La derecha frena un proyecto de carril bici en Pamplona y pierde 4,7 millones de los fondos europeos
El Ayuntamiento, en manos de UPN, ha roto un convenio de un proyecto de movilidad sostenible que iba a conectar la ciudad con el municipio de Burlada y que estaba apoyado por financiación de la Unión Europea.
Alejandro Tena
Madrid--Actualizado a
El Ayuntamiento de Pamplona ha decidido renunciar a un proyecto de movilidad sostenible que iba a ser financiado con 4,7 millones de euros de los fondos europeos. Se trata de un eje ciclista y peatonal que iba a unir el municipio gobernado por UPN con la localidad de Burlada y que estaba ya desarrollado y con los plazos abiertos para recibir ofertas a través del portal de contratación pública.
El Consistorio firmó un convenio con el Gobierno Foral de María Chivite el 3 de abril, antes de las elecciones municipales, para poder aprobar el proyecto. Entonces gobernaba también UPN, aunque al frente de la Alcaldía estaba Enrique Maya. Tras los comicios la formación revalidó su mandato, pero Maya abandonó la primera línea política y cedía el testigo a su compañera de partido Cristina Ibarrola, que ha decidido romper el acuerdo para desarrollar esta infraestructura a pesar de que su propio partido lo validó meses atrás.
El Ayuntamiento sostiene que no se ha renunciado al proyecto sino que se ha dado marcha atrás a su licitación para realizar un nuevo convenio e introducir cambios. El área de Medio Ambiente del Consistorio considera que las obras tendrán un impacto ambiental elevado, ya que para construir el carril bici y ensanchar las aceras se tendrán que talar árboles. Los supuestos daños ambientales, según ha difundido el Gobierno municipal, podrían poner en riesgo las ayudas europeas y por ello pretenden reformular el proyecto.
Este medio ha preguntado al Consistorio por qué ha decidido dar marcha atrás en el último momento, a pesar de conocer los presuntos daños ambientales desde el mes de abril, pero en el momento en el que se cierra esta información no ha obtenido respuesta.
En declaraciones a Público, Berta Miranda, directora general de Transportes y Movilidad Sostenible del Gobierno de Navarra, se muestra desconcertada por el cambio de posición del Consistorio pamplonés y acusa a UPN de dinamitar el plan de reforma urbana. "Si planteas cambios antes igual se puede hacer, pero la licitación se tiene que firmar antes de que termine el año. No hay tiempo para elaborar un nuevo proyecto, firmar un nuevo convenio y lanzar una nueva licitación y ellos lo saben", indica la política del PSOE.
El Gobierno de Navarra ya transfirió el dinero a Pamplona, que, según el convenio, es la institución que se iba a responsabilizar de la gestión del proyecto. Si no se ejecuta, el dinero tendría que ser devuelto y se perdería. "Lo peor de todo es que por no hacer esta actuación, muchos otros municipios no han podido recibir fondos y ejecutar sus propios proyectos de movilidad. Al final esta actuación ocupaba un tercio del presupuesto disponible para la comarca", denuncia Miranda.
Polémica respecto a los árboles talados
En toda la polémica, Pamplona argumenta que para construir el carril bici y ensanchar las aceras se deberán talar, al menos, 350 árboles. Una cifra que no concuerda con los datos presentados por el departamento foral de Medio Ambiente que, en un informe enviado al Ayuntamiento, habla de 121 ejemplares afectados por las podas.
El documento enviado por el Ejecutivo regional no es vinculante, pero concluye que las obras no tendrían afecciones ambientales relevantes en la flora y en la fauna. "Cuando se habla de tala, se habla de que se van a remplazar unos árboles que no están sanos. No se va a dejar un carril bici y aceras sin más, ni se va a quitar todo para dejar asfalto; se van a sustituir los árboles, se va a poner regadío y sustrato de hasta dos metros y se quiere garantizar un entorno amable para los ciclistas y peatones", lamenta la directora general de Transporte.
Desde el Gobierno Foral consideran que las podas en el arbolado no se realizan por capricho, sino para garantizar una mayor seguridad para los peatones y ciclistas, ya que se pretende ensanchar la acera hasta los 3,60 metros de anchura y la calzada hasta los 6,25 metros, dejando en total un eje de 7,30 metros para el tránsito de bicicletas y ciudadanos que caminen a pie.
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