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Cumbre del Clima El tratado de libre comercio entre Mercosur y la UE aumentará las emisiones contaminantes

Con un silencio sepulcral y durante 20 años se ha fraguado un nuevo tratado que liberalizará algunos sectores, como el de la alimentación, que incrementarán los efectos del cambio climático.

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Asistentes a la Cumbre Social en Madrid. / GUILLERMO MARTÍNEZ

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Las cosas del libre comercio son como las de palacio, que van despacio. Veinte años después de negociaciones y reuniones totalmente opacas entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) han propiciado el tratado de libre comercio (TLC) que aumentará en un gran porcentaje los índices de contaminación, tal y como han denunciado activistas de seis colectivos dentro del marco de la Cumbre Social.

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No es la primera vez que desde la UE se impulsan tratados para la liberalización de ciertos sectores productivos, como ejemplifican el TTIP, con EEUU, y el CETA, con Canadá. Ahora, con premeditación y oscuridad, las dos grandes entidades supranacionales preparan un TLC sin ningún tipo de consulta previa a los ciudadanos de ambos territorios. Los tiempos preestablecidos señalan que en unos dos o tres años el tratado entrará en vigor, aunque no será hasta mayo de 2020 cuando se presente al Parlamento Europeo.

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En una charla organizada en el edificio multiusos de la Universidad Complutense de Madrid a la que han asistido más de cuarenta personas se han escuchado las voces de los indígenas brasileños y los campesinos de Nicaragua al respecto, aderezadas de las declaraciones de diversas organizaciones dedicadas al estudio del impacto climático de este tratado.

Las cifras alertan de las consecuencias

Según un informe de Grain, que se describen como “una organización internacional que apoya a pequeños campesinos, agricultores y movimientos sociales en sus luchas por lograr sistemas alimentarios basados en la biodiversidad y controlado comunitariamente”, con este TLC se espera que las emisiones procedentes de aumentar el comercio bilateral de ocho importantes productos agrícolas se incrementen en un 34%. Otro dato a tener en cuenta es que las exportaciones de carne bovina desde el Mercosur a la UE será la mayor fuente de nuevas emisiones con un 82%.

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Ricardo Navarro, procedente de El Salvador e integrante de CESTA AT, una entidad que “contribuye a la sustentabilidad mediante la implementación de movimientos, programas, proyectos y acciones ambientales”, según su propia descripción, ha sido el primero en tomar la palabra. “Los políticos están discutiendo cómo seguir comerciando con un sistema que se agota, ahora inventándose la compra y venta de las emisiones de carbono”, ha comentado el centroamericano aludiendo a las tasas reguladas que tiene cada país en cuanto a estas emisiones.

Centrando el tema en la agricultura y ganadería, se ha pronunciado en contra de los monocultivos ya que destruyen los bosques, según su opinión. Por último, ha realizado un alegato a la emergencia de tomar medidas que sean armónicas con la naturaleza y respeten los derechos humanos, algo que se verá trastocado con la aprobación de este TLC.

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“Este tipo de acuerdos quita vidas”

La indígena Jozeléia Doniza, integrante de un colectivo que articula los pueblos indígenas de Brasil ha remarcado que “el Gobierno brasileño no tiene ningún reparo en ceder ante el gran lobby de las empresas del país” y que “estos acuerdos firmados entre los gobiernos están quitando vidas”. En la misma sintonía se ha pronunciado el nicaragüense Amaru Faustino cuando ha dicho que “las decisiones que se toman en la Cumbre del Clima (COP) están orientadas a mantener el sistema tal y como lo conocemos”.

Activistas en la charla durante la Cumbre Social, celebrada en Madrid. / GUILLERMO MARTÍNEZ

Del mismo modo, Faustino también ha señalado la ineficacia del actual sistema ya que “según aumenta la producción también aumenta el número de personas que pasan hambre”. Con una mirada ambivalente en cuanto a los dos lados del charco, este campesino ha comentado que “el TLC también va a afectar a la soberanía alimentaria de Europa debido a la competencia con Latinoamérica, un territorio en el que el 70% de los profesionales de la ganadería y agricultura trabajan para grandes empresas”.

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Por su parte, Alexandra Toledo ha expuesto el informe realizado desde GRAIN haciendo hincapié en que la regulación de emisiones que hay estipulada en el TLC no recoge el incremento del uso de agroquímicos, como los fertilizantes. Basándose en el ya mencionado informe, también ha alertado de que la huella de carbono de las exportaciones de alimentos de la Unión Europea al Mercosur puede llegar a multiplicarse por cinco.

Un “lobby social” como solución

Álex Guillamón, un activista de la organización Entrepueblos, ha alegado por la organización entre colectividades ya que “se presenta la oportunidad de crear una especie de lobby social, bilateral, para intentar frenar este tratado”, en sus propios términos.

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Durante su intervención ha apuntado la posición que actualmente defiende el Gobierno español ante una posible ley para la transición ecológica que, según Guillamón, no solo debería limitar las emisiones contaminantes producidas de forma directa sino también aquellas que son consecuencia del comercio exterior y que sufren otros países.

Diferentes escenarios de lucha

La sesión ha terminado con Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción, que ha aprovechado la oportunidad para denunciar la “gran complicidad que existe entre el Gobierno de España y el brasileño, algo que le hace cómplice de la violencia de Bolsonaro”.

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“La transición ecológica planeada en Europa se hará explotando el mineral sudamericano”, ha comentado el activista momentos después de mostrar su preocupación ante la aceptación del tratado por parte del Gobierno de Brasil y la posibilidad de que también lo hagan Uruguay y Paraguay, a la espera de la posición del nuevo gobierno kirchnerista de Argentina.

Desde su óptica, ha apuntado una hoja de ruta señalando “tres escenarios de lucha contra el TLC, como es el nacional, el europeo o latinoamericano y el internacional”. Instantes después, el acto ha finalizado con el llamamiento de Kucharz de cara a un trabajo conjunto entre el movimiento campesino e indígena, los pequeños comerciantes, las asociaciones feministas y los sindicatos para intentar parar la aprobación del TLC entre el Mercosur y la Unión Europea.

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