Este artículo se publicó hace 5 años.
La deforestación crece un 40% en Brasil mientras políticas de Bolsonaro destruyen el Amazonas
Greenpeace explica que gracias a las alertas de deforestación detectadas por los satélites de tierra y agua de la NASA se ha podido detectar el considerable aumento en la destrucción de los bosques.
Madrid-
La deforestación en Brasil ha aumentado un 40 por ciento en los últimos doce meses y las políticas implementadas por el Gobierno de Bolsonaro están destruyendo el Amazonas, según ha denunciado Greenpeace.
Así, la organización explica que gracias a las alertas de deforestación en la Amazonía detectadas con los satélites de tierra y agua de la NASA, un sistema del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), se ha podido detectar el aumento del 40 por ciento en la destrucción de los bosques.
Estos datos se han hecho públicos después de que el presidente de Brasil Jair Bolsonaro y los ministros Ricardo Salles (Medio Ambiente), Ernesto Araújo (Relaciones Exteriores) y Augusto Heleno (Oficina de Seguridad Institucional) convocasen este jueves 1 de agosto una rueda de prensa en Brasilia para desacreditar los datos de deforestación detectados por DETER (sistema de alerta para apoyar la supervisión y el control de la deforestación).
"Bolsonaro ha optimizado un proyecto antiambiental en el país", asegura Astrini
El coordinador de Políticas Públicas de Greenpeace, Márcio Astrini, ha afirmado que el presidente y tres ministros "han estado una hora criticando las evidencias científicas e intentando enmascarar la realidad. No han proporcionado ninguna solución concreta al problema real de la deforestación".
"El INPE es una institución reconocida a nivel mundial que durante más de 30 años ha brindado excelentes servicios en el monitoreo de la deforestación. En lugar de luchar contra estos hechos y los resultados científicos, el Gobierno debería cumplir su función de proteger el patrimonio ambiental de Brasil", subraya Astrini.
"Bolsonaro ha optimizado un proyecto antiambiental en el país, que ha eliminado la capacidad de Brasil para combatir la deforestación y favorece a quienes cometen delitos ambientales. Ahora, cuando enfrenta las consecuencias de sus decisiones, trata de ocultar la verdad y culpa a los demás. Los números de deforestación son tan pésimos que hablan por sí mismos. Mentir solo aumentará el daño al país", concluye.
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