Este artículo se publicó hace 6 años.
Asesinato de Laura LuelmoLa Guardia Civil detiene a un vecino de Laura Luelmo como sospechoso de su muerte
El detenido, de unos 50 años, salió de la prisión de Huelva el pasado mes de octubre tras cumplir condena por dos robos con violencia y por el asesinato de una mujer de 81 años en 1995 en Cortegana.
Huelva--Actualizado a
La Guardia Civil ha detenido este martes a un hombre como sospechoso de la muerte de la profesora zamorana Laura Luelmo en El Campillo (Huelva). El arrestado, Bernardo Montoya, es un vecino del pueblo y, según fuentes de la investigación, había salido recientemente de prisión tras cumplir una condena de dos años y diez meses por dos robos con violencia. Previamente, había cumplido otra condena de 17 años y dos meses por el asesinato de una mujer.
Este martes, 24 horas después de que se encontrara el cadáver de la maestra, los agentes han desplegado un amplio dispositivo en la calle de El Campillo donde vivía de alquiler la joven. La detención de Montoya se ha precipitado por un movimiento sospechoso una vez iniciado los registros. El arrestado, al percatarse de la presencia policial, se bajó del coche y trató de huir a pie campo a través cuando se encontraba en la periferia de El Campillo.
Las fuentes precisan que todavía no hay pruebas definitivas de su implicación en la muerte de la profesora. Residía en una casa en la calle Córdoba, justo enfrente de la víctima, concretamente en una antigua vivienda que tiempo atrás fue propiedad de su familia. La ley fija un máximo de 48 horas antes de que Bernardo Montoya pase a disposición de la juez. En el Puesto de Valverde del Camino se encuentran los especialistas de la Unidad Central Operativa (UCO) que participaron en otros interrogatorios como el de Diana Quer.
El detenido, al que se le tomó declaración la semana pasada, ha estado controlado en todo momento por la Guardia Civil, según ha declarado el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. De 50 años, tiene un largo historial de antecedentes penales por asesinato, allanamiento, obstrucción a la Justicia, quebrantamiento de condena y robos con violencia.
Montoya salió de la prisión de Huelva el pasado mes de octubre. En 1995 fue condenado por el asesinato de una mujer de 81 años en Cortegana (Huelva). La víctima, a la que asestó varias puñaladas con un machete de grandes dimensiones, era vecina suya e iba a declarar contra él en un juicio por lesiones.
La defensa pidió la libre absolución del acusado aduciendo que se encontraba bajo los efectos del síndrome de abstinencia, por su adicción a la heroína y la cocaína, en el momento del suceso, circunstancia que fue tenida en cuenta como atenuante. Tras cumplir condena, el acusado salió de la cárcel en 2015 pero pronto volvió a ella por dos robos con violencia.
Además, durante su primera condena, confirmada por la Audiencia Provincial de Huelva en 1997, Bernardo aprovechó un permiso penitenciario concedido en 2008 para tratar de agredir a una joven de 27 años que paseaba por un parque de El Campillo, hiriendo al perro de la muchacha de una puñalada. Fue condenado por amenazas por el Juzgado Penal número 3 de Huelva a un año y seis meses.
Bernardo es hermano de Luciano Montoya, otro vecino de El Campillo al que se ha descartado como sospechoso del crimen de Laura Luelmo porque el 12 de diciembre, día de la desaparición de joven, se encontraba interno en la prisión de Ocaña (Toledo). La cárcel le concedió un permiso este lunes, el mismo día que apareció el cuerpo con señales de violencia. Luciano fue condenado hace años por también la muerte de una mujer en Cortegana.
Mientras continúan las pesquisas en El Campillo por parte de los investigadores, el cadáver de Laura Luelmo está en el Instituto Anatómico Forense de Huelva, donde se le está practicando la autopsia. A la espera de estos resultados, fuentes de la investigación han indicado que el cadáver tenía un fuerte golpe en la cabeza, además de otras señales de aparente violencia que deben contratarse con la autopsia que confirme las circunstancias que rodearon a su muerte.
De la inspección sobre el terreno que durante varias horas hicieron los agentes de criminalística de la Guardia Civil, las fuentes consultadas han avanzado que los efectivos se llevaron algunos indicios que tendrán que analizar, aunque los resultados de la autopsia serán claves para avanzar en la investigación. Los agentes se han marcado como prioridad la búsqueda del móvil de Luelmo. También se investiga al entorno de la joven zamorana, principalmente a vecinos considerados de interés para la investigación.
Las muestras de repulsa por lo sucedido y de cariño hacia la víctima y su familia se han sucedido en toda España, como la Universidad de Salamanca, donde la joven estudió, o en la Biblioteca Nacional, donde fue becaria. Han sido especialmente emotivas y numerosas en municipios de Zamora, donde se han guardado minutos de silencio en todas las instituciones y organismos públicos con la asistencia de numerosos ciudadanos, y en Huelva.
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