, desde la Academia norteamericana de Oftalmología defienden que "la luz del sol es la mejor forma de prevenir la miopía en los niños", y también se recomienda este efecto protector que ejerce la luz solar sobre el desarrollo de la miopía, aunque no está demostrado que logre frenarla una vez que ésta aparece.
Es más, la incidencia es mucho mayor en los países del sudeste asiático, donde afecta a en torno a un 80-90 por ciento de la población joven; o en países como Gran Bretaña, Estados Unidos, o España, donde se ha registrado un avance muy importante respecto a las décadas previas; mientras la incidencia es menor en zonas de África o Australia.
Este mapa se ha vinculado con incidencias altas en países con altas tasas de educación, donde se lleva a cabo mucho trabajo de cerca, ambientes urbanos, y baja exposición al sol.
Es por ello por lo que, todos los estudios se han centrado en ver cómo afectan estos factores, de manera que lo que más influye es la exposición a la luz solar, una fuente natural y gratuita que, no sólo ofrece ventajas para la visión, sino que, además, está vinculado a un estilo de vida más saludable y menos sedentario.
Esto es así porque la luz solar, al pasar por la retina, estimula la producción de dopamina, un neurotransmisor muy importante que condiciona el crecimiento del ojo. Pero ojo, hablamos de ‘exposición a la luz solar’, que no es lo mismo que ‘tomar el sol’, ya que se trata de pasar tiempo al aire libre, y siempre con protección, gafas de sol o gorra, para evitar los efectos de los rayos ultravioletas, que son perjudiciales para la visión.
Tratamientos actuales para la miopía
Entre las distintas formas de tratamiento de la miopía, hoy en día se emplea la Atropina en colirio, gafas y lentes de contacto con un diseño específico para la miopía. Además, se están investigando nuevas terapias como la terapia con luz roja o luz ultravioleta, con resultados prometedores.
Asimismo, destaca la cirugía ocular, aunque no es curativa. Ésta sólo puede compensar las dioptrías del ojo para evitar la necesidad de usar gafas o lentillas, pero no puede combatir el crecimiento anómalo del ojo que ha ocasionado esa miopía.
En todo caso, hay que estudiar bien a cada paciente, su edad, la evolución de la miopía, o el estado de su córnea, ya que en función de todo ello será candidato a una opción de tratamiento u otra.