Este artículo se publicó hace 2 años.
Hacinamiento, aves deformadas y cadáveres: una investigación revela la crueldad de las granjas de engorde de pollos
Equalia publica un nuevo vídeo sobre las condiciones de cría de las granjas intensivas de pollos de engorde.
Fotos: Alejandro Tena
Madrid-
Hacinamiento, heces, aves con malformaciones que agonizan en el suelo hasta morir, tras pasar horas sin lograr tenerse en pie. Es la cruda realidad de las granjas de engorde de pollos destapada por la organización Equalia en una investigación en dos centros de Toledo y Murcia. Las imágenes, publicadas este martes, fueron grabadas entre el año 2020 y el año 2021.
Se trata de aves de cría intensiva de la raza broiler, una especie de pollo que fue modificada en laboratorios para que experimentaran un crecimiento rápido, de tal forma que el proceso de cría sea más corto y los animales lleguen al matadero con una media de 40 días. Este crecimiento rápido provoca que estas aves tengan problemas de salud durante su corta vida, en tanto que el 27% tienen deformidades que generan problemas de movilidad, según un estudio de Open Wing Alliance (OWA).
"Estas aves son engordadas a un ritmo antinatural, y son el resultado de décadas de hibridación, con el objetivo de seleccionar rasgos genéticos que prioricen la producción industrial en detrimento del bienestar animal y, por lo tanto, de la seguridad alimentaria y la salud pública", dicen desde Equalia, que denuncian que, todo lo recogido por las cámaras, pese a vulnerar el bienestar de los animales, está permitido por ley.
El crecimiento acelerado les genera grandes problemas de salud que se aprecian en el vídeo: patas fracturadas y, en ocasiones, la muerte al ser pisoteados por el resto de aves, dadas las condiciones de hacinamiento de las granjas intensivas. Las condiciones de hacinamiento y el crecimiento rápido genera otros problemas de salud y sufrimiento extremo. Muchas de estas aves padecen ascitis: hinchamiento exacerbado de la zona abdominal por la acumulación de líquidos. Esta enfermedad genera riesgos de muertes súbitas. De hecho, 2,7 millones de pollos mueren al año por este trastorno, según la OWA.
La ONG animalista, sin embargo, está trabajando para que arrancar compromisos a las cadenas de alimentación para que no trabajen con proveedores que produzcan carne de pollo en estas condiciones. Para ello, reclaman a algunas empresas de alimentación como Carrefour que firme el denominado Compromiso Europeo del Pollo, un acuerdo que implica la sustitución de las razas de crecimiento rápido por otras de desarrollo más lento, así como por la reducción de la densidad de aves en las granjas. En España, algunas cadenas como Aldi, Hipercor o Alcampo ya han firmado dicho compromiso.
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