La DANA deja pueblos cubiertos de barro y miles de personas aisladas, sin luz, agua y comida
La provincia de València es la más afectada por el temporal, con 155 fallecidos. En la noche del jueves más de 300.000 vecinos siguen sin teléfono y casi 80.000 están sin luz. En las zonas más golpeadas reclaman con urgencia agua potable.
Pueblos enteros aislados, personas incomunicadas sin luz y sin agua, muchos de ellas sin alimentos. La tristeza y el shock. Y muertos, muchos más que el día anterior: ya son 158 —155 solo en València— y el temor es que haya más. Ni se sabe cuantos desaparecidos hay. "Decenas", dicen las autoridadess. La tristeza y el shock, otra vez. Esta es la estampa del segundo día tras la DANA. La peor gota fría en décadas sigue conmocionando al país. Todo está destrozado. Todo está por reconstruir.
La provincia de València es la más afectada por el temporal, con 155 fallecidos. En la noche de este jueves, más de 300.000 vecinos siguen sin teléfono y casi 80.000 están sin luz. En algunas de las zonas más golpeadas reclaman con urgencia agua potable: es el caso de Chiva, Paiporta o Alfafar. Lo urgente ahora es eso. La reconstrucción ya llegará.
Sin embargo, los equipos de emergencia siguen trabajando sin descanso en toda la zona afectada para localizar a más víctimas o, mejor, para localizar a las que aún están desaparecidas.
Mientras tanto, se trabaja sin descanso para tratar de eliminar el lodo y el barro de las viviendas y las aceras. Lo hacen los servicios públicos, pero también los vecinos. "Solo el poble podrá salvar al poble", se escucha estos días en València, un territorio arrasado. Ni siquiera València se ha salvado del todo; se creía que sí, pero la riada entró con rabia en el barrio de la Torre, donde ocho personas, vecinos todos, murieron el martes por la noche en un garaje.
Más ayuda
La destrucción del temporal ha sido de tal magnitud que nada es ya lo mismo: es imposible circular en coche o en autobús, no hay transporte público: la alta velocidad entre Madrid y València no podrá restablecerse al menos hasta dentro de 15 días o tres semanas y Cercanías es un servicio que simplemente ha desaparecido. El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha reducir el impacto y ha dicho que el servicio de Cercanías se encuentra en una situación "gravísima". Un eufemismo.
Aunque en realidad gravísimo es todo. Tanto es así que el Gobierno ha decidido enviar este viernes 500 militares más al País Valencià, principalmente de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se sumarán a los 1.200 efectivos que ya están desplegados.
Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial, ha anunciado el envío de más ayuda. El Gobierno enviará a València ocho médicos forenses y tres auxiliares de forense más, que se suman a los ocho forenses y al auxiliar que ya están trabajando en la zona, y pondrá a su disposición médicos forenses internacionales si fuera necesario.
Más gente ante el número creciente de fallecidos: los 155 fallecidos en el País Valencià, más otros dos en Castilla-La Mancha y una en Andalucía. Víctimas a las que se suman "decenas de desaparecidos", según apunta Puente. Es como decir que habrá más muertos: "No podemos afirmar ese número, pero está claro que cuantos más días pasen y no aparezcan, más posibilidad hay de que no tengamos la esperanza de encontrarlos vivos", lamenta el ministro.
Torres, sin embargo, abre un paréntesis ante las críticas para recordar que las competencias de Emergencias ante la DANA son autonómicas y para apelar a la colaboración frente a los que en estos momentos "sobran", frente a los que intentan dividir criticando al Gobierno por no haber asumido la responsabilidad de decretar una emergencia nacional. Palabras para Feijóo.
Paiporta, zona cero de la tragedia
Si hablamos de muertos, donde más hay es en Paiporta. Medio centenar, tirando por lo bajo. El epicentro de del dolor está allí. Ir a ahora a Paiporta es visitar el caos; es visitar el piso piloto de la tragedia: barrios enteros con treinta centímetros de lodo, centenares de coches apilados en cada acera, calles bloqueadas, muebles en las avenidas, agua a presión, vehículos en el mismo cauce del barranco del Poyo —el causante de toda la destrucción— o la gente pidiendo agua por las calles son algunas de las imágenes del día de después en Paiporta.
Existe tanta destrucción en Paiporta que, a los pocos minutos de entrar en la zona cero de la tragedia, uno parece acostumbrarse a la devastación: son continuos todavía los retenes de los coches fúnebres que llegan acompañados de un vehículo policial, lo que ratifica que la tragedia todavía no ha acabado en un municipio anegado por el barro
Lo ocurrido en Paiporta hace buena aquella canción de Raimon, Al meu país la pluja no sap ploure [En mi país la lluvia no sabe llover]: en Paiporta apenas llovió el martes, pero como un regalo envenenado, recibió, a través del barranco del Poyo, todo el agua que había ido cayendo durante la tarde del martes en Chiva, algo más hacia el interior de la provincia.
Ahora, 48 horas después de la tragedia, Paiporta trata de asimilar y procesar toda esa tragedia, aunque lo hace mientras intenta habilitar las calles para que vehículos de emergencia puedan acceder. El gran problema ahora es el agua potable y la comida, lo que ha provocado que miles y miles de personas hayan emprendido su camino a pie desde la ciudad de València para llevar botellas y garrafas de agua embotellada para la población de Paiporta y también para Catarroja, Albal, Sedaví o el barrio valenciano de La Torre. Un peregrinaje solidario cargado de dolor.
Chiva —allí cayeron casi 500 litros por metro cuadrado—, es una fotocopia de Paiporta. La devastación es la misma; el dolor también. Los vecinos reclaman con urgencia agua potable, luz y víveres. Las carencias son las misma, incluidos potitos de bebés, la leche de iniciación y pañales.
En Chiva también hay muertos. Amparo Fort, alcaldesa de Chiva, ha explicado a EFE que de momento tienen contabilizados diez fallecidos, esperan "centenares" porque solo han podido centrarse en el casco urbano y el término municipal es muy grande y hay "cientos de coches" volcados desde la autovía y "seguro que tienen personas dentro".
Inundaciones en Castellón y Jerez
València acapara la mirada, pero la lluvia no tiene piedad. En Castellón y en Cádiz también ha habido inundaciones este miércoles. La Junta de Andalucía ha activado el Plan de Emergencias por riesgo de inundaciones en fase operativa 1 en el núcleo rural de Jerez y va a llevar a cabo desalojos preventivos de unas 300 familias en barriadas situadas en el entorno de la ribera del río Guadalete.
Y para este viernes, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado avisos por lluvias y tormentas para este viernes en zonas del área mediterránea peninsular, provincia de Huelva y Baleares, después de que las precipitaciones del martes dejaran en la Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha y Andalucía 158 muertos por las riadas e inundaciones.
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