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La Fundación creada por el recientemente fallecido Santiago Rey hereda 'La Voz de Galicia'

La entidad hereda el conglomerado mediático y confirma que Santiago Rey dejó 'La Voz de Galicia' a la Fundación y no a sus hijos, a los que apartó del grupo.

28/5/24 El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (i), y el editor de ‘La Voz de Galicia’, Santiago Rey, el pasado martes en una comida en la sede del periódico.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (i), y el editor de ‘La Voz de Galicia’, Santiago Rey, en una comida en la sede del periódico. Xunta

El testamento del presidente y editor de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, fallecido el 28 de agosto, ha confirmado que la heredera del grupo de empresas de la Corporación Voz de Galicia es la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre.

Según el testamento y tal como ha desvelado La Voz de Galicia, la entidad será la encargada de dar continuidad al legado empresarial y editorial de La Voz, tal y como recogían los principios fundacionales de la entidad.

Santiago Rey Fernández-Latorre adelantó en varias ocasiones en actos públicos y en reuniones con sus empleados su voluntad de confiar a su Fundación la propiedad de La Voz y de las demás empresas de la Corporación. Con ese objetivo refundó la entidad en el año 2001 y la dotó de unos nuevos estatutos que le permitan actuar como propietaria de una organización empresarial de medios de comunicación.

Sin embargo, no todo el mundo en el entorno de la Fundación estaba de acuerdo con las intenciones de su presidente. "La Fundación no puede ni debe dirigir La Voz, pero sí tiene que mantener el legado del presidente", expresó una persona vinculada a la empresa y consultada por Público.

Además, para los trabajadores del grupo esta situación tampoco es la ideal aunque sí era la esperada. La plantilla, habituada a unas relaciones laborales cimentadas en muchos casos en la devoción hacia el patrón, teme que la desaparición de Rey y el paso de la propiedad a la Fundación pueda derivar en un proceso de decadencia que acabe en la venta del periódico o en un troceo del grupo que provoque más despidos y rebajas salariales.

Según ha comunicado La Voz de Galicia, de acuerdo con el procedimiento previsto en los estatutos de la Fundación, "Lois Blanco Penas (1968, Melide, A Coruña) asume la presidencia por designación expresa del testador".

Blanco era, hasta ahora, director general y patrono y ha desarrollado toda su carrera profesional en la Corporación Voz de Galicia. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, se incorporó a La Voz en 1990 en la delegación de Santiago como redactor en prácticas. Compaginó el ejercicio del periodismo con responsabilidades en la organización de la redacción.

Fue cronista político, delegado de la edición de Santiago, jefe de área de la sección de Galicia y subdirector de ediciones entre 2007 y 2010, fecha en la que accede a la dirección de Medios Digitales de Galicia, que lanzó y emitió en TDT durante varios años el canal V Televisión. En junio de 2011 fue nombrado director general de la Corporación y consejero de La Voz de Galicia con atribuciones empresariales y editoriales.

Tras el fallecimiento de Santiago Rey, el Patronato de la Fundación lo integran Lois Blanco, presidente; el catedrático en Derecho Constitucional y articulista Roberto Blanco Valdés, vicepresidente; el secretario general de La Voz y catedrático de Derecho Mercantil, Manuel Areán Lalín, secretario; y los vocales José Arnau Sierra, vicepresidente de Inditex; Salomé Fernández-San Julián Martínez, viuda de Santiago Rey; José Luis Vázquez Mariño, consejero de La Voz; Luciano Vidán Martínez, presidente del Colegio Médico de A Coruña; Xosé Luís Vilela Conde, director del periódico, y José Francisco Sánchez Sánchez, por su condición de director de la institución.

Una fundación para no dejar el grupo a la familia

En 1997, Santiago Rey decidió dejar la gestión de su empresa en manos de su hijo menor, Emilio, a quien nombró consejero delegado y editor, y de Santiago, el mayor, a quien asignó una vicepresidencia en el grupo. Bajo el mando de Emilio Rey, La Voz se convirtió en Grupo Voz y emprendió una agresiva etapa de expansión y crecimiento: compró varios periódicos en otras comunidades, convirtió su emisora de radio en una cadena estatal, creó una exitosa división audiovisual que producía programas y series para distintas cadenas, fundó una escuela de medios... Hasta adquirió un avión privado que alquilaba a directivos de otras grandes compañías cuando los suyos no lo usaban y del que su padre se deshizo más tarde, ganando incluso dinero con su venta.

En 2001, el divorcio de Rey de su primera esposa, Celia Berguer, una coruñesa austera que siempre huyó del ruido social que acompañaba a su marido, convirtió en irreconciliables las diferencias del editor con sus hijos, que contaban cada uno con poco más del 4% de las empresas del grupo mientras su madre mantenía alrededor de un 37%. Rey emprendió entonces una campaña para hacerse de nuevo con el grupo.

A raíz de estos movimientos, refundó la entidad y es, desde entonces, esta fundación la que tiene por objetivo principal "dar continuidad a la propiedad y a la línea editorial de La Voz de Galicia y de su grupo de empresas de comunicación".

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