Este artículo se publicó hace 3 años.
Por qué el despliegue de las energías renovables no tiene nada que ver con la subida de la luz
Los datos revelan que las energías verdes son cada vez más rentables y menos costosas. La Agencia Internacional de Energía Renovables (IRENA) estima que en 2020 cerca del 60% de las renovables fueron más baratas que combustibles fósiles de bajo precio com
Alejandro Tena
Madrid-
Las renovables son cada vez más baratas y rentables. La subida de la factura de la luz ha reabierto viejos prejuicios en algunos sectores conservadores, que en las últimas semanas han señalado al despliegue de las energías limpias en España como una de las principales causas del incremento de precios. Sin embargo, los datos dejan cada vez más claro que las nuevas fuentes de producción energética son más ventajosas a nivel económico que las fuentes contaminantes. Un estudio publicado esta semana por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) señala que, en 2020, más del 60% de la producción renovable mundial tuvo costes más bajos que los precios energías fósiles baratas como el carbón.
Buena prueba de la rentabilidad de las nuevas energías renovables es que en la última década el despliegue de estas tecnologías se ha multiplicado por cuatro, con un incremento global de la generación eléctrica de 754 gigavatios (GW) a 2.799 GW, según los datos de la IRENA. España está contribuyendo a ese cambio global y, en cierta medida, se debe a la rentabilidad de las energías renovables –además del respaldo del gobierno–. Las grandes compañías energéticas empiezan a darse cuenta de que el petróleo se agota y eso les hace virar sus inversiones hacia las tecnologías más limpias. En términos económicos, la rentabilidad del sector se puede observar en el sector eólico, cuyo despliegue supuso un ahorro neto de 71 millones de euros en España en 2020, en comparación con 2019, según los datos de la Asociación Empresarial Eólica (Aeólica).
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica explican a Público que el mejor indicador sobre el precio y el coste de las renovables en España son las subastas producidas en el mes de enero. Los datos facilitados por el gabinete de Teresa Ribera cifran el precio medio ponderado de la fotovoltáica en 24,47 euros el megavatio y hora (€/MWh) y en 25,31 €/MWh para la eólica. Es decir, un precio situado en un 43% inferior al que había en el mercado en el mes de enero y un 70% por debajo respecto a los precios actuales del mercado, fijados en gran medida por los combustibles fósiles.
"Desde hace varios años la generación de energía renovable es la más económica de todas", dice José María González Moya, director de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA). "No lo decimos nosotros, lo dicen los propios bancos de inversión, La Agencia de Energía de Estados Unidos o la propia IRENA. Todos los indicadores la sitúan ya más barata que las fósiles", sostiene. "En 2016 y 2017 se celebraron subastas de renovables que se pusieron en marcha en 2019 y que renunciaron ya a ayudas y a funcionar con un régimen económico primado, porque la generación es rentable. Desde hace años se ha renunciado a aplicar cualquier tipo de prima y eso es fruto de la competitividad y la innovación de las tecnologías".
"Las renovables que ya tenemos desplegadas, las antiguas, son las que tiran a la baja el mercado de electricidad. Sin ellas el mercado sería más caro, porque básicamente se tendría que recurrir a unidades de generación de energía que tienen un mayor coste", dice González Moya, quien argumenta que. aunque se hayan recibido primas, las ayudas a las renovables han servido para "ahorrar dinero en los bolsillos de los consumidores", porque "todo lo recibido" se termina compensando en el abaratamiento de la generación eléctrica.
La verdadera causa de la escalada de precios
El bajo precio de las eólicas, hasta un 70% por debajo de la media del mercado actual según los datos del Gobierno, no es suficiente para contener una escalada de precios histórica. Esto ha llevado al Consejo de Ministros a aprobar una reducción temporal del IVA al 10% y una suspensión del impuesto de generación de luz. Se trata de una medida que, sin embargo, no ataja de raíz la fuente principal del problema que experimenta el mercado energético español.
Una de las claves tiene que ver con el precio del CO2, cuya cotización en el mercado de emisiones europeo –articulados bajo el principio de 'quien contamina paga'– han subido a máximos históricos durante los últimos meses, superando los 50 euros por tonelada emitida. Esto ha sido repercutido a los consumidores en las facturas, pero no siempre con justicia. Tanto es así que las eléctricas se han aprovechado de la coyuntura a través de los denominados beneficios caídos del cielo (windfall profits), que tiene que ver con la aplicación del coste de CO2 a fuentes de energía que no contaminan como las hidroeléctricas. El Ejecutivo de coalición trabaja recortar estos beneficios y ha aprobado un proyecto de ley, que sin embargo, tardará en ver la luz de manera definitiva. Se calcula que esta práctica proporciona a las eléctricas entre 800 y 1.000 millones de euros anuales.
Aparecen otros elementos en esta escalada del precio de la luz, como el propio sistema marginalista en el que el último productor que entra en el mercado cada día fija el precio, por lo que la caída de precios traída por la generación renovable choca con la dependencia que España tiene de otras fuentes de energía fósil. Especialmente destaca el gas, que durante la primera mitad del año se ha visto en una escalada de precios importante debido a la alta demanda de los países asiáticos.
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