Este artículo se publicó hace 6 años.
La Fiscalía pide casi cinco años de cárcel para un hombre que robó un bocadillo
En el juicio se determinará si la Fiscalía considera que la lata que el acusado usó para autolesionarse es un arma de intimidación contra las dependientas, lo que endurecería el castigo.
Barcelona-
Un hombre se enfrenta a una pena de cuatro años y diez meses por el robo de un bocadillo en una panadería de Barcelona. Los hechos, que ocurrieron el pasado mes de marzo, han trascendido por la elevada petición de pena de la Fiscalía, en este caso, condicionada por el uso de la violencia para cometer el robo.
La Fiscalía considera que el delito fue cometido mediante la violencia hacia las personas que se encontraban en el local en el momento del robo. El hecho de que el detenido llevara consigo un objeto punzante, y contra quién lo utilizó, serán las claves del caso. Sin embargo, el acusado asegura que la única violencia con la que actúo fue contra su propia persona.
El acusado es un hombre en riesgo de exclusión social y sin antecedentes penales
Una de las dependientas de la cafetería declaró a la Policía que antes de coger el bocadillo, el acusado, un hombre en riesgo de exclusión social y sin antecedentes penales, se dirigió a uno de los clientes del local para pedir que le comprara algo de comer. Ante la negativa del cliente, explicó, que se dirigió al mostrador donde se exponían los bocadillos y, tras preguntarle qué quería, "sacó un objeto puntiagudo" y “esgrimió el objeto metálico cortante, similar a una lata de bebida rota” contra las dependientas antes de coger un emparedado y salir corriendo del local.
Por su parte, el hombre, detenido unos minutos después del robo por los Mossos d'Esquadra, relató los hechos a la Policía. En su versión aseveró que la lata rota era para autolesionarse con cortes en los brazos, constatados en las fotografías aportadas como prueba, y que las dependientas cedieran a su petición. A su vez, asegura que fue la única forma de “demostrar que tenía hambre y llamar la atención” de los allí presentes para que le dieran algo que comer, según informa eldiario.es.
El hecho de que el protagonista llevara consigo un objeto punzante, y contra quién lo utilizó, serán las claves que inclinen la balanza de la justicia hacia la pena que pide la Fiscalía o hacia un castigo más leve. Al interpretar que la lata se usó como arma intimidatoria, el fiscal solicita que el hurto se castigue con una pena de cuatro años y diez meses de cárcel, solo dos meses menos que la pena máxima contemplada por este delito, que es de cinco años.
Finalmente, en el escrito de acusación de la Fiscalía se explica que el hombre amenazó con un objeto metálico y cortante para intimidar a las dependientas de la panadería y hacerse con el bocadillo sin pagar, acto que el fiscal ha señalado como una “obtención de un beneficio patrimonial ilícito”.
El juicio se celebrará este martes en la Ciudad de la Justicia de Barcelona y en él se determinará si la Fiscalía considera que la lata que el acusado usó para autolesionarse es un arma de intimidación contra las dependientas de la cafetería, lo que endurecería el castigo.
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